Capitulo 4

1668 Words
Cerré la llamada y me apresuré llegar a mi casa, ¡no sé por qué me llamo el señor Williams! ¿No creo que sea preocupación? ¿O si? No eso no, todos se habían olvidado de mí en estos meses que los problemas se intensificaron. Hasta él, que me prestaba el mínimo de atención se alejó de mí. Entre como de costumbre por la puerta de servicio, (llevaba años haciéndolo) entre sigilosamente a mi habitación, daba gracias que al cielo por estar en el primer piso con la de los empleados, si no hubiera sido un gran problema. La suerte jamás esta conmigo (Debo hablar muy claramente con Yoda) de nada me valió la estrategia de llegar a hurtadillas, los señores Williams estaban en mi dormitorio. Me pegué el susto del siglo ellos ni en pensamientos venían  hasta acá, como la señora decía “tu pocilga” así le decía a mi recámara. —¿Dónde estuviste hasta esta hora? —Nena pensé que te había pasado algo malo, ¿Por qué no avisaste nada? Me reí a carcajadas, no sé si serian los nervios o de lo que acababan de decir, recién después de 16 años y medio recordaron el camino a mi habitación, o mejor dicho se acordaron de mi existencia, ¡Qué milagro que recordaran que vivía bajo el mismo techo que ustedes!¿Qué les paso? ¿Tuvieron un accidente o se equivocaron de camino?Talvez el golpe fue muy fuerte, ¿Tuvieron miedo a la muerte? O al juicio Universal que Dios hace a cada individuo.¿Qué les remordió la conciencia? Para que me vengan a buscar ¡No creo! Esos milagros son difíciles de conceder y que yo me acuerde no he rezado en estos años. —¡! Muchacha insolente¡! Debería darte una buena paliza Señor y señora Williams, no sé que habrá pasado con ustedes para que vengan hasta aquí, me sorprende verlos no lo habían hecho antes y eso de que se preocupen por mí no lo habían hecho nunca. —Y si recuerdan no me han dado sus números, así quisiera no podría contactarme con ustedes. Vi como la cara de los dos se distorsionó, la señora hizo una mueca de desprecio y desdén eso ya era lo habitual al verme, la del señor fue de tristeza y vergüenza me daba igual ya no me afectaba.Puedo preguntar ¿Qué hacen aquí? No es habitual verlos y en mi habitación menos, como sabrán esta ala de la casa es de los empleados, los señores no vienen a este lado, además la señora la evita  como peste, estoy desconcertada al verlos. —Ahora somos señores, ¿Ya no somos tus padres? Pues que le diré señor Williams —Un padre ama, protege, cuida, mima y está presente en su crecimiento y desarrollo, está presente cuando lo necesita. Yo… no sé que es eso y podría decir lo mismo de la señora, sé que a ella le da igual que yo exista o no. Peor ya que dicen que la madre por instinto protege y ama a sus hijos, eso hacen hasta los animales  ustedes solo lo hacen con sus hijos mayores. Mi madre quería comerme con la mirada, (Si es una mala persona, pero no puedo negarla) Por alguna extraña razón se estaba conteniendo y eso se me hacía divertido, ¡No creo que sé por mi papá! Siempre hacia lo que quería y nadie la contradecía.La mirada de mi padre estaba en el suelo se notaba avergonzado, cansado, desconsolado y nervioso, ¡eso no me daba buena espina! —Terminemos con el teatro, ya que esta niña sabe cuál es su lugar sin decírselo, no hay porque seguir fingiendo o callando. —Cállate Malena, si no tienes nada bueno que decir mejor cierra la boca o cambiaré de opinión y la malcriada de tu hija será la que cumpla por tus estupideces y excesos. Te recuerdo que gracias a ti en la “sociedad” no tienes más que dos hijos y puedo hacer que siga siendo así o mejor aún regresar lo que no nos pertenece a su verdadero dueño en este caso dueña. —¡No te atrevas a amenazarme Robinson!, también es tu hija no serías capaz de encadenarla a esa vida ¿O si? —Tú fuiste la que empezó y también fuiste capaz de darle esta vida (señalando todo a nuestro al rededor) a Melissa. No me tientes esposa mía, esa niña no tiene ningún respeto hacia mí gracias a ti, ella piensa que es la estrella y que nadie puede pasar encima de ella. ¡Qué gran mentira! Cuéntale toda la verdad y espero una respuesta de ustedes dos, ¿De quién en realidad es el dinero? Y quien es la que vale la pena.  ¿Quieres hacerlo? Los vi discutir frente a mí eso me estaba aburriendo, lo peor es que no entendía ni una palabra de lo que decían, solo veía como esa mujer se ponía pálida del asombro y después roja de la ira. La mirada asesina que me dedico me hizo temblar.Creo que me are un emparedado y los dejaré seguir su “conversación” les daré el espacio que necesitan, demórense lo que quieran, es su casa después de todo. Igual ya tenía planeado irme, faltaba poco para cumplir 17 y salir de esta casa, la mamá de Tobías es abogada y logro conseguir una orden de emancipación al probar que nadie se preocupaba por mí. —Alto insolente, no hemos dicho que puedes retirarte. —Nena necesitamos hablar contigo  de algo importante en lo cual necesitamos tu ayuda. ¿En qué podrían necesitar mi ayuda? Soy una simple empleada sin sueldo en esta casa, eso dice su hija y lo pregona al mundo ¿Qué podría hacer una sirvienta por ustedes? —¡Mal agradecida! Te hemos dado todo lo que necesitabas vivienda, estudios, comida, cariño de familia ¿Por qué eres así de insolente? Mire a mi izquierda y derecha ¡Es conmigo! Me señale a mi misma para ver su reacción, que yo sepa nada de eso es verdad.Señora William creo que se equivocó de persona, la habitación de su hija es en el segundo piso con vista al hermoso jardín. Si es a mí a la que le está tirando todo eso en cara, le diré —A mí nada de eso me han dado, si se da cuenta donde duermo, mire mi closet, mire mis zapatos, mire donde estudio y más cosas  que mejor no digo. Se supone que soy su hija debería tener lo que sus otros hijos tienen, debería ser el mismo trato, ¿pero sabe qué? Ya no me importa me da igual. —Tienes razón en todo lo que dices nena, somos culpables y lo que voy a pedirte es aún más cruel para ti, tienes todo el derecho a negarte si quieres. —Si te niegas recoges todas tus porquerías y te vas de aquí, no eres merecedora de nada. —Puedes cerra la maldita boca Malena, eres tan molesta que fastidias solo al escucharte. —No voy a hacerlo, dire lo que me dé la gana, cuando me dé la gana y como quiera ¡entendiste! He aguantado esto por años y no pienso hacerlo más. —Yo también estoy cansado Malena, es mejor darle todo lo que le pertenece ¿Qué harías en ese caso? ¿Pueden decirme de una buena vez lo que necesitan de mí? Y salir de mi habitación, podrían seguir su discusión hasta la hora que quieran en sus aposentos o donde se les antoje. —¡Maldita malcriada mal nacida! Me arrepiento mil veces de criarte. No se preocupe ya me había dado cuenta de eso señora, dígame algo nuevo la vi alzar la mano, iba a golpearme no era nada que no hubiera hecho antes, espere el golpe, pero nunca llego porque el señor la detuvo. —No vuelvas a intentar maltratarla o me conocerás. Me tomo de los hombros y me sentó en la cama, tenía una mirada complicada entre tristeza, odio, ira y quien sabe que más, ya me estaba entrando pánico ¿Será que quieren vender uno de mis órganos? —Escúchame bien Melissa, lo que te voy a pedir es muy importante para mí, tienes toda la libertad de negarte como lo dije antes, nadie te va a obligar me encargaré de eso y mire a mi esposa advirtiéndole que si se metía la pasaría mal. Lo dudo señor no ha podido hacerlo en tantos años, peor ahora. —Lo sé, pido perdón por eso, por ser el padre que no pudo cumplir con sus deberes, esto es completamente diferente, —Respire hondo se me hacía difícil decirle esto a Melissa. Necesito que te cases con Noah Thompson en dos días, de eso depende la compañía y la estabilidad de la familia, dependemos de la ayuda que él pueda proporcionarnos. Aparte él dio esta opción para perdonar la deuda que tenemos con ellos e inyectar capital para no hundirnos en la banca rota. —No le des explicaciones a esta muerta de hambre, tiene que aceptar quiera o no, no someteré a mi Giselle a esa humillación y tortura por más dinero que le debas a esa gente. —¡Puedes no meter tu pico de arpía en esta conversación! Todo lo que está pasando es culpa tuya y de los inconscientes hijos que tienes, así que no me orilles a tomar otra decisión y hacer que tu niña mimada cumpla. ¡Detengan su guerra! Esto me enreda, para mí no era algo descabellado era una forma de salir de esta cárcel, claro que era como salir de una y entrar a otra, como yo lo pensé era una mejor opción, al ser un matrimonio arreglado talvez ni siquiera conocería a esa persona. Seria como un juguete nuevo que estaría en la caja o en un estante, solo de lujo sin ninguna consideración.
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