Diana
Sigo encerrada y ya paso una semana y me siento muy mal, no he comido nada me siento sin fuerza y lo peor la picazón volvió y me he arrancando la piel con las uñas rascándome.
Además no se por que, siento que no hay nadie en la casa. No siento sus aromas eso es bueno y malo a la vez ¿ Porque quién sabe donde están todos? Tengo que salir de aquí rápido para ver que pasa, me asusta mucho está soledad la verdad es que no me gusta estar sola, no me gusta a pesar de como me va viviendo con ellos.
-“ Ojalá que estén muertos todos ellos, no sería perfecto no crees— pregunta contenta— ósea no tiene que seguir viviendo con ellos y seremos libres al fin ¿No crees?— dice feliz.
No lo se Lucía tal vez tengas razón, pero si están muertos. No creo que sea muy bueno donde viviremos nosotras, en el bosque, bueno seria una buena opción aunque hay muchos Roger — murmuro mientras me levanto como puedo pues todo me duele.
Camino a pasos lentos y empiezo a buscar una salida. Busco pero nada, no se ve nada, me dejo caer al piso pues me mareo de un momento a otro. Por favor Diosa luna déjame salir de aquí, te lo suplico— digo cerrando mis ojos cansada y nuevamente caigo en la oscuridad.
****SUEÑO****
Estoy sentada en la cascada de nuevo viendo la luna, pero esta vez está de un color muy diferente es como un eclipse. Su luz es profunda y embelesadora siento muchas cosas sobre todo tranquilidad.
Hola pequeña— dicen en mi espalda y yo conozco esa voz, volteo con una sonrisa.
¡Daniel!— sonrió mientras lo veo acercarse. Daniel es esa persona que siempre aparece siempre en todos mis sueños— hola ¿ Cómo estás?.
Bien peque — suspira mientras está acariciando su mejilla —¿ Y tú y tú espalda?— pregunta con un susurro lastimero.
Estoy viva— respondo mirando el piso— y mi espalda me duele no ha sanado y creo que se infecto y las ampollas también.
—Tranquila pequeña yo te voy a ser sentir bien ya no te dolerá—dice colocando la mano en su espalda y sale una luz verde, —ahora te sentirás mucho mejor pequeña.
Gracias Dani — murmuro cuando siento que ya no me duele y lo abrazo fuerte, lo único raro de todo esto; es que las cosas que pasan con Daniel, en mis sueños pasa en verdad. Cómo si fuera real como si estar aquí es real, como si su existencia fuera realidad. Nos separamos y él limpia mis lágrimas que no supe cuando salieron; estoy tan cansada.
Estarás bien pequeña te lo prometo vas a estar bien— menciona corriendo mi cabello y dejando mis ojos al descubierto— prontamente estarás bien— menciona dándome un beso en la frente.
Dani tú ¿Eres real?— le pregunto con cierta tristeza, al pensar de que no es real y que estoy sola.
Espero a que me responda pero el no me responde, solo acaricia mi mejilla y me da un beso en la frente, cierro los ojos y puedo escuchar un suave.
Descansa pequeña—antes de entrar en un momento de descanso.
~~~Después de unas horas~~~
Me despierto sin dolor y un poco descansada, miro a mis lados y no hay nadie— suspiro triste, no está.
Siento una brisa fresca que me da un poco de frío y veo la ventana semi abierta. Así que me levanto rápidamente para abrirla, pero siento un leve mareo que me detiene por unos minutos solamente pues luego se me pasa y corro a ella para terminar de abrirla y meterme por ahí.
Para encontrar al fin libertad.
“libertad y comida tengo mucha hambre Diana”.
Vaya hasta que regresas, aunque tienes razón yo también tengo hambre ojalá y no me encuentre con ellos— murmuro mientras camino con cuidado hacia la puerta delantera.