Michel. La bajo de mi hombro lentamente, nos miramos de frente unos segundos como analizándonos, cuando no veo más que exitación y confianza ahí me alejo yendo a la comoda por una venda y unos lazos, cuando me giro esta mirando la habitación con intriga donde no debe saber para que es cada cosa que de a poco le voy a ir enseñando, porque decirle algo sería mucha información y tal vez la asustaría, entonces prefiero que pruebe y disfrute, y después con el correr del tiempo vaya sabiendo un poco más, me paro atrás de ella poniendo las manos en sus caderas. —¿Confías es mi?. —Si, confío. —le pongo la venda sonriendo porque no pregunta para que lo hago, ni siquiera se mueve. —Si te pido arrodillarte ¿Te voy a estar humillando?. —No, pero prefiero no arrodillarme. —Bien, voy a respetar es