Enith cerró los puños apretando la tela de su pantalón, al escuchar la inconfundible chillante voz de Jessica Cazani mejor conocida en a actualidad como la señora Yagüe, la mujer que le había armado un complot al lado del amor de su vida para asestar una puñalada mortal por la espalda, se encontraba ahí parada detrás de ella toda desvergonzada hablando de su matrimonio y su vida perfecta al lado de él, vida que creyó que le pudo pertenecer a ella por ilusa. Enith suspiró para tranquilizarse pensando para sí misma que eso ya era cosa del pasado.
Todas las miradas estaban posadas en aquellas dos mujeres que alguna vez fueron mejores amigas, conocían bien su historia, y ahora eran consideradas enemigas por naturaleza, Enith trató de darle la menor importancia al aprieto en el que se encontraba por la presencia de Jessica.
— Perdón por no avisar que siempre si venía querida Diana, pero nos cambiaron el vuelo a Dubai de nuestro aniversario de bodas para mañana —dijo Jessica mientras se sentaba al lado de Diana que estaba situada frente a Enith.
Enith sintió la mirada de Jessica, sin duda seguía siendo la misma rubia despampanante de pechos grandes, labios rojos y vestidos sensuales que recordaba, "maldita" pensó chica al ver que los casi cuatro años de no haberla visto le habían sentado de maravilla, le pudieron aparecer arrugas en su rostro prefecto o engordado un poco, pero ahí estaba siendo la envidia de cualquier veinteañera.
— Hola querida Enith cuánto tiempo sin verte —se hizo un momento incómodo en que los ojos de las presentes iban de Enith a Jessica.
La muchacha solterona se armó de valor y le sonrió de manera hipócrita, retándola con la mirada.
— Hola Jessica, no esperaba verte por aquí —dijo sin quitar su sonrisa fingida.
— Yo no esperaba verte aquí, nunca habías venido a las reuniones anuales de ex compañeros —dijo Jessica tratando de encontrar algún punto débil que le hiciera perder el equilibrio emocional a Enith.
— Estaba demasiado ocupada en Canadá.
— Es lo único que te queda como solterona —dijo Jessica con veneno en la voz.
Las palabras de Jessica tocaron el orgullo de Enith, haciéndola enfurecer por tan cruel comentario viniendo sobre todo desde ella, que no tenía tantita vergüenza en estarla encarando después de lo que había hecho años atrás.
— ¿Por qué estás tan segura de que sigo soltera? ¿Acaso piensas que sigo en el pasado después de todo? Tal parece que es el único tema de conversación que puedes tener conmigo —sonrió por la cachetada de guante blanco que le acababa de dar.
Enith se regocijó dentro de sí, al ver que la rubia había contraído el rostro ante su respuesta inesperada "toma está perra" pensó para sí misma con su cara de orgullo victorioso.
— Oh, no sabía que tienes novio —pensó un momento con su semblante hipócrita— ¿tienes algunas fotos de él? Seguro que es apuesto y codiciado por muchas mujeres aunque tengo mis dudas de que puedas atrapar a alguien así pequeña Enith —dijo Jessica con esa voz tan desquiciante que retumbó en los oídos de la solterona.
"Maldita bruja" pensó Enith en sus adentros. Aunque le había dado justo en el punto más débil que la solitaria joven tenía, pues no había novio que presumir por lo que sus fotos eran ausentes.
— No tengo porqué darte prueba de mi vida personal, si me disculpan voy al baño —dijo Enith levantándose de su asiento y retirándose a paso acelerado de la mesa. Las presentes estaban disfrutando del show.
— "Mierda, mierda y ¿Ahora qué puedo hacer para salir de la mentira? Seguro que si me tardó un poco en el baño olvidarán el incidente" —se decía a sí misma mientras se encerraba en el baño, revolviendo su cabello con una mano por estrés, al mismo tiempo que recorría todos sus contactos en su celular para ver quién podría sacarla del lío en el que se había metido con su otra mano libre. Sin embargo, cayó en la cuenta que en su lista de contactos había en definitiva una ausencia de amistades por su nula vida social.
Pasaron diez minutos cuando escuchó la conversación de dos mujeres, cerca del lavabo mientras ella estaba escondida en uno de los cubículos.
— Que espectáculo el de esta noche, seguro que Enith terminó yéndose de aquí.
— Que show ha montado Jessica con la charla que tuvo con la pobre de Enith que seguro tuvo que mentir que tenía novio para no quedar en ridículo con la mujer que le bajó al novio —la cara de la chica en el cubículo del baño se contrajo de sorpresa y desagrado ante lo que acababa de escuchar.
Las voces cesaron con un portazo de la puerta, en señal de que habían salido del lugar. La solterona no había podido evitar sentirse mal por tan embarazosa situación que solo había empeorado ella misma con una mentira que se le estaba saliendo de control, no podía quedar en ridículo frente a Jessica y tenía que hacer algo para remediar su metida de pata.
Salió del baño a escondidas (gateando para ser exactos) mientras el grupo de mujeres estaba en una conversación enfrascada, distracción que ella aprovechó para salir del lugar para ir a la calle, donde muchas personas transitaban al salir de los restaurantes de la zona.
Después de algunos minutos de búsqueda con la mirada, ahí estaba una oportunidad perfecta para cubrir su engaño, vio a un hombre que jalaba las miradas de las mujeres de alrededor. Era alto para un hombre promedio, se le veía de cuerpo atlético y cabello castaño, bien vestido para una reunión casual y lo mejor es que se encontraba solo.
Enith no planeaba hacer otra cosa salvo tomarle una foto de manera desprevenida, con el mejor ángulo posible para tener una prueba contra Jessica de que no era una solterona y tenía un novio atractivo al cual podía presumir.
Se acercó poco a poco de manera disimulada donde el guapo hombre se encontraba, parecía perdido, confundido, aún así pudo ver la muchacha que el hombre que tenía frente a ella tenía una actitud amable con las mujeres, y personas en general, con esa sonrisa cálida que lideraba su rostro de facciones finas.
Con discreción, preparó la cámara de su celular, pasó cerca del hombre misterioso y le tomó la foto. Enith caminó de largo sin darse cuenta que el hombre se había percatado que le había tomado una foto.
La solterona regresó con el grupo de mujeres de inmediato, se le veía contenta y triunfante por la misión estúpida que acababa de hacer al obtener una prueba para probar su amorío inventado, Jessica era cruel en todos los sentidos, pero ella creía que con esto le callaría la boca.
— Enith que bueno que regresas, pedimos parrillada para compartir en la mesa ¿Está bien? —preguntó Katy a la recién llegada.
— Está perfecto —dijo Enith con tranquilidad.
— Creí que te habías ido —dijo Jessica al verla sentarse.
— ¿Por qué me tendría que ir? Cuando apenas estamos comenzando —le sonrió con todo el esfuerzo posible que tuvo en su alma— no soy yo la que debería sentir vergüenza.
La mesa de nuevo estaba concentrada en las dos rivales "¿Que no tienen otra plática a la cuál poner atención?" Cruzó por la mente de la solterona
— Y bien platícanos Enith, ¿Cómo es tú novio? —volvió a cuestionar Jessica.
— Es el hombre más guapo y cálido que he conocido en mi vida, es alto y atlético, dios tiene un abdomen de envidia, y esos brazos con los que me abraza, es demasiado varonil y qué decir de su desempeño en la cama —Enith sentía que le crecía la nariz por tan tremenda mentira que se estaba aventando con orgullo al ver que Jessica se estaba irritado, la verdad de las cosas es que Enith se imagina que era virgen por cicatrización, pues desde Roberto no había querido estar con nadie más.
— Y ¿A qué se dedica?
— Él trabaja igual que yo en la oficina, es el director general —cachetada de guante blanco, su contrincante estaba haciendo bilis, el resto del grupo estaban atentas escuchando el éxito que Enith estaba teniendo en el amor.
— ¿Y tienes alguna foto que puedas mostrar? —las miradas se posaron en Jessica, con su risita asquerosa que retaba a Enith a mostrar que no era una mentira.
— Si, aunque al decir verdad no le gustan las fotos.
Enith sacó su celular, abrió la galería de fotos con nerviosismo y seleccionó la foto para mostrarla, ahí estaba el falso novio que la solterona estaba mostrando orgullosa y sinvergüenza solo para acallar las palabras venenosas de la que alguna vez fue su amiga. Mostró la foto a todas las mujeres, todas escudriñaban el perfecto físico del hombre desconocido.
— Wow Enith ¿de dónde sacaste a tal muñeco? —pregunto Diana, las demás chicas murmuraban en aprobación dando piropos al novio falso.
— Dicen que las mejores cosas pasan después de la tormenta y la vida me ha querido mucho para quitarme las personas que solo aportaban basura a mi vida —ahhh que bien se sentía triunfar sobre una bruja como Jessica, pensaba en sus adentros.
— Bueno, que bueno que encontraste a alguien así ¿Cómo se llama? —preguntó su archienemiga de mala gana.
La pregunta tomó por sorpresa a Enith, qué podía contestar a la pregunta ¿Y si trataba de investigarlo? ¿Se daría cuenta que solo ha sido una mentira para que la dejara de fastidiar? "Piensa Enith piensa, cualquier nombre estará bien, no es que vayas a volver a ver a Jessica" se decía así misma hasta una voz masculina la sacó de sus adentros.
— ¡Ahhh eres la chica de la foto! —dijo el mismo muchacho de la fotografía.
Todos los ojos estaban posados en el apuesto hombre que se había materializado de la fotografía, vaya que era guapo y estaba viendo a Enith, pareciera que le estaba desnudando el alma, pero en realidad la solterona estaba muerta de miedo porque su mentira estaba a punto de ser descubierta de la manera más estúpida posible frente a la peor persona posible.