CAPÍTULO III El Marqués era un perfeccionista. Organizaba todos sus asuntos con una pericia que era la envidia de todos cuantos trabajaban para él. Cuando comenzó a construir su yate, estaba decidido a que éste fuera más grande, rápido y lujoso que ninguno de los que conocía. Continuamente sugería a los constructores cambios y se pasaba mucho tiempo inspeccionando yates de otras personas para estar seguro de que el suyo los superaba en todo. Cuando el yate estuvo listo poco antes de la Navidad, decidió que el primer viaje debía de ser inolvidable. En realidad, no había pensado en salir de Inglaterra hasta más avanzado el año. Ahora, Lady Bettine le había motivado para que se pusiera en marcha lo antes posible. La idea de visitar el Golfo Pérsico le atraía mucho. Aquel era un lugar q