Los días antes del matrimonio de Manuel y Verónica pasaron rápidamente, en casa de Delphine todo estaba concentrado para los preparativos de la boda más llamativa de los últimos tiempos.
La hija de uno de los famosos cirujanos del país iba a contraer matrimonio con un mecánico, los rumores crecían y habia más atención sobre ellos, cosa que a Verónica le gustaba, le encantaba ser el centro de atención.
—Mamá, mira mi vestido ¿esta hermoso verdad? — Verónica se está probando el vestido de bodas, que un famoso diseñador hizo para ella, se mira frente al espejo y sonríe, da vueltas con el vestido en los brazos, simulando que baila el vals, ella está feliz, a pesar de que está segura de que no ama a Manuel, habia confiado en las palabras que él le habia dicho de que pronto nacería el amor.
—Si hija, está precioso, así como tú, me alegra que estes feliz por tu matrimonio— Delphine la mira con sentimiento, su hija estaba feliz y eso era lo único que importaba en ese momento, habia un hueco en su estómago, que se revolvía con el amargo vino que estaba bebiendo y eso le hacía sentir náuseas, pero sus sentimientos nada importaban a la hora de que su hermosa hija fuera feliz.
— ¡Ay, mamá! No me esperaba que me fuera a casar tan pronto, es más creí que nunca me iba a casar, pero bueno mi hijo merece tener un padre y quien mejor que Manuel ¿verdad? — Veronica alejada de cualquier sentimiento que pueda tener su madre, habla sin pudor, ni siquiera sabía quién era el padre de ese hijo que venía en camino.
—Si hija, si tú lo dices que eres quien lo conoce, es porque es así. – Delphine simplemente acaba de beber su copa de vino y sale de la habitación de su hija tambaleando, los últimos días no hacía más que tomar vino, eso se estaba convirtiendo en un problema, pasaba la mayor parte del tiempo ebria.
Va atravesando el umbral de la puerta del cuarto de su hija, cuando siente la voz de Verónica que la detiene
—Mamá, necesitas ayuda, no puedes seguir bebiendo, eso puede perjudicar tu salud— Delphine solo asiente con la cabeza y hace un gesto con su boca, estaba en depresión profunda, una de la cual sería muy costoso salir, se sentía tan sola, que ni siquiera tenía valor ser una mujer con dinero, un cuerpo excepcional, estar casada con un magnate, pertenecer a una clase social alta, si es que nadie se preocupaba por ella, era tan infeliz.
El matrimonio fue organizado para un sábado, la mansión de Guillermo Maseratti era la apropiada para la celebración, pues su jardín trasero era un hermoso espacio bastante amplio, con unas flores hermosa, con una piscina y una excepcional decoración, parecía de ensueño ¿Quién no quisiera celebrar su matrimonio al lado de esa hermosa fuente blanca que sobresalía en aquel jardín? Pues bien, ya todo estaba listo. Menos la aceptación de la madre de Verónica.
—¡¡Mamá, prométeme que el día de mi boda no vas a estar ebria!!, Promételo por favor— Veronica le ruega a Delphine por sobriedad.
—Hija lo prometo, ya estoy buscando ayuda, prometo que estaré sobria el sábado, que emoción hijita, ya en un par de días estarás casada, tendrás tu propio hogar. Por cierto ¿Dónde van a vivir?, no he visto que cuadren detalles de un nuevo departamento o una nueva casa.
—Mamá con mi padre estuvimos de acuerdo que mientras nace él bebe viviremos aquí, la mansión es bastante amplia nada comparada con el apartamento de Manuel, aquí tendré ayuda de la servidumbre, allá tendría que hacerme cargo del hogar, y yo no sé nada de eso, ya sabes que mi padre donde salga de aquí no me dará dinero, y a Manuel no le alcanza para darme lo suficiente. – esa noticia le caía como un balde de agua fría a Delphine
—Pero deben buscar su propia independencia hija, no pueden vivir todo el tiempo aquí, ya sabes cómo es tu padre y es muy seguro que le haga la vida imposible a tu esposo.
—Eso lo que se mamá, pero sabes que yo lo único que he hecho con mi vida es estudiar una carrera que ni siquiera ejerzo, además de derrochar el dinero de la mensualidad que me da mi padre, no me he apoderado del trabajo que tengo en su compañía, así que dependo económicamente de él, cuando nazca él bebe debo ver cómo me hago cargo de esa parte mamá.
—Así debe ser hijita, tú cuentas con todo mi apoyo, pero la verdad para que un hogar funcione de verdad debe estar alejado de los suegros y los padres ¿entiendes eso?
—Si mamá, lo tendré en cuenta—ambas se dan un abrazo, sin llegarse a imaginar que lo que vendría será un verdadero infierno para todos en la mansión Maseratti.
El tan esperado día llegó, Delphine estaba cumpliendo la promesa que le habia hecho a su hija de no beber una sola de alcohol, el día anterior tampoco lo habia hecho y habia tomado unas gotas para la ansiedad, esto hizo que durmiera plácidamente, así que ese día su belleza lucía a todo esplendor, ella era una mujer muy hermosa, que sin importar la ayuda que las cirugías que su esposo le habia hecho, sus ojos mostraban una belleza natural.
En el jardín habia una decoración matrimonial espléndida, todo estaba lleno de rosas blancas, en este habia una fuente de agua era una escultura del arcángel San Gabriel, que le daba toda sobriedad a la mansión, el agua cristalina brotaba, mientras que un arco hecho de flores blancas y hermosas ramas, estaba frente a la fuente para proteger al cura que daría oficio al matrimonio.
Unas sillas blancas en forma ordenada estaban frente al arco, y cada uno de los invitados a medida que llegaba ocupaba un espacio, por fortuna para Verónica, ese día no llovió, así que el fresco sol de verano hacía que la reunión estuviera perfecta, por fin el novio, el tan afamado Manuel llegó.
Por parte de Manuel no habían invitados, sus amigos no eran acordes para ese tipo de reuniones y no tenía ni un solo familiar, así que llego en su auto, él habia hecho el gran esfuerzo por sobresalir en la reunión, su traje era de un paño fino, estaba de n***o y con una camisa azul, acompañada de una corbata negra también que a petición de Verónica se habia colocado, sus zapatos perfectamente arreglados, su rostro inmaculado, y su cabello en orden.
Él timbra en la puerta de la gran casa, casualmente la que estaba disponible en ese momento en el recibidor era Delphine, quien pensó que era uno más de los invitados, ella también estaba espectacular, se habia colocado un hermoso vestido color perla ceñido a su cuerpo, aunque no tenía ningún escote, se marcaba perfectamente su figura, su rostro estaba empañando por un suave maquillaje, y su cabello oscuro caía en ondas, de la forma en que estaba vestida ese día, parecía que tenía unos diez años menos de la edad que tenía en realidad.
Delphine abre sin saber que era él, cuando lo ve, no puede disimular y sus mejillas se enrojecen de inmediato, su voz le tembló, mientras que él se notaba con total naturalidad.
—Buenas tardes, señora Delphine, mucho tiempo sin verla— él sigue sin que ella le dé la entrada, pero prácticamente ya era parte de la familia, ya ni siquiera necesitaba que ella le dijera que podía hacerlo.
—Buenas tardes, Manuel, sí que ha pasado tiempo, sigue por favor, la ceremonia está a punto de empezar, todo ya está listo en el jardín de atrás.
—Por cierto, quería agradecerle por todo lo que ha hecho por nosotros para que este matrimonio se realizara, yo en estos momentos no cuento con la gran solvencia económica para hacer una reunión, así como tan de último momento, solo pude hacerme cargo de la luna de miel. —Delphine lo interrumpe
—Manuel, yo no tuve nada que ver con los preparativos de la boda, a decir verdad, fue mi marido y Verónica quienes se encargaron de todo, yo solo daba mis vistos buenos. — Aunque Manuel lo sabía, él solo quería tener un tema de conversación con ella.
—Bueno igual le agradezco la confianza de que me haya entregado su hija en matrimonio, haré lo que esté en mis manos por hacerla feliz, no solo a ella, sino al hijo que viene en camino, me emociona mucho la idea de voy a ser padre— Manuel al decir estas últimas palabras, se le iluminaron sus ojos, Delphine entendía ahora que ese matrimonio sólo se realizaba por darle la estabilidad al hijo que venía en camino, no por amor real, eso la frustraba, no quería que su hija pasara lo mismo que ella.
—Bueno, es hora de que vaya a esperar a la novia Manuel, muchas gracias a usted por querer cuidar de ella y de mi nieto, espero que les vaya muy bien —Delphine sobria era más racional de lo que podía ser cuando estaba ebria, pensaba mejor, en ese momento si alguna vez sintió atracción por Manuel, eso habia desaparecido de momento, ahora solo lo estaba viendo como su yerno y era mejor así.
Él le estira la mano, ella le sonríe y le da la de ella, Manuel al sentir el roce de la suave mano de Delphine, siente como un frio lo recorre y le baja hasta debajo de su cintura, ella era irresistible, podía decir que la consideraba mucho más hermosa que su propia hija. Y a decir verdad que Verónica era tan bella, que cualquier hombre estaría feliz de estar ocupando el lugar de Manuel.
Después de llegar al jardín, y aunque para la mayoría de presentes Manuel ya no era un desconocido, solo se posa en el lugar del novio debajo del arco que estaba hecho para la boda, se arregla su vestido y empieza a esperar pacientemente por la novia, todos estaban ansiosos, y la marcha nupcial empieza a sonar.
Todos voltean a mirar a la reluciente Verónica, que venía por el camino que estaba hecho para su llegada en medio de las dos filas de sillas blancas, todos la observaban y la alababan , su vestido en estilo princesa y con un hermoso escote en forma de corazón resaltan su belleza, tenía un velo en su cabeza que tapaba ligeramente su rostro, iba de gancho de su padre y caminaba feliz hacia el altar, aunque e no estaba totalmente enamorada, el hecho del show que representaba su matrimonio la emocionaba.
Manuel se la recibe a Guillermo quien le sonríe hipócritamente, para él solo era importante la posición social y el qué dirán, era preferible que la vieran casada con un hombre pobre que iba a ser el padre de su hijo, a que la vieran deshonrada como madre soltera, porque no quería que nadie que supiera que ese bebé había sido concebido antes del matrimonio, eso mancharía su reputación, por eso hizo que el matrimonio fuera rápido.
La boda se da de la mejor manera, fue rápida y concisa, en menos de 30 minutos Manuel y Verónica estaban casados, Delphine no había dicho ni una sola palabra hasta ese momento, total ella siempre era ignorada por sus hijos y Guillermo, estaba sentada en una mesa con un par de sus amigas, quienes solo hablaban de comprar cosas costosas, de lo que sus maridos adinerados hacían para tenerlas felices, y de lo afortunadas que eran por no ser pobres, mientras Delphine no podía evitar ver a la pareja de novios, quienes como si se amaran de verdad estaban bailando, y celebrando su gran matrimonio, las risas iban y venían, Delphine estaba en sano juicio, pero la situación la estaba empujando a beber, por más que lo evitaba, nada la hacía sentir mejor, sin pensarlo dos veces se levantó, buscó un mesero y en menos de dos minutos había bebido dos copas de licor, ese era el comienzo de una gran noche.