—No quiero que lo sepan todavía— dijo Druscilla.
—¿Qué quieres decir?
Estoy sugiriendo que entre nuestros parientes debe haber alguien con quien yo pueda alojarme hasta que anunciemos nuestro compromiso.
—¿Anunciar nuestro compromiso? Pero si ya estamos casados, niña, por si no te has dado cuenta…
—Claro que me he dado cuenta— dijo Druscilla, como si estuviera dando clases a una tonta criatura—. Pero, ¿es que no me comprendes? No tenemos por qué lanzar la noticia a los cuatro vientos. Si lo hacemos, todos pensarán lo peor. La gente no es nada tonta. Sabe bien que tienes tres meses corriendo en pos de la Duquesa.
—¿Cómo sabes tú que son tres meses?
—Fue cuando me enteré por primera vez. Puede ser más tiempo.
—¡Malditas sean tú y tus sirvientes chismosos!— exclamó el Marqués—. Son tre
