ELLIOT
Alex nos había contado sobre los planes que tenía con Ev, bueno, no exactamente lo que haría, pero sí que le tenía una sorpresa y esa era que convencería a sus amigas, quienes se encontraban en Los Ángeles, de vivir aquí, en Nueva York; sinceramente, se me hizo una buena idea, jamás había visto tan feliz y dadivoso al poderoso Alexander King; sin embargo, considero que se lo merece y que su tiempo de bienestar ha llegado a lado de esa hermosa mujer.
Aunque lo que jamás imagine es que yo también quedaría sorprendido, ante la belleza de una de ellas, pero mi comportamiento no fue el mejor y lo acepto, por eso terminaría enmendado mi error.
Se escuchó el timbre y Alex le pidió a Ev que fuera ella misma a abrir la puerta, por supuesto que sus gritos de sorpresa no se hicieron esperar, pronto le grito a Jud, quien al verlas, al igual que Ev grito y se emocionó. La verdad es que no tenía idea de quienes eran y no es que no me importara, sino simplemente que no me importa conocer a nadie, aunque al verla, cambiaria de parecer al instante.
Obviamente, Ev nos terminó presentando a Anne y Kat, quien fue la mujer que me robo el aliento y no es que esto jamás me haya sucedido o no quiera que me suceda, pero ya una vez lo viví y todo termino muy mal, no pretendo volver a pasar por lo mismo nuevamente.
Supuse que, poniendo mala cara, no se acercaría a mí, ni por equivocación; sin embargo, me sorprendió gratamente cuando me ofreció una cerveza y empezó a conversar conmigo.
La verdad es una mujer bastante interesante y la cual no se guarda nada para sí misma, dice lo que piensa, sin pelos en la lengua y eso me agrada bastante.
Más tarde, cuando todos nos encontrábamos esperándolas para ir directo al pub, jamás imagine que bajaría vestida de aquella forma, se miraba tan sexy y hermosa; no pude quitarle la mirada de encima y sé que todos los hombres, al igual que yo, no dejarían de admirarla.
En cuanto llego hasta donde yo me encontraba, la tome de la mano y no la deje ni un solo minuto, además tenía que disimular mi jodida erección, ¡maldita sea!, solo a mí me pasan estas cosas, necesito llevarla a la cama lo más pronto posible o me terminaré arrepintiendo y no cederé a mis impulsos. Procure ser lo más caballeroso posible, le abrí la puerta del auto y trate de disimular la campaña que tengo desde que la vi. Ya sobre el camino, la verdad me encontraba bastante estresado debido a mi condición, no sé por qué jodida razón no podía controlar mi polla, es como si tuviera mente propia.
Kat trato de conversar, pero lo último que yo quería era hablar, así que dejo de intentarlo; lo que realmente necesito es… será mejor que deje de pensar en eso o lo arruinaré todo
En cuanto llegamos al pub, Kat se sorprendió por todas las personas que se encontraban formadas para poder entrar y también lo hizo cuando los de seguridad nos dejaron entrar como si nada, obviamente todos nos abuchearon, pero por algo somos los dueños del pub.
Nosotros nos quedamos a observar como bailaban, supongo que ninguno podía quitarle los ojos de encima a su debida chica y entonces, todo sucedió tan rápido que cuando me di cuenta, ya os encontrábamos rodeando al pendejo que se encontraba a punto de golpear a Ev. Alex, por supuesto, que quería matarlo, pero impedimos que lo hiciera, aunque lo que si no pudimos evitar es que le terminaran dando la paliza de su vida.
Dejamos la pista de baile y decidimos subir mejor a nuestro salón privado, las chicas estarían más seguras, también se podrían divertir y bailar y nosotros nos relajaríamos. Pude notar la mirada de diversión de Kat ante lo que sucedió, no porque hayan acosado a Ev, sino cuando todos rodeamos a punta de pistola al pendejo ese. Ya podía estar seguro de que un interrogatorio me estaba esperando. Pero antes, primero tendré que calmar cierta área de mi cuerpo, que aún no termina de entender que tiene que esperar el momento adecuado.
Finalmente, cada quien decidió partir a su respectiva casa, pero, no regresaríamos solos, sino muy bien acompañados.
Kat parecía bastante animada, así que para subirle el ánimo, hablé claro y contundente, no más estupideces de mi parte; bueno, a menos que ella no quiera. Baje el volumen de la música, orille el auto frenando de golpe, para poder mirarla a los ojos al decirle lo que estaba a punto de explicar y ella frunció el ceño, no sabiendo lo que pasaba por mi mente, mucho menos lo que le diría a continuación; aunque si tuviera la mínima idea...
—Solo voy a decirte esto, una sola vez —, anuncié palabra por palabra para poner más énfasis en cada una— no lo voy a repetir, no quiero preguntas al respecto y tampoco pienso hablar más de ello—alce un dedo ante cada oración—. Te llevaré a mi casa, donde al llegar, lo primero que harás será quitarte absolutamente todo lo que traes puesto —la señale de la cabeza a los pies, me miró como si me faltara un tornillo o algo parecido, aunque su mirada la delataba, esa pequeña sonrisa y la mordida en su labio inferior, me puso a mil— enseguida, subirás a mi habitación, que ya te indicaré cuál es, una vez nos encontremos ahí y me esperarás sentada sobre la orilla de la cama, sin absolutamente nada puesto, con las piernas abiertas de par en par, ¿comprendiste? —pregunte y ella asintió, abriendo los ojos tan grandes que casi se salen de su órbita y cerrando sus piernas, seguramente generando la fricción que necesita en este momento debido a mis palabras y lo que está imaginando que sucederá, aunque… ¡No tiene ni la menor idea!, pero espero que le guste.
Regrese mi vista al camino, arranque de golpe sin volver a mirarla de nueva cuenta y sin volver a dirigirle la palabra. Maneje más rápido de lo usual, queriendo llegar lo más rápido posible. Divise a lo lejos mi casa, abriendo el portón automático y entre. De reojo miré a Kat, quien parecía un poco tímida en este momento, sonreí de medio lado, me baje del auto y camine rápidamente para abrir la puerta y ayudarla a salir.
—Adelante —le señale el camino y deje que caminara delante de mí, queriendo ver el movimiento de sus caderas e imaginando como las movería una vez que nos pusiéramos a trabajar en ello.
Se detuvo delante de la entrada, me miró con un poco de impaciencia, mientras yo mantuve cierto ritmo, hasta que finalmente llegue hasta donde ella se encontraba.
Con toda la calma del mundo abrí la puerta, espere a que Kat entrara y en cuanto lo hizo, le explique a qué habitación entrar. Me escuchó atentamente y comenzó a desnudarse frente a mí, mi polla reacciono, pero ya hay tiempo para eso, más tarde.
Obviamente, me estaba provocando, me deleitaba la mirada con cada prenda que caía al piso, hasta que terminó de quitarse absolutamente todo y quedo de frente a mí, como dios la trajo al mundo. Me dio la espalada y empezó a caminar directo a las escaleras, meneando sus caderas provocativamente, hasta que la perdí de vista.
Ni siquiera se imagina lo que le espera, una vez que yo me encuentre en la misma habitación, disfrutaré cada maldito segundo.