Paris despertó casi tan temprano como Sebastián, pues la noche del domingo le tomó mucho tiempo conciliar el sueño, esa sería la primera vez que vería el interior de la universidad en la que siempre deseó estudiar y eso la mantenía muy ansiosa. El padre de Paris era un hombre al que le gustaba mucho pintar, aunque él lo había tomado únicamente como pasatiempo había sido un hombre muy talentoso. París tomó en su mano un pequeño cuadro que su padre había pintado con el rostro de su madre. Un nudo se formó en la garganta de Paris ante los vagos recuerdos que aún mantenía de ella. Paris recordaba los ojos de su madre, eran tan grises como los suyos, pero Lauren no era pelirroja, su cabello era más bien de un tono marrón como el chocolate y sus mejillas no estaban llenas de esas pequeñas moti