Luego de un sueño intranquilo, Sebastián abrió los ojos, aún no llegaba el amanecer, cuando se levantó sintiendo un cosquilleo en el estómago. Se dirigió al baño y pronto comenzó a ducharse; tomando su tiempo dejó que el agua caliente recorriera su cuerpo y con ayuda de una esponja comenzó a enjabonarse hasta que al fin terminó y tomó una toalla para secarse. . Al comenzar a ingresar los rayos de sol por la ventana, Sebastián ingresó al vestidor y tomó una camisa de color gris, se colocó un pantalón en un tono más oscuro que su camisa, aplicó una deliciosa colonia sobre su cuerpo y por ultimo tomó su abrigo n***o en su mano para salir de la habitación y dirigirse al comedor donde aguardaba el desayuno que la cocinera Edith había preparado para él. —Buenos días —saludó Rufina la ama de