Presente de Eloisa.
Cuando Thomas volvió al poco rato, su cara era más sonrisa que nada. Cargaba unas cuantas cosas con él; caminó con ellas hasta llegar al sofá y las dejó sobre la mesita delante de él.
— ¡Ven acá!
Me llamó mientras se acomodaba en el asiento, por poco saltaba de la emoción. Me senté a su lado para ver de que se trataba.
— ¿Que es todo esto?— pregunté mientras tomaba un libro de la mesa.
—me pediste que me esforzará... por eso llegarás ese libro con todas las fotos que quieras— dijo mientras me entregaba una caja cuadrada.
La imagen de la caja mostraba una cámara fotográfica de las que siempre había querido para mis viajes. Era una cámara instantánea de color blanco y rojo. Me acerqué a las pequeñas cajas que quedaban sobre la mesa para comprobar lo que pensaba. ¡Exacto!, ahí estaban las recargas de papel fotográfico para lo que tenía en mis manos.
—¿Que tramas Tomto?— Le pregunté respirando hondo.
— solo quiero hacerte feliz, y que decidas si quieres renovar nuestro compromiso o no al finalizar tu álbum.— en ningún momento dejó de sonreír mientras hablaba, y explicaba su plan moviendo sus brazos imaginando lo que sucedería a cada paso.
— hmm.. ok.. ey... y.. supongo que tienes algunas reglas en mente para que funcione este plan tuyo, ¿no?
— por supuesto. Primero, tienes que sacar una foto mínimo en cada cita que tengamos...pueden ser las que tu quieras, pero mínimo una.
Segundo, hmm.... no tiene que ser exactamente de nosotros.. puede ser un paisaje, una comida, un objeto o nosotros, claro.
Tercero...hmm..lo siento, tendré que escribirlas.
Se levantó y fue hasta la cocina para buscar entre los cajones algún lápiz. Consiguió uno y volvió al living para buscar algún papel en el mueble bajo la televisión.
Al final, abrió la caja de la cámara y escribió en la parte interior de la caja por donde la había abierto.
—perdón.. es que estoy inventando las reglas sobre la marcha... ¡okey!, tercero entonces, las fotos deben tener el lugar y la fecha como mínimo escritas en ellas para detallar el momento. Ahora ve por tu chaqueta.
—¿mi chaqueta?—dije un poco sorprendida.
—¿Hay más de tu loco plan?
Loco el plan y loco él pensé, por estos días no hacía otra cosa más que sonreír.
—antes ayúdame a preparar la cámara por favor, mientras voy por mi chaqueta y me cambio de ropa— dije corriendo a cambiarme por algo más abrigado.
Aún no terminaba de vestirme cuando Thomas avisaba que ya estaba lista la cámara. A los pocos minutos volví ya lista para que me enseñará como usarla.
—okey, ¡ya entendí!— corrí de vuelta a la habitación con la cámara en mano.
Thomas se levantó lentamente del sofá y me siguió para ver lo que haría; Tomé el ramo de rosas que tenia sobre la mesita de noche y puse sobre las flores la nota que traian.
Traté de buscar la mejor luz junto a la ventana y encuadré lo mejor que podía con una mano. Disparé y salió la fotografía. Tomé el papel y volví las flores a su lugar.
—creo que me empieza a gustar tu idea... ahora pienso que un álbum será muy poco.— dije mientras sacudía la foto y entrecerraba los ojos para mirarlo.
—puedes tener más álbumes, de diferentes cosas. Yo solo te pido uno— dijo mientras tomaba mi mano para alcanzar la fotografía.
Me acerque para ver lo que el veía y comprobar si había salido como yo quería. La nota estaba en medio y la rodeaba el color rojo de las flores.
—Creo que esta será la primera foto del álbum —dije mientras me dirigía a la mesa para anotar la fecha.
Miré en el celular de Thomas el día y lo anoté como pie de foto y luego pensé. ¿que debería colocar en "lugar"?. Thomas seguro se dio cuenta de lo que pensaba porque de una zancada se puso a mi lado y se inclinó para tomar el lápiz en mi mano y escribió "Nuestro Hogar" bajo la fecha.
— bien.. ahora iremos por nuestra segunda foto del álbum.
Llegamos frente al museo de bellas artes un par de horas antes de que cerrarán. Desde antes de entrar, la belleza y esculturas del lugar me habías dejado fascinada. Quería sacar fotos a cada escultura y detalles del lugar a cada paso. Me contuve a duras penas. Quizás esto era parte del plan de Thomas para que yo terminará cuanto antes el álbum.
—Amor.. si quieres sacar mil fotos, hazlo— dijo como si leyera mi mente nuevamente— tu eliges si colocarlas en el álbum o no .. ¿entremos?
Dejamos atrás la escultura de Rebecca Matte de la entrada para hacernos pequeños dentro del museo.
El techo abovedado de vidrio lucia los colores celestes del cielo primaveral. Cada tanto alguna escultura nos cortaba el paso para que apreciaremos su belleza y los sentimientos o momentos que la habían moldeado.
Un pequeño grupo de personas rodeaba una escultura,decidimos dejarla para verla a la salida y optar por subir al segundo piso en ese momento.
Cuando llegamos al segundo piso, unas mujeres gigantes de piedra con coronas de laureles en sus manos capturaban a un grupo de estudiantes, y con justa razón. Ambas mujeres de piedra sostenian un arco de un balcón sin esfuerzo solo con sus cabezas.
— ¿No les sacaras algunas fotos?— preguntó Thomas señalandolas.
—eso esta prohibido, lo siento.—contesté alzando los hombros.
—no veo ningún cartel que lo prohíba— me contestó como si se burlara de lo que le decía.
—seguro te lo saltaste en la entrada.—Le repliqué haciendole una morisqueta.
Realmente yo tampoco había visto ningún cartel que lo impidiera, pero estaba mil por ciento segura de que en lugares asi se prohíbe. No se mucho de arte, pero en mis muchos viajes conocí distintas clases de personas; una de ellas era restauradora en un museo. Decía que lo peor era tocarlas porque arrancaban parte de las patinas del material o que las fotos las exponían a un severo deterioro .. no se muy bien por que, pero por cuestiones de conservación supongo, en fin.
Cuando salimos del museo saqué una foto del gran arco que enmarcada la puerta con sus querubines cargando ramas y la escultura Unidos en la gloria y en la muerte al frente en la foto.
Thomas esperaba pacientemente a que yo terminará para darme la mano. Guardé la imagen en mi cartera y tomamos rumbo desconocido para mi.
Después de una pequeña caminata llegamos a un restaurante de letrero n***o y letras blancas. Y su cartel de la entrada me recordaba a los cinemas en las películas que me gustaban.
—Bienvenidos a Holy Moly — Nos recibió una agradable joven.
—aquí creo que no está prohibido que dispares esa cámara — me dijo Thomas al oído.
Tenía razón; las paredes del lugar llamaban mi atención, la decoración lucia fresca y alegre, me recordaban mi habitación de adolescente. Lastimosamente la pequeña e inocente comparación habia traido el recuerdo de mi padre a flote.
Cada cierto tiempo. Me veía extrañando a mi padre y luego la rabia le seguía. Eso siempre contenía las lágrimas a punto de brotar. Hoy no era la excepción para esa rutina.
Luego de un rato todo era risas y apetitosos platos, Thomas pidió una cerveza y yo un pisco sour. Cuando llegaron los platos a la mesa, el celular de Tom sonó. El miró la pantalla y sonrió.
— Gustavo ya le dijo a mi madre que estaba de vacaciones. Quiere que mañana vaya a almorzar con ella. Vamos, te agradará su esposa y a mi madre verte.
Tomas volvió a pedir otra cerveza para terminar su hamburguesa y yo pedi un tequila margarita esta vez. Fue una muy mala elección de mi parte.
Me borré casi por completo, luego de darle unos sorbos a ese tequila a mi mente comenzaron a borrarle escenas; alguien tomandonos unas fotos, luego no recuerdo como llegamos a casa, pero si, yo frente al inodoro mientras Thomas sostenía mi pelo, y luego nada.
Cuando desperté a la mañana siguiente estaba avergonzada por que Thomas me haya visto en ese estado. Estaba sola en cama así que seguro Thomas ya estaba preparando el desayuno.
—despertaste al fin.. ¿estás bien?.
Me saludo Thomas, el solo llevaba pantalón de buzo y sostenia una banteja. Su cuerpo tatuado y marcado hizo que olvidara por completo el dolor de cabeza con el que había despertado.
—te llevaba el desayuno justo ahora.
La bandeja en sus manos contenían justo lo que necesitaba, Me incliné para tomar las pastillas que habían en un plato con cuidado para no sentir que el cerebro se me caía y tomé la taza que Thom se había inclinado a recoger para mí.
—Gracias— dije mientras arrastraba los pies de lo muerta que me sentía para llegar al sofá. Me senté en el apoya brazo y atraje a thomas mas cerca para abrazarlo.
—No es necesario que vayamos donde mi madre. Puede ser otro día, hoy podemos ver una película y pedir algo de comer.
Sonreí, era tan atento conmigo, siempre lo había sido. Amaba sentirme una niña pequeña con él, Porque sabía que me apapacharia sin titubear.
—déjame que me hagan efecto las pastillas y estaré lista. Hay que sacarle provecho a tus dos semanas de vacaciones—le contesté mientras el acariciaba mi pelo y daba un beso a mi frente, luego me separó y fue hasta el mueble bajo la tele para recoger unas cuantas fotos que habían ahí.
—deberías elegir tu foto de nuestras cita ayer— dijo Tom mientras colocaba el montón sobre mis manos.
La primera foto era la del museo, la foto ya tenia el lugar y la fecha escritas en la parte inferior. La miré un poco más en detalle y luego la pasé hasta atrás del pequeño montón. Fotos de lugares y gente borrosa venían después, las pasé una a una hasta atrás. Una de Thomas y yo abrazados les seguia a las ya pasadas, seguro era la foto que recordaba nos habían tomado; la pasé para ver a otra instancia de mi sentada en una acera posando a la cámara. Me veía alegre y no se notaba que estaba ebria. Luego había otra de Thomas sacándose la foto conmigo de fondo mientras sobaba mi espalda en el baño.¿eso era algo que debia ser fotografiado?. Leí el pie de foto "nuestra primera borrachera juntos" la letra era de Thomas y al parecer también estaba ebrio porque las letras eran tiritonas y comenzaba en una línea para ir subiendo en diagonal.
La siguiente era una de esta mañana. Era yo enrollada en las sábanas con el pelo aún tomado con pinches pequeños a los costados y el resto desparramado como tentáculos a mi alrededor. No me veía tan mal para estar ojerosa y despeinada.
—esta es mía, lo siento—dijo Thomas sacándola del montón.
—okey.. no sabía que también tenias un álbum que llenar.
—esta mañana se me ocurrió que debía tener uno también.
Le dedique una mirada de ojos entrecerrados unos segundos para ir a la ducha después.
Las pastillas me habías devuelto a la vida y la ducha me había dado ánimos. Así que me vestí con un lindo vestido blanco que tenia detalles en n***o. Y sobre el me puse un abrigo 3/4 de pelo corto de cuadros negros y blanco y unos zapatos altos con un detalle de sangre en color negra en el tacón.
En un bolso coloque mi cámara, repuestos de papel, mis gafas y mi billetera para comprarle algún regalo de camino a casa de mi suegra; la madre de Thomas era más una amiga que una suegra y solía cuidarme como a uno más de sus hijos. Le tenía un gran cariño, le había dicho a Thomas que no le hablara de mi para darle una sorpresa.
Cuando llegamos Thomas entró primero y yo le seguí, su madre estaba preparando la mesa pero quedó sorprendida al vernos, pero no de la forma que deseábamos.
De la cocina salía la esposa de Gustavo sosteniendo una jarra y detrás de ella con una fuente de ensalada, Sofia.