La Copa.

854 Words
Presente Thomas. Al entrar en la casa de mi madre, ella nos miró y volvió la vista a Sofia. Sofia sonrió con timidez y dijo que era mejor irse. Para mí sorpresa Eloisa fue tras de ella. Al cabo de un rato volvieron y seguimos como si nada hubiese pasado. Nos sentamos a almorzar y conversamos de todo lo que había ocurrido en el tiempo en que no había visto a mi madre o a mi hermano. —familia, les tengo una noticia, le pedí a mi madre que te llamara porque quería que estuviéramos todos reunidos para esto— dijo Gustavo mientras se levantaba de su silla alzando una copa para hacer un brindis. Miro a su lado y Gabriela hizo lo mismo tomando de la mano a mi hermano. —¡no!, ¡no me digan que se van a casar!— comentó mi madre adelantándose a los hechos emocionada. Gustavo y Gaby solo se limitaron a mirarse con complicidad. —Estamos esperando un bebé.—dijo Gustavo Todo era felicitaciones, brindis y posibles nombres para mi futuro sobrino o sobrina. —..a demás,—continuó Gaby para añadir más a la gran sorpresa— si nos casaremos. Miré a Eloisa, ella sonreía a la vez que acariciaba el anillo en su dedo. No dijo nada, tampoco me miró. —no van a ser los únicos. —dijo Sofia como si le correspondiera a ella dar la noticia de nuestro matrimonio con Elli. —¿También te vas a casar? ,Wow. ..felicidades— Eloisa acaba de responderle a Sofia como si no tuviera idea de a qué se refería. —No, yo no me refería a eso—contestó Sofia pero Eloisa la volvió a cortar. —entonces no le quitemos protagonismo a Gaby y a Gustavo— se volvió hacia mi hermano y mi cuñada, se levantó de su asiento y alzó su copa.—Estoy muy feliz por ustedes, espero que esta nueva etapa y la familia que están formando este colmada de buenas y maravillosas bendiciones, Salud. El resto de la tarde continuó entre risas y festejos, hasta que se hizo de noche. —Hijo, ¿porque no arreglas las cosas con Sofia?, yo la invité hoy para que se arreglaran, pero no sabía que vendrías con Elli.—comentó mi madre cuando estuvimos solos en la mesa. —No tengo nada que arreglar con Sofia, mamá. —Eloisa no te conviene, hijo. No quiero verte sufrir de nuevo como hace años. —Mamá.. —¿Sabe ella que intentaste suicidarte? —mamá no quiero.. —me imagino que no le has dicho nada. —¡Basta Mamá!— no acababa de gritar cuando ya estaba arrepentido, jamás le había gritado o faltado el respeto a mi madre, tampoco se lo merecía. —lo siento Mamá — le dije levantándome de mi asiento para acercarme a la de ella y agacharme junto a su silla— no quise gritarte, perdón. Pero no quiero que me digas que hacer y que no, acepté salir con Sofia en primer lugar porque pensé que me ayudaría a olvidar a Elli, y porque a ti te agradaba, solo quería hacerte feliz. Pero yo no soy feliz con ella. Amo a Eloisa, esta vez no la voy a perder. Mi madre alzó la vista para ver a Sofia que estaba de pie con una bandeja de postres en la entrada del comedor. —Sofia, cariño—le dijo mi madre sin hallar palabras adecuadas para lo que acababa de oír. —No se preocupe, lo tengo todo claro. Acepté venir por el cariño que les tengo y porque Gaby es mi amiga también, ella me pidió que viniera, me dijo que era importante que estuviera. Sofia se deshacía en explicaciones mientras acomodaba los postres puesto por puesto con ojos llorosos y una sonrisa nerviosa. —lamento que escucharas todo eso, lamento que.. — no hace falta Tommy. Estoy bien, esta todo bien. Gustavo venía con Gaby susurrando a su oido mientras ella reía de lo que escuchaba de él. —Bien, ¡a seguir comiendo!— dijo Gustavo mientras ignoraba lo que ocurría. —¿donde fue tu amiga Tommy?— preguntó Gabriela. —fue al Auto, iré a buscarla— dije mientras me apuraba a llegar a la puerta. En parte me alegraba tener una excusa para salir de esa situación y por otra me sentía como todo un cobarde. Eloisa estaba sentada en el asiento trasero al del copiloto con la puerta abierta, sus pies estaban descalzos puestos en el pasto. Dibujaba con ellos algún garabato en el suelo, no siento cuando me acercaba. —El postre está servido, ¿vienes?.— dije de pie frente a ella. —Escuché lo que dijo tu mamá recién. —de que hablas... —iba entrando en la casa cuando escuché que te decía que yo no te convenía y que habías intentado suicidarte. Sus ojos y su cara estaban empapados en lágrimas cuando levantó su rostro. Verla llorar me dolía mil veces más que recordar el momento en que planeaba acabar con mi vida.
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