Bajé el vidrio de la ventana del auto para asomarme y ver que era lo que sucedía, de por qué no avanzaba el tráfico.
—¿Qué sucede...? ¡Dios!
El auto de mi lado izquierdo bajó el vidrio, y noté al chico bien coqueto que en él iba.
—¡Emma, que preciosa casualidad verte en el tráfico!
Sonreí mirándolo quitarse las gafas de sol.
—¡Jake! ¿Cómo has estado?
—Bien, y ahora mucho más de verte. ¿Y tú? Aún estoy esperando esa salida que tienes pendiente conmigo.
—He estado "bien" —hice comillas con los dedos— y sobre la salida, ¿que te parece más tarde? Así p**o mi deuda de una vez.
—Solté unas carcajadas.
—Sería un honor para mí. A las 4, ¿te parece bien?
Los autos detrás comenzaron a sonar las bocinas para que ya avanzaramos.
—Nos vemos.
Aceleré y me fuí cruzando una sutil curva. Hasta llegar al edificio en donde me dirigí al estacionamiento, y corrí al elevador; antes de entrar dudé un poco... Recordé la última vez donde quedé atrapada gracias al Diecisiete. Que solo quería divertirse un poco conmigo y donde casi yo de idiota lo beso.
Me hizo ver cómo una tonta, lo recuerdo y... ¡Aish! Que estúpida fuí, ese bastardo...
Y entré al elevador. No podía darme el lujo de perder más tiempo a una reunión con un un señor que tiene una agenda bastante ocupada por cuestiones de trabajo.
Al menos ya sabía, en esta ocasión, donde quedaba su oficina. Toqué dos veces y la puerta se abrió.
—Adelante, señorita Thompson. El señor Roger la esta esperando.
Una mujer bastante alta y rubia, de labios pintados de terracota suave, fué quien me indicó que pasara y me sentara en un sofá de cuero n***o, mientras él llegaba.
Había olvidado el aspecto de su oficina, que era bastante espacios, con una ventana completa desde el techo al suelo, cuyo cristal cubría todo y le daba ese toque de modernisno y elegancia. Se podía ver claramente la ciudad, como iban los autos y las personas con sus mascotas, unas trotando, otros con niños y ancianos en el parque.
—¡Emma! Ya estaba preocupándome, por un momento pensé que no ibas a venir.
Me estrechó su mano para saludarme, y luego me hizo un gesto invitándome a sentarme frente a él.
—Si eso hubiese sido así, le hubiese avisado, obviamente.
—Por eso mismo lo pensé solo un pequeño instante. —Sonrió mientras buscaba unos papeles.— ¿Cómo te encuentras?
—Hoy ha sido un día atareado, estoy un poco intrigada, pero bien.
—De acuerdo, perdón por tanto misterio. Pero, esto debíamos hablarlo aquí y con calma.
Entrecerré mis ojos. —¿Y de qué se trata?
Se recostó en su silla reclinable, descansado y puso una mano en su barbilla, como apoyo.
—Tengo una propuesta bastante interesante para ti.
—Le escucho.
—¿Qué dices sobre trabajar para una de nuestras agencias de modelaje? necesitamos un rostro para promocionar nuevas creaciones en tendencia. Y tu eres perfecta para esto.
> Jamás en mi vida me imaginé cómo modelo... Así que, por un instante lo imaginé y realmente no me vi mal, sería una modelo bastante original, y siendo sincera tengo rasgos ideales para ello. Soy delgada, mi piel es bastante sana y losana, y algo que me da muchos puntos a favor es mi larga cabellera rojiza natural con ondas tipo cascada que me dan ese atractivo.
—Bueno, si que es una sorpresa. —Dije exaltada.— Me gustaría saber más sobre esto para poder decidir.
—Claro, Emma. Mira...
Me mostro unos papeles y documentos, unas revistas que si son bastantes conocidas y que alguna vez recorte alguna que llevaba frases de escritores célebres para pegarlos en mi habitación. Me contó como sería el proceso de contrato y lo que implicaría todo aquello, incluso el p**o que si me llamó bastante la atención y los beneficios que obtendría.
Esto no me lo esperaba, pero era una increíble oferta.
Después de un buen rato de explicación y demás, ya habiendo tomado dos tazas de té verde (ya que preferí el té en vez del café) quedamos en que mañana le estaría dando respuesta acerca de la propuesta.
Me despedí del señor Roger, quien fue bastante agradable y atento, a diferencia de la primera vez que le vi, esta vez me agradó mucho.
Salí de su oficina pensativa, tratando de imaginar cómo sería si aceptara esa propuesta, preguntándome si me serviría, si habría algún inconveniente o que opinaria mi familia al respecto y, aunque probablemente mi papá ya este enterado de todo, al final fue el quien me dijo que debía reunirme con el señor Roger.
Caminando iba sumergida en mis pensamientos.
Llegué al auto y fui directamente a casa.
Damián estaba cocinando junto a Bárbara. Quienes al verme llegar me preguntaron cómo me había ido.
—Es un locura total. Jamás lo hubiese imaginado.
—¿Sobre qué? —Bárbara miró a Damian sin entender.
—El señor Roger me ha propuesto ser modelo de una de sus agencias.
Hubo unos segundos de silencio, y Damián lo rompió soltando una carcajada bien fuerte.
—¿Es en serio? —Se puso serio y luego volvió a reírse.— ¿Emma hablas en serio?
Le revire los ojos, y agregué. —Estoy hablando en serio.
—¡Emma! ¡AHH! —Bárbara dió un gritó de emoción.— ¡Mi amiga es modelo!
—Es que no me la imagino... o sea, ella con su cara toda seria como un militar o agente del gobierno. Emma es muy introvertida para eso, nah, es un chiste.
Bárbara tomó un almohadón y la lanzó contra el rostro de Damian.
—No seas tonto. Ella es perfecta. Eres perfecta para eso, Emmy. ¿Qué dijiste al respecto? ¿Aceptaste?
—Quedé en avisarle mañana. ¿Crees que sea indicada para eso?
—¡Obvio no! —Me interrumpió Damián.
Bárbara y yo lo vimos de modo desagradable.
—El señor Damián... ¡Dios! Ya me estás volviendo loca Damián. —Mencioné.— El señor Róger, —corregí.— me dijo que soy indicada para esto.
—Es que si, eres bastante perfilada, guapa y delgada como una modelo.
—Debes caminar así...
Bárbara comenzo a caminar exageradamente como si estuviese en una pasarela.
—Hombros atrás, sacas pecho, y mueves de un lado a otro las caderas...
Reí con su tutoríal. —Pero, creo que seré modelo de fotografía, no de pasarela.
—Ah. Haberlo dicho antes.
Tomó el teléfono de Damián y activó la linterna, y le dijo que enfocará en dirección a la pared que tenía un cuadro de Leonardo Da Vinci haciendo que luciera más vintage. Y con su celular puso el temporizador, colocándolo en la mesita apoyado de un bolsito.
—Te pones así, como si vieras a la cámara, pero no lo harás. Actúas con naturalidad y sonríes con egocentrismo.
—Tu eres experta en esto, querida.
Estuvimos un rato simulando estar frente a las cámaras, incluso Bárbara me maquilló usando colores de tonos fuertes que no estoy acostumbradas a usar. Pero, me veía como una verdadera modelo latina. Tenía suficiente iluminador cerca de los pómulos, en la punta de la nariz y un poco en el arco de las cejas.
Me puso un poco de rubor en polvo en las mejillas, combinado de un labial terracota, y unas sombras ahumadas, bien difuminadas. Difuminó todo muy bien, y rizo mis pestañas, quedando más expuestas y luego agregó rímel.
A mi gusto, siempre he usado solo labial y un poco de rubor, nunca he usado demás maquillajes, pero esta combinación a pesar de ser bastante cargada, me gustó mucho.
—Eso baby, ahora haz una mirada intimidante...
Me dijo Bárbara mientras veía la cámara.
—Ok, algo así. —Hice mi mirada, viendo cerca del lente de la cámara.
—Emma... —Hizo unos sonidos con la boca de negación. Dije intimidante, pero un intimidante sexy, no de miedo o terror.
Damián se ahogó justo cuando tomaba agua, de la risa.
—Eso te pasa por envidioso.
—Emma, —estaba tociendo— yo no envidio a nadie, y menos a ti. Loca.
—Te echaré labial en el ombligo.
—Mejor me retiro...
Se fué a la parte trasera de la casa. Y Bárbara y yo continuamos con nuestra sesión de fotos.
—Esto se siente bien.
—Si, ya te estás familiarizado.
Al momento no lo pensé más, me proyecté a mí trabajando como modelo; se abrirían muchas puertas de trabajo, así que era una oportunidad increíble que no debía dejar pasar.
"Buenas tardes, Señor Roger. Le escribe Emma para informarle mi respuesta acerca de su propuesta de trabajo y contrato. Y le confirmo que mi respuesta es sí, si aceptó su propuesta"
Lo envié.
Eran ya las 4:38 y recibí una llamada de Jake. ¡Había olvidado por completo la salida de hoy a las 4 con él! Que vergüenza, y ni siquiera me había arreglado y estaba maquillada tan exageradamente... Le dije que a Jake que estaba casi lista. Dijo, que me recogería dentro de 5 minutos.
Como pude, a toda velocidad, me puse unos boysfriend altos y un croptop estilo aesthetic. Algo sencillo, ya con el maquillaje era suficiente y no me daba chance de quitarme todo, así que me quedé con eso, no iba a perder más tiempo y tampoco quería que supiese que había olvidado todo.
Escuché la bocina de su auto.
—Oh mi Dios...
Me rocie perfume, y baje corriendo por las escaleras.
—Había olvidado que había quedado de salír a las 4 con Jake... Nos vemos más tarde. Hasta luego... —Me despedí.
—Emma y tu maquillaje...
Murmuró Bárbara viendo ir.
—Hola, hola. —Saludé a Jake apenada.
—Emma... —Dijo tan asombrado que me preocupe.
—¿Ocurre algo?