Capítulo IV

1298 Words
Me quedé esperando que me respondiera, pero sólo se sonreía, estaba un poco ¿nervioso? Nunca antes había visto a Jake comportarse de esa manera, solo una vez cuando salimos a comer... Y, se me hace tan diferente a como era él o a cómo él se demostraba en el colegio. Un chico al que no le mostraba miedo a nada, un chico al que hacia temblar a cualquier chica que el viera a los ojos, cosa que conmigo nunca pasó, afortunadamente. Me era irritante, sin embargo, conociéndolo ahora me pude dar cuenta que es un chico bastante sensible y muy querendón. —Disculpa, me distraje un rato. ¿Nos vamos? —¿Jake? No me respondiste, ¿pasa algo? —Ah. —se detuvo cuando iba a abrir la puerta de mi lado del auto.— Si pasa, es que, sin sonar exagerado, debería ser un delito total. —¿Que cosa? —No comprendía. —Que seas tan hermosa, y muchísimo más con maquillaje, luces increíble. Momento exacto en el que sentí el calor que desprendía mi rostro. —Ya estás colorada, aún más linda... Definitivamente debe haber una ley que regule el nivel de belleza en la calles, no puedes andar por ahí encantando a las personas, o incluso matandolas de un infarto. Sonreí para disimular un poco por todos sus halagos que, me hacían sentir genial, pero a la vez como una tonta. ¿Por qué reaccioné así? Que patético de mi parte... —Bueno, gracias por todo eso. Señor Donjuán. —No soy ningún Donjuán, querida Emma. —Bien y ¿a dónde iremos esta vez? —Quiero llevarte a conocer algo que es una de mis lugares favoritos. Mientras iba conduciendo me pasó su teléfono celular. —Toma, sacanos una foto. —De acuerdo... Tomé una foto que salió bastante bonita. Me quedé observando cómo se veía el maquillaje en mí. Y le dí zoom, noté como había una extraña forma en la parte de atrás del asiento de Jake. —Jake... —Murmuré en tono muy bajo. —¿Si? —Hay algo extraño en la foto. O no se si estoy confundiendo. Voltee a ver si había alguna sombra por la luz, pero no había nada, ni siquiera se formaba nada con la luz. Otra vez apareció esa sensación que desde varios meses no sentía, donde nada raro había acontecido, o al menos nada anormal. —¿Como qué? ¿Un fantasma? —El soltó una risa. —Luego tú sacaras tus conclusiones... Parecía una silueta de un hombre, me causó escalofríos. —Ya llegamos. Ahora, acompáñame. Iba abrir la puerta, pero él fue corriendo a mi lado para abrirla. —No me quites el placer de abrirle la puerta a la más hermosa. —Jake siendo Jake. Me bajé, y caminamos a un campamento de flores, era realmente hermoso y agradable. —Rosas, Hortensias, algunos Tulipanes, y Margaritas... Son mis favoritas, y las que hay aquí. —Parece un jardín grande, es tan relajante y precioso. —Casi tan hermoso como tú. Lo miré seria. —Okay, okay. Ya entendí. Me tomó de la mano sin preguntar, llevándome a lo que sería la entrada principal del pequeño campo. Me sorprendió ver cómo todo estaba tan perfectamente colocado, era como si un perfeccionista y detallista se encargó de organizar todo, desde las flores, hasta la decoración de distintas piedras. Escuché unos fuertes pasos acercarse pero no sabía con seguridad de donde venían. —Hey, Jake. Esta vez viniste acompañado. —Un señor como de cuarenta y cinco años quizá, de gran peso, con botas de cuero y gran tacón. Me miró detallandome, como quien busca algo. —Y de una guapa pelirroja. —Hola. —Dije en seco, realmente me pareció obstinado y gruñón. —Hola. Me respondió igual. Jake se sintió un poco incómodo, y me tomó de la mano para llevarme a otro lugar, pero el señor lo detuvo con preguntas. —Debes estar como loco enamorado si la trajiste aquí. —Vamos, Bill. Deja tus bromas para después. —Si, si. ¿Trajiste mis nueces? —Las dejé en el baúl. —Jake le lanzó las llaves del auto y con tono burlón agregó— Ahora ya mejor me voy, me avergüenzas... —Que raro fue todo eso. —Dije ya cuando estábamos lo suficientemente lejos. Nos sentamos en unas piedras enormes en frente del jardín de flores. Luego nos quedamos callados. —Bill si tiene mucha razón, ese gordo gruñón me conoce. Jake miraba el horizonte, y hablaba sobre lo que pensaba. —¿Razón en qué? Me miró de un modo que no había visto antes, y eso me estremeció por dentro. Sus ojos parecían decirme un montón de secretos, y no dejaban de brillar de una manera tan tierna. —Debo estar loco. —Exclamó quitando su mirada de mi y volviendo a ver el horizonte. —Ahora, vamos a otro lugar que debes ver. Me enseño una bicicleta doble. ¡Era doble asiento! —Que inventó más gracioso. —Repuse. —¿Quieres dar un paseo? Su mirada a gritos me insistía a que aceptara. —¿Por qué no? Nunca hubiese creído que, iba a sentirme tan agradada de Jake, es como si fuese alguien totalmente diferente. Me gustaba estar con el, me hacía sentir más en calma. Mire mi teléfono celular, y había un mensaje del señor Róger, quien me había contestado el mensaje de mi confirmación al contrato. "Me da muchisimo gusto saber que trabajaras con nosotros. Te espero mañana a las 6:00 am. Que tengas un felíz día." —Ya debo irme, Jake. Mañana comienzo mi primer día de trabajo. —Sonreí con picardía. —Eso me alegra, ¿puedo saber de qué se trata? —Luego lo sabrás. Le hice un guiño. —Bien, señorita misterio. Ahora vamos a llevarla a su casa. Jake amablemente me dejo en casa, saludando rápidamente a Damián y a Bárbara. Yo un poco cansada, decidí irme a mi habitación. Comenzó a llover, y de alguna manera el clima cambió mi estado de humor, y fué impresionante cómo de estar muy emocionada por lo del contrato como modelo, pasé a estar vacía, neutral y con efectos colaterales de una persona muerta en vida. Si acaso llegase a ser así. Me tumbé en la cama y tomé mi libro de siempre, mi favorito "Preparaos para morir". Estaba buscando unas frases que me encantaban, y en eso, vi que había un papel doblado, el cual me pareció extraño porque no suelo meter nada entre mis libros, solo el marcalibro. Entonces, curiosamente lo abrí con cuidado y ansiosa de descubrir de qué se trataba. "Cariño, eres la niña mas hermosa, eres mi tesoro. No podría imaginar mi vida sin ti, ahora que te tengo no hago más que agradecer al Dios portentoso, por haberme permitido tenerte para mi. Sé que eres tan especial, en tus ojos puedo verlo, nunca dejes que nadie te haga creer lo contrario, porque tu eres tan valiente e inteligente, eres toda una niña increíble. No quiero que te sientas mal, si en algún momento vayas a compararte con alguien más, recuerda que, eres única, así como eres tal cual... Es lo que te hace magnífica. Te amo, y sé que podrás con todo. Siempre estaré contigo. Nunca sacrifiques tu felicidad, ni te opresiones, sé libre de amar. Te mereces lo mejor de lo mejor. Att, tu mami." > Una lluvia de dudas e incertidumbres sin respuestas aparecieron, inundando mis ojos de lágrimas que, sin darme cuenta, no podía parar. Miré a los alrededores, como buscando si ella estuviese aquí, por alguna razón la sentía presente. ¿Estaré confundida? No lo sé, pero podía sentirla conmigo.
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