7: "Cercanía"

3294 Words
Un peso sobre su abdomen, un golpe en su rostro... otra vez, y nuevamente el peso sobre su abdomen. Pero esta vez sus ojos se abrieron, y no necesariamente Kim Seokjin había despertado por los bruscos movimientos que recaían sobre su cuerpo. Era una de las ventajas que traía ser mejor amigo de Park Jimin, pues él simplemente terminó acostumbrándose a los golpes nocturnos. Pero al abrir los ojos Seokjin no se espero tener un rostro tan cerca del suyo, no se espero tener tan cerca el rostro de Kim Namjoon. ¡De Kim Namjoon! —¡Ahh!— el grito que dejó escuchar fue medio en sorpresa medio de espanto, y él retrocedió, demasiado. El sonido sordo de algo o alguien dándose un buen golpe contra el piso llegó a los oídos de cierta persona que ahora se removió en su cama. Namjoon abrió sus ojos pesadamente y bostezo luego, la arruga en su entrecejo se visualizó y miró a su costado. No había nadie ahí. ¿Se había tratado todo de un loco y desquiciado sueño/casi pesadilla?. El silencio y la suposición de Namjoon desaparecieron en cuanto unos quejidos llegaron oídos del pelinegro. Este tomó asiento lentamente en su cama y miró hacia abajo, claro, fue tonto de su parte pensar que todo lo ocurrido hasta ahora se había tratado de algun raro sueño. Puesto que ahí estaba el chico Jin, mostrando muecas adoloridas mientras erguía el cuerpo y terminaba sentado en el piso de madera. —Que ruidoso— Namjoon dijo en no tan diminuta sonrisa, vamos, cualquiera se mostraría con gracia por lo ocurrido. Saber que Kim Seokjin había sido torpe y fue a parar por sí mismo al piso, daba mucha gracia. Jin frunció su nariz, observando como la persona contraria dejaba de estar sobre la cama —Fue tu culpa— gruñó no muy convencido. La realidad era otra. —¿En serio?— Preguntó con humor —Entonces, bien— rodeó la cama y caminó hacia el chico que aun tenia el culo pegado al piso, —¿Estas bien?— se estiró hacia abajo, luego su brazo. Seokjin se mostró más que sorprendido, en tonos bajos pero escuchables dijo:—Si.. y grac- —Muévete, estas sobre mis zapatillas— Namjoon no tardó en decir en interrupción, luego lo empujó hacia un costado, dando con el par de zapatillas gastadas. Jin se tragó el agradecimiento por la ayuda nunca recibida, y la verguenza tal vez se sintió un poquito más al escuchar el bufido burlón que Namjoon claramente le había dirigido, —Idiota..— murmuró, poniéndose de pie por su cuenta. El pelinegro sonrió ladino —Te merecías esa caída de todas formas— Y el fondo, no muy en el fondo, Seokjin lo sabía, puede que si se mereciera esa caída porque él no había estado actuando -en todos los sentidos- muy bien que digamos. Y por esta razón, dejaría su mala actuación de lado, al menos por ahora.. si es que Kim tonto Namjoon dejaba de ser alguien desagradable. —Si, bien, como sea— gruñó por lo bajo, totalmente refunfuñando al sentir la molestia de la caída en su espalda.  —Mierda— de repente se escuchó maldecir a Namjoon —Es sábado— Jin entrecerró sus ojos y miró como si no comprendiera, no lo hacía, —Lo es... ¿y?— Rápidamente Namjoon se vio volviendo a la comodidad de su cama —Es sábado, maldición— Lo cual rápidamente Seokjin tradujo, como: Es sábado, y no debería de dejar la cama por el simple hecho de serlo, vamos, es sábado. Jin estuvo en lo correcto al entenderlo así. —Te perderás el desayuno si te quedas en la cama— Informó Jin para luego dejar el cuarto de baño y salir de la habitación. Si, él prepararía el desayuno, la costumbre. Namjoon lo mandó al diablo... correcto, no hizo, pero tampoco hizo nada para volver a estar fuera de la cama. Pero si se mantuvo despierto, pues el sueño se había ido por completo. Sin duda ese chico era un dolor de cabeza. En el primer piso, en la cocina para ser específicos, Jin se ocupaba de preparar el desayuno para la familia Kim, la cual al parecer si se tomaba muy enserio lo del día sábado y no solo era cosa de Namjoon. Pues aun siendo ya las diez y cuarto, aún permanecían descansando. —¿Debería de despertarlos?— murmuró en pregunta y dudoso si hacer aquello o no, ¿sería muy irrespetuoso o molesto si lo hiciera?. Seguro que si. —Solo inténtalo y mi padre te lanzará lo primero que encuentre— Namjoon informó en bostezo mientras rascaba su abdomen y lucia demacrado.. bien, no tanto, no al menos ante los ojos de Jin. —No miento— no, él no mentía, y de hecho, él era igual si interrumpían sus sueños, pero hoy no ocurrió ya que despertó con cierto humor al saber que el chico que veía ahora mismo cayó de su cama. Seokjin siseó no muy convencido, pero escucharía aquella información. —¿Qué estás haciendo?— preguntó con rapidez al encontrar a Namjoon a punto de mordisquear las sobras de la cena de ayer. —¿Comiendo?— respondió con obviedad. —Si, deja eso— Seokjin por supuesto no pidió permiso al tomar de las manos contrarias el plato de comida para luego devolverlo al interior de la nevera, —¿Para crees que hago el desayuno?— Namjoon puso los ojos en blanco, pero no hizo el esfuerzo de volver a tener el plato de fideos en mano, solo tomó asiento y se dijo a sí mismo que tuviera mucha más paciencia. Además, olía ridículamente bien... —Solo te recuerdo que no estás en tu casa— Seokjin rió con gracia —¿Estas quejándote a pesar de que me tomo las molestias de prepararte.. prepararles el desayuno?— preguntó sin dedicar mirada al chico pues no quería descuidar ni quemar el rollo de huevo en la sartén. —Nadie te pidió que lo hicieras— Namjoon se encogió de hombros, sabiendo que lo que dijo no podía ser contradecido. —Aun así...- —Aun así, nadie te pidió que lo hicieras— repitió, logrando lo que quería, exasperar al chico castaño. —Eres realmente molesto— Namjoon no lo negó, pues.. —Si, lo soy— y apuntó con su cabeza —Por allá está la salida si tanto te molesto— Seokjin giró con rapidez su cabeza y miró exasperadamente con humor —En serio, estás siendo como un niño ahora— rió un poco, cambiando repentinamente de roles, ahora Namjoon estaba siendo el "atacado". Este último resopló, —Totalmente como un niño— volvió a reír. Minutos después, tanto Seokjin como Namjoon se encontraban desayunando en la mesa del comedor. Y para la sorpresa de ambos, ellos estaban siendo algo así como muy silenciosos, pues Namjoon se tragaba -literalmente- su deleite ante tan delicioso desayuno, aunque solo se tratara de unos básicos rollos de huevo acompañado con arroz y ya. Entonces tuvo un pensamiento, su madre no sabía cocinar y todos estos años él había estado comiendo realmente mal; Una sonrisa se le escapó por aquel malvado pensamiento, pensamiento que no haría saber en voz alta. Vamos, él aún apreciaba la vida y era demasiado joven para morir en manos de su madre. En cuanto a Seokjin, él estaba pisando las nubes, nada grabe, solo se trataba del hecho de que se encontraba desayunando con esa persona, con la persona que le gustaba y diablos, se sentía realmente a gusto. Además lo sabía, los gestos contrarios le decían todo. Kim Namjoon estaba disfrutando de su comida. —¿Delicioso?— Jin preguntó, terminando con la atmósfera silenciosa pero poco incómoda. Nuevamente estaba, estaban a gusto. Namjoon siseó pensativo, demasiado para la impaciencia de Jin. Entonces Namjoon sonrió ladino y dio su respuesta poco honesta —Hubiera preferido el desayuno de mi madre, pero no está mal— —Claro, por supuesto— Jin entendió, pues nada se comparaba a la comidas de las madres o padres, pero él también entendió que claramente Kim Namjoon estaba siendo poco sincero —Solo di que está delicioso, no morirá por hacerlo— frunció su nariz y metió otro roll a su boca. Lo que se vió y escuchó después dejó casi perplejo a Seokjin, pues Namjoon dijo a boca abierta, dejando ver la comida masticada en el interior de su boca —No, esta mal— estaba tratando de ser desagradable ahora, pero lo que obtuvo fue una mano sobre su boca. —¿Realmente eres un niño?— Seokjin bufó para luego mirar incrédulo —O es una nueva faceta de los chicos malos de ahora— Rió por un momento, dejando caer su otra mano sobre los labios contrarios. —Aleja tus manos— espetó Namjoon a ceño fruncido, pero no sentía enojo. ¿Se estaba divirtiendo?. Un carraspeo llamó la atención de ambos jóvenes. La mujer se encontraba mirándolos a brazos cruzados y con una expresión divertida. —Yo...- empezó a balbucear Jin, la mujer lo acalló amablemente al decir:—No te preocupes Jinnie, mi hijo de vez en cuando necesitan que le cierren la boca— su postura "seria" quedó de lado y caminó hacia ellos para luego tomar el asiento en la cabecera, pasando su mirada sobre el desayuno en la mesa. —Todo se ve delicioso— comentó. Jin se mostró un poco apenado, pues solo se trataba de rollos de huevos y arroz. Negando se ocupó de llenar la taza de la Sra. Kim con té verde. —Muchas gracias cariño— No pasó mucho y el padre de Namjoon se sumó a la mesa, comentado lo que su hijo no había querido decir en voz alta, dijo algo así como: "Sin duda el mejor desayuno de mi vida". No había que aclarar que la mirada que le dedicó su esposa no fue nada risueña, pero ella rápidamente entendió. Las risas terminaron por apoderarse de esa mañana. Pronto Seokjin se encontró nuevamente en la habitación de Namjoon, y terminando de escribir un mensaje en respuesta a su madre, él dejó caer su celular en el interior de su mochila. Puesto como se trataba de un sábado él debería de estar yendo hacia el gimnasio de su padre, y entrenar un poco junto a Jaebum. —Nam, hijo, ten cuidado— La mujer apretó con ambas manos las mejillas de su "débil" hijo —Jinnie, te encargo a mi hijo, por favor asegúrate de que no salga lastimado—  Jin término tosiendo ante su ahogo repentino, pues él se tragó malamente sus risas ante la expresión que había dejado ver el pelinegro —C-claro, lo cuidare, y él volverá sano y salvo a casa— prometió Jin de manera divertida. La Sra. Kim dio un último beso en la frente de su hijo y nuevamente agradeció a Jin. —Increíble— bufó el pelinegro, echando sus cabellos hacia atrás mientras caminó a su cuarto de baño. Observando su reflejo en el espejo frunció sus labios al escuchar las risas del chico, claramente eran dedicadas a él. Pero ahora solo era cuestión de esperar, esperar a que ambos estuvieran sobre alguna plataforma de lucha y que los golpes comenzarán, ya que iba a ser totalmente correcto el dar un que otro golpe, darle un que otro golpe a Kim Seokjin. Después de todo él no era nada malo en las peleas, y después de todo el chico Kim se lo merecía, ¿cierto?. No muy seguro de aquello último, él dejo de pensarlo demasiado. —Te esperaré abajo— Anunció Jin. ... Un corto viaje de cuarenta minutos había transcurrido, y una caminata de cinco también, y entonces ellos ya se encontraban ingresando a dicho lugar de entrenamiento. —¡Hijo!— El padre de Jin exclamó —Llegas tarde— no era algo de lo cual no estuviera acostumbrado. Su hijo solía no manejar muy bien sus tiempos. —Su culpa— rápidamente Seokjin apuntó a la persona a su lado. Namjoon elevó una ceja mirando. Este se encogió de hombros. Pero luego fue el hombre de gorra y buzo deportivo frente a ellos el que alzó su ceja —¿Y él es?— —Un amigo y tu nuevo estudiante de boxeo— Anunció Seokjin y con confianza palmeó el hombro del chico a su lado, de su amigo. "Amigo", vaya, hasta él mismo se mostró sorprendido al hacer uso de la palabra, ahora salía naturalmente y ya no parecía tan irreal. El hombre inspeccionó con la mirada al -nunca antes visto- amigo de su hijo —¿Nombre?, ¿edad?— preguntó, sin perder su observación. Namjoon respondió sin titubeos y a ceño fruncido, ¿qué tanto observaba el hombre?. —Hijo, ve a cambiar tu ropa— Seokjin asintió y caminó lejos de ellos, una sonrisa se coló en sus labios, pues la expresión en Namjoon era digna de permanecer en un cuadro. —¿Fumas?, ¿talla?, ¿qué tal la escuela?, ¿de dónde conoces a mi hijo?, ¿te sientes atraído por él?— el hombre soltó pregunta tras pregunta. Las respuestas de Namjoon había sido dichas sin dificultad, al principio, luego al final se derrumbó y exclamó: —¿Qué?, ¿por qué estar- —Solo responde muchacho— miró intimidante, pero al parecer su reciente anunciado estudiante era inmune a su mirada. —No me siento atraído por su hijo, y si eso es todo...- —Ve a cambiarte—  ¿Qué fue eso?, no evitó el preguntarse mentalmente Namjoon al alejarse del padre del castaño. El Sr. Kim se vio con humor luego de que dejase de seguir con la mirada la nueva amistad de su hijo, él solo había estado molestándolo, después de todo no podía perder la mundialmente antigua tradición: "Intimidar a los amigos de tus hijos". Era una especie de ley que los padres tenían. Una risotada y él se vio subiendo al ring de boxeo, donde había dejado a Jaebum. —¿En qué nos quedamos?— tomó posición acomodándose los guantes rojos de box en ambas manos. —Defensa— Los golpes comenzaron, Jaebum era el que traía puesto las manoplas, cubriendo, o tratando de hacerlo, los golpes que con agilidad que se dirigían a varias partes de su rostro y torso. Una conversación se dio en medio de la práctica defensiva. —Me alegro que tu y mi hijo estén llevando bien su relación, no podría estar más feliz, confío en ti muchacho— dio a saber el entrenador mientras mostraba sonrisa amistosa, pero ahí había algo más... ¿poco sincero tal vez?. Jaebum ladeó sus labios antes de decir, de informar las nuevas noticias no informadas, —De hecho... nosotros decidimos volver a ser amigos— Los golpes se detuvieron por unos segundos, luego una real y amplia sonrisa se apoderó de los labios del hombre junto con un suspiro de alivio —Es bueno escuchar eso—. Jae ladeó su cabeza, distrayéndose por un segundo, pero no por ello recibió un buen golpe, él logró esquivarlo a tiempo. El hombre volvió a hablar —Diablos, te veo como a un hijo más, no saben el conflicto mental que ambos me causaron— rió en grande —¿Fue mi hijo el que tomó la decisión de ser amigos, cierto?— Jaebum también había acompañado, tardíamente, con sus risas —Lo fue, ya sabe, yo no hubiera tenido el valor— Bum soltó sin pena. El entrenador asintió y sonrió orgulloso de la persona que era su hijo; Decidido, fuerte e intimidante, igual o mucho más que él. Namjoon le dedicó mirada al padre de Seokjin y volviendo su atención a la persona que ahora mismo se ubicaba a su lado, preguntó:—¿Él siempre hace preguntas así de raras?— Jin dedicó mirada, ahora su postura era de brazos cruzados, observando a las dos personas sobre el ring —Define raro— pidió. —Sabes a lo que me refiero— Jin se encogió de hombros —¿Acaso no es normal que un padre sea protector con su hijo?— alzó una ceja, ahora mirando al chico pelinegro. Este rodo los ojos, entonces Jin sonrió y decidió responder sin molestarlo —Si, el siempre hace preguntas raras— Namjoon dio mirada, hubo humor en su mirar —¿Por qué?, después de todo no eres la gran cosa— Pero Jin fue rápido y astuto en responder la que se suponía era una ofensa —¿Y quién exactamente dijo que era la gran cosa?, ¿piensas así de mí?— si, estaba siendo totalmente valiente. Su tono fue burlón, pero en fondo no estaba siendo del todo bromista. Maldición, él quería escuchar una respuesta afirmativa de la persona contraria, pero obtuvo un: —Para nada, sigue soñando chico tonto— Un gesto molesto fue lo que Jin dejó a la vista, Namjoon solo pudo reírse de él. —Ustedes dos, vamos, no solo se entretengan hablando, arriba— El entrenador habló llamando rápidamente la atención de ambos. Luego de ello Kim Namjoon encontró que el boxeo no era cosa de solo dar golpes o patadas tramposas sobre un ring, diablos, no le habían tenido piedad, ni por ser un novato ni por ser su primer entrenamiento. Pero mierda, también lo encontró terriblemente ¿divertido? ¿satisfactorio?, simplemente puede que ahora entendiera mucho mejor el gusto de su padre por aquel deporte. —Descansen— anunció el hombre, y palmeando la espalda del amigo de su hijo, dijo:—Nada mal muchacho—. Namjoon devolvió una débil sonrisa. Por otro lado estaba Seokjin, él estaba siendo un caos en estos momentos, porque simplemente podía pasar el día entero, la semana entera, el año, o simplemente toda la vida entrenando al lado de Kim Namjoon. La mirada decidida y las sonrisas que de vez en cuando dejaba ver Namjoon... era algo, eran expresiones que no se cansaría de observar, y realmente había tenido que forzar su concentración o de lo contrario él hubiera recibido un buen golpe. —Hey— Namjoon optó por chasquear sus dedos frente a los ojos del castaño, este al fin pareció volver en sí —No solo te me quedes viendo, o tu novio se podría tener ideas erróneas— burló agotadamente. Y a Jin solo le duró un segundo la confusión, claro, él aún no le decía a nadie que Jaebum y él habían optado por solo ser amigos, era un buen momento para hacerlo. —Ya no lo somos.. bueno, realmente nunca lo fuimos, siempre nos tratamos como amigos, por lo tanto, preferimos seguir siéndolo— se encogió de hombros. Namjoon asintió levemente, dando a saber lo poco que le importaba, pero hubo algo en su interior, y él dijo:—De todas formas, esa no es razón para que me mires fijamente, o me harás a mi pensar cosas— sonrió burlón, echando hacia atrás sus cabellos húmedos por el sudor. —¿Pensar cosas?, ni siquiera las pienses—. Seokjin pudo deducir fácilmente. —Aún me desagradas un poco, además no eres para nada mi tipo de chico. Simplemente no te hagas ilusiones— su expresión fue de desagrado total, muy exagerado por cierto. La atmósfera divertida los envolvió, pero se podía sentir ese pizca de seriedad. —¿Solo un poco?, tú a mi mucho y, creeme que no me hago ilusiones— rió al final. —¿Por qué no te- "¿Por qué no te gusto?" había sido su pregunta, suerte y había estado atento. Volviendo a respirar, volvió a responder —¿Por qué no te agrado?— Entonces la atmósfera divertida se transformó en una seria, y la pizca era la divertida. Namjoon solo miró, pensando, dándose cuenta que realmente ahora ya no tenía verdaderos o razonables motivos para encontrar al chico frente suyo desagradable o poco agradable. Mierda, se alarmó un poquito ante ello. ¿Y qué con su orientación s****l? ¿ya no importaba? ¿ya no le importaba? ¿Alguna vez lo hizo?. ¿O acaso todo se trataba de acortar la distancia y del conocerse mejor?. Namjoon encontró su último razonamiento/cuestionamiento siendo mucho mas válido. Entonces respondió:—Bien, no resultaste ser tan desagradable como me imaginaba—  Y simplemente Seokjin podía con aquella simple respuesta dejar intacta su sonrisa por el resto de la semana, y quien sabe, tal vez seguir sonriendo por unas semanas más... ... Y por supuesto la cercanía entre ellos no podía durar para siempre, pues Seokjin debía, malamente, volver a su casa y Namjoon a la suya. Ocurrió cuando el entrenamiento llegó a su fin, o bueno, cuando el entrenamiento y la conversación que se dio entre los cuatro llegó a su fin. Había sido, para la sorpresa de Seokjin y Namjoon, una agradable tarde. Cuando la noche llegó y Seokjin y su padre llegaron a casa el menor no dudo en ir corriendo hacia su habitación, sacar su celular y mensajear a su buen mejor amigo Park Jimin. Él no se guardó nada de la cercanía que tuvo con Kim Namjoon en las últimas muchas horas, o de lo contento y feliz que se encontraba ahora mismo y que él.. que él ahora mismo podía simplemente morir de felicidad. —Él me gusta mucho más ahora— Seokjin murmuró una vez se dejó caer sobre su cama. —Eres un completo idiota Kim Namjoon..- luego de un breve silencio, agregó:—Tú también lo eres Kim Seokjin— Rodó sobre su abdomen y ocultó el rostro sobre su almohada, aun así su sonrisa no se desvaneció.
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