Capítulo 6 Distancias

2064 Words
Julieta Mis pisadas eran firmes y decididas, me había tomado dos copas más por el camino, mi amiga me hizo porras en silencio y rodé los ojos divertida por su actitud, era hora de acabar con esta sequía, necesitaba que las cosas fueran diferentes o me tomaría el primer avión que pudiera para poner distancia y recapacitar sobre mi vida y malas decisiones, porque eso era lo que había tomado todo este tiempo. Caminé por el pasillo donde uno de los mozos pasaba, al parecer venía del baño, sonreí levemente y caminé un poco más hasta que mi mano fue jalada y mi cuerpo introducido en uno de los baños. Mi corazón se agito desenfrenado y una risa nerviosa salió involuntariamente de mi boca, sus manos fueron a mi caderas y su boca comenzó a besar mi cuello desde la mandíbula hasta la clavícula, ladeé mi rostro mientras me sacaba mi saco, las cosas estaban fluyendo, la adrenalina estaba recorriendo mi sangre, todo iba bien, me estaba excitando, las cosas iban tomando forma. Sus manos me tomaron con más fuerza y me subieron al lavado, ahora estábamos a la misma altura, su boca vino a la mía, sus labios se movieron salvajes, de una forma que nunca antes había implementado, era nuevo, completamente desconocido porque jamás había sido así de apasionado conmigo. Pasó sus dedos por encima de la tela de mi body, llegando justo a mis pezones donde jugó con ellos despacio por encima de la tela, jadee y siguió regando besos, todo estaba saliendo perfectamente. — Debo admitir que me sorprendiste - su voz llenó el ambiente. — ¿Te sorprendí? - mi voz salió con un toque de picardía y su lengua marcó la aureola de mi seno. — Sí, lo hubiera esperado de cualquier mujer menos de ti - parpadee. Mis manos lo empujaron alejando su cuerpo del mío y rompiendo con todo tipo de excitación que había en mí, su mandíbula se contrajo un poco, entrecerré mis ojos molesta mientras me observaba con un aire suficiencia característico de él. — ¿Cualquier mujer? - me baje - ¿Qué se supone que significa eso? - pasó la mano por su rostro. — ¿Empezarás con tus dramas? - eleve una ceja. — ¿Mis dramas? - me reí sin ganas. — Vamos, siempre estás así, toda rígida, eres como un tabla con la que hay que intentar llegar a algo, o estás cansada, estrés, tus padres, vives recordándome que eres la dueña de todo esto y el trabajo que te ocasiona - solté una risa - Tendrías que estar agradecida de que me voy a casar contigo. - cruce mis brazos. — ¿Agradecida? - niego - ¿Rígida? - me baje - No soy rígida, ni nada que se te ocurra, tuve que inventar todo esto porque no logras calentar ni el costado de la cama, eres pésimo amante, un novio completamente inservible y déjame decirte que la única razón por la que seguía contigo era por la familia, pero sabes qué, se acabó - soltó una carcajada. — ¿Me estas dejando? - niega mientras se aleja - ¿Tú a mí? - no le encuentro lo gracioso, pero si él lo quiere así. Sus ojos marrones volvieron a mí cargados de furia, su cabello castaño ahora se encontraba algo desarreglado debido a que no paraba de pasar las manos, estaba enojado, lo sabía, su temperamento nunca fue bueno, era bastante volátil, como una granada a punto de estallar, solo tenías que sacar el clic y las cosas arrancarían, como ahora. — No le veo lo gracioso, llevo un año sin sentir nada, nada, no me puedes producir un solo orgasmo - me acerque - Créeme se lo que son, los he tenido, pero verás, hace un año que no siento nada - sisee. - Se acabó. — ¿Crees que es culpa mía? - se acerca - Esa eres tú con toda tu estructura, frígida, ¿sabes con cuantas te he engañado desde que estamos juntos? - sonreí. — Agradece de mi parte, no me interesa, es más, gracias - gire para salir del baño. — No te confundas Julieta - su mano tomó la mía. Gire para mirarlo mientras mantenía sujeta de la muñeca, sus ojos ahora parecían estar en plena erupción, trate de zafarme de él, pero apretó con más fuerza mientras me miraba y se acercaba. — Suéltame - las palabras salieron cargadas de enojo. — Vamos a ser claros - dio un paso hacía mí. — Qué me sueltes - tire de nuevo soltándome - Qué sea la última vez que me tocas - me acerque a él - Porque te juro Joel, me conocerás - sonríe de lado y tomo mi saco bien. Volví a darme la vuelta y trate de abrir la puerta, pero su mano no me dejo, no me di la vuelta, solo observe su mano y volví a intentar abrir, está vez hizo más fuerza con ella y me giro con fuerza de la cintura. Sus ojos se encontraron de nuevo con los míos, mis manos se mantenían cerradas con fuerza mientras una de las suyas permanecía en la madera y la otra con su dedo índice levantado moviéndolo de un lado al otro. — Creo que no me has entendido Juli - dio un paso - No me vas a dejar, no te pregunte que pensabas, no me interesa que sientas y mucho menos si vives un matrimonio que sea un infierno, te pondrás el vestido de novia, iras a esa iglesia, pondrás una sonrisa en tu rostro y dirás Sí, acepto. Mi piel se encrespo, porque debajo de sus palabra había una clara amenaza, pequeñas palabras ocultas que dejaban entre ver que algo iba a pasar si no lo hacía, lo observe de nuevo, intentando no parecer intimidada, mucho menos asustada. — ¿O qué? - sonríe de lado. — Siempre me gusto eso de ti - paso su dedo por mi mandíbula y corrí la cara - Piensas que puedes contra todos y no es así - su mano bajo por mi cuello. — No me toques - lo intenté correr, pero no pude. — No, no - suspiro - No vuelvas a hacer eso Juli, o puede que no puedas ver más a tu familia - mis ojos fueron a los suyos cargados de furia - Eres mía, serás mía y como me engañes - mi mano se estrelló en su rostro con un gran ¡Paf! — No me vuelvas a amenazar - se tocó la zona y movió su mandíbula antes de volver a mirarme y tomarme del cuello. — No te equivoques preciosa, puedes estar buena, ser rica, pero acá mando yo - aprieto un poco más y mis ojos se llenaron de lágrimas - Tienes unos días para recapacitar, solo unos días, algo así como una semana libre. La sensación de asfixia se intensificó, lo empujé como pude y sonrió ladinamente, su mano aflojó el agarre y tosí varias veces intentando recuperar el aire, su mano volvió a mi cuerpo para tomar mi mentón sin la más mínima delicadeza. — Estoy siendo considerado Juli, deberías agradecer eso - se apartó y me corrí al otro lado del baño - Una semana. Acomodo su saco y salió del baño dejándome dentro, mi corazón latía desesperado dentro de mi caja torácica, me volví para observarme en el espejo, mis ojos estaban llenos de lágrimas, su mano no había dejado marca, pero tenía la zona un poco sonrosada. Tome el saco e intente taparme los rastros, la puerta suena en un pequeño golpe. — Un momento - abren y mi cuerpo se tensa hasta que veo a Janet. — Vaya, estuvo fogoso - hago una mueca - ¿Juli? ¿Qué pasó? - se acercó hasta mí - ¿Todo bien? — Tengo que irme hoy, tienes que ayudar a que me vaya hoy - sus ojos se cargaron de preocupación. — Claro, lo hago, pero - negué. — Por favor, no, solo ayúdame a salir de aquí, inventa algo - afirma despacio. — Darás las palabras de bienvenida ahora, yo me encargo del resto - tomé aire puse mi semblante serio de nuevo. Salimos del baño juntas y me subo al escenario, mi sonrisa aparece de nuevo mientras observo a la gente, Joel está en una de las esquinas con una copa de champaña que se encarga de levantar en mi dirección, lo ignoró por completo. — Buenos días para todos, es un honor para nosotros tenerlos el día de hoy aquí - comencé a caminar por el escenario - En esta oportunidad, nos reunimos para darle la bienvenida al señor Manson, de Mason cruceros, con él no sólo nuestro servicio mejora de manera formidable sino que además implementaremos muchas más rutas para hacer de su viaje la mejor experiencia de su vida - los aplausos de la gente llegaron - Sin alargar más el momento, demos una cálida bienvenida a Harry Manson, a esta gran familia que es Jones Company Tourism Agency. Me corrí para que dijera unas palabras y lo deje en el escenario, mis padres se acercaron a darme un beso y aproveche para decirles que me iría a Colorado unos días, papá no parecía muy feliz, pero mamá se encargó de aquello con cuatro simples palabras. — Tu abuela te necesita - afirme - Me parece bien, necesitas un descanso y puedes manejar todo desde allá - la abrazo. — Gracias - susurre - Me voy hoy mismo, espero me sepan entender. - ambos me miraron. — Claro hija - una mano se puso en la parte baja de mi espalda y me tensé en el acto. — Suegros ¿Cómo están? - mamá me miro un segundo. — Bien, querido, hablando con Juli, necesito que viaje urgente, espero sepas entender, es un asunto familiar - su mandíbula se tensó un poco, pero sonrió igual. — Claro, ¿Dónde? - papá miro a mi mamá. — Mi madre enfermo - abrí los ojos grande - Yo estoy grande y necesita una mujer, ya sabes, el campo, pueblo, tierra - hizo una cara de asco - El rancho, fuiste ¿verdad? - afirma. — Sí, fui - me miro - Espero todo salga bien, nos vemos en unos días - afirme y dejo un beso en mis labios - Con permiso, llego un socio - se apartó y ambos me miraron. — No digan nada. Salí de ahí antes de que terminara, Janet me acompaño a mi departamento, ya había comprado los pasajes y ahora me ayudaba a guardar mi ropa, era sencillo todo lo que llevaba, nada de tacones o algunas de esas cosas, simplemente mis botas, jeans, camisas o musculosas, aprovecharía para andar a caballo y pasear, luego vería como acabar con todo esto de raíz. En menos de dos horas estaba volando en primera clase hacía mi destino. Colorado es uno de los cincuenta estados que, junto con Washington D. C., forman los Estados Unidos de América. Su capital y ciudad más poblada es Denver. Pero yo no iba a su capital, en el centro-este de Colorado, a 113 km al sur de Denver se encuentra un lugar llamado Colorado Springs. Es la segunda ciudad más poblada y la ciudad más extensa del estado de Colorado. La ciudad se encuentra en el Corredor Urbano Front Range, una región alargada de población urbana a lo largo del Front Range de las Montañas Rocosas en Colorado y Wyoming, generalmente siguiendo la Interestatal 25. Caracterizado por sus grandes montañas rocosas, dentro de la zona encontramos un pueblo llamado Estes Parks, el lugar era conocido por ser el comando central del Parque Nacional de las Montañas Rocosas, es la zona a la que acudir para cualquier cosa relacionada con el aire libre. Esquiar en invierno, hacer senderismo en verano y un montón de actividades en el medio, no tendrás que hacer muchas cosas si estás aquí para salir a la naturaleza. Notablemente, Estes Parks también es conocido como el hogar del Hotel Stanley que data de 1909, este es el hotel que inspiró a Stephen King’s, The Shining. Turístico, famoso, pequeño. Bajé del avión y paré un taxi para darle la dirección de la casa de mi abuela, todo parecía estar cambiando, al menos mi vida, lo estaba haciendo.
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