QuitateLaCamisa

1000 Words
Entre en la habitación y quedé muy sorprendida de lo grande que es a mi derecha se encuentra una gran ventana que cubría el total de la pared las demás paredes estaban cubiertas completamente con estantes llenos de libros un golpe seco de un vaso sobre una superficie llamo mi atención a mi derecha había otra gran ventana donde en medio había un gran escritorio de madera oscura una gran figura se encontraba con sus manos apoyadas sobre la madera con la cabeza agachada mirando hacia abajo la puerta se cerró detrás de mí con un ruidoso golpe haciendo que la gran figura se volteara puse mis manos frente a mí sujetando mi bolsa y me acerque hasta quedar frente al hombre el cual no se inmutó con mi presencia —¿Qué haces aquí?—preguntó con una expresión neutra, algo enojado por verme. - Tu padre me trajo para ayudar a uno de tus hombres y me dijo que estabas herido y me pidió que te ayudara.— Expliqué en voz baja con un poco de miedo a su respuesta. —No te necesito ahora, largo de mi vista,— ordenó con su voz amenazante que me hizo temerlo un poco. - Lo lamento, pero ya estoy aquí, así que o me dejas curar tu herida, o te dormiré y lo haré de todos modos. Tú eliges por las buenas o por las malas,— trate de sonar tranquila, pero no me salió muy bien, ya que mi vos salió un poco entrecortada. —NO LARGO AHORA—gritó en mi cara muy enojado - NO, hoy es mi maldito día de descanso, pero tengo que trabajar igual dormí tres horas no comí tengo habré estoy cansa me duelen los pies, además que manejar a los hombres que tienes ahí afuera no es fácil y apesto a desinfectante no estoy para aguantar tus berrinches así que o te quitas la camisa y me dejas curarte o voy a tener que sedar— grite de la misma manera que él me había gritado estaba arta de estos hombres. - ¿Qué sucedió con mis hombres? — preguntó algo interesado. — Nada, ¿me dejarás curarte o no?— Pregunté ya frustrada. Él solo asintió con su cabeza, se sentó sobre el escritorio mientras yo colocaba mi bolsa junto a él. Me puse unos nuevos guantes de látex, me acerqué a él y le abrí las piernas colocándome entre medio de ellas. Él me seguía a cada movimiento que realizaba. —-quítate la camisa, por favor,— le pedí mientras buscaba las gasas. Él no se movió, solo que quedó ahí mirándome con la gasa en la mano. Lo miré ya posicionada entre sus piernas, bien cerca de él le señalé la camisa esperando a que se la quitara. —Quítate La, por favor,—pedí nuevamente. —Si pudiera, ya lo hubiera hecho, tengo una puta bala en el hombro izquierdo - dijo notoriamente enojado. —Ok, entonces yo te la quito,— dije incómoda. Le comencé a desabotonar la camisa desde arriba hacia abajo mis manos temblaban un poco su mirada me ponía nerviosa era muy intensa lentamente comencé a quitar sus hombros de la camisa tratando de causarle el menor dolor posible nuestros cuerpos quedaron muy cerca luego de quitarle por completo la camisa volví a tomar las vendas y el yodo y comencé a limpiarle las heridas tenía dos una en su hombre izquierdo que aún tenía la bala dentro y otra en el abdomen del lado derecho que esa solo lo rozo - Esta solo necesita sutura, así que comenzaré por ahí- le indiqué, me moví un poco hacia mi bolsa y preparé aguja y hilo. Le cosí tres puntos a su herida, ya que no era tan profunda le desinfecte y le coloque un apósito y una venda volví a tomar otra gasa limpia y yodo y comencé a limpiar la herida de su hombre tome la aguja y el anestésico llene la aguja y comencé a pinchar dentro de la herida hay note que sus manos estaban sujetando mi cintura, ya que me apretó cuando sintió dolor sus enormes manos rodeaban por completo mi cintura termine de ponerle la anestesia y espere a que hiciera efecto sujete la pinza de presión y lo mire a los ojos esos ojos grises que hacían helar a cualquiera - Debo meter un dedo para buscar la bala, eso dolerá no tanto por la anestesia, pero aun así dolerá - le expliqué, él solo mantuvo su mirada en mis ojos. Solo asintió y comencé a meter mi dedo en su hombro asiendo que me apretara un poco más con fuerza la cintura dolía, pero tenía que terminar rápido busque la bala con mi dedo, pero se había corrido un poco saque y metí mi dedo medio y la encontré tome las pinzas y comencé a sujetar la bala lentamente su rostro se mantenía rígido sin mostrar ninguna expresión, pero sus manos apretando mi cintura me dejaban notar que le dolía bastante así que trate de buscar un poco de charla o por lo menos distraerlo un poco — soportaste bastante bien esto, tu hombre casi me asesinó cuando se lo hice a él —le dije un poco divertida. - ¿Qué? ¿Te lastimo? ¿Qué te hizo?— Preguntó frustrándose. — Nada, no me hizo nada, tus hombres lo tenían sujetado, fue por el dolor, nada más - traté de tranquilizarlo, pero su enojo era muy notable. Mis intensiones por tranquilizarlo fueron en vano, ya que ahora estaba notoriamente enojado me quede en silencio mientras limpiaba y suturaba la herida la tape y vende guarde mis cosas y prepare una jeringa con analgésicos y antibióticos sujete su brazo derecho y le inyecte los medicamentos guarde todo y apoye mis manos sobre sus brazos que aún seguían sujetando mi cintura —¿Me soltarás o quieres que nos quedemos así —dije, mirándolo seriamente al rostro
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