Correr El Riesgo

1000 Words
Los días pasaron rápido y Víctor y yo no nos habíamos peleado desde que llegamos a México. Todo estaba genial, pero había algo que me estaba disgustado y eran los gritos y súplicas de Teresa, la esposa del chaval, que se la escuchaba en toda la casa. Eran las siete y media de la mañana, y Víctor aún dormía junto a mí. Me senté en la cama, tomé mi teléfono y comencé a ver las fotos que nos habíamos sacado. En Italia ya eran las dos de la tarde, ya que había siete horas de diferencia. Le envié un mensaje a mí, madre, para ver cómo están. INICIO DE CONVERSACIÓN Emma —Hola, mamá, ¿cómo están? Mamá —Hola cariño, ¿cómo estás pasando tus vacaciones? Emma— bien, ahora te enviaré algunas fotos si tienes tiempo de verlas. Mamá— Sí, envíamelas, estoy con tu padre, Sara, Luca, Giovanni y sus padres, estamos tomando una merienda. *Le envié varias fotos de los hermosos paisajes aquí en México también le envié la foto que nos habíamos sacado con Chaval y si esposa y mi suegra* Mamá— Qué hermosas fotos cariño, envíale mis saludos a tu suegra, dile que la iremos a visitar nosotros. Emma —Claro, hoy iremos a desayunar con ella, así que se lo diré, bueno, debo irme. Hablamos, luego los extraño mucho. Besé a Sara y a papá. FIN DE LA CONVERSACIÓN — ¿Qué tanto haces con ese móvil?—preguntó Víctor, abrazándome por la cintura, acomodándose sobre mis piernas. —Hablaba con mi madre le envié un par de fotos, me ha dicho que la próxima vez le gustaría venir a ver a tu madre, ya que Bas se habían vuelto cercanas— le dije acariciando su cabello. —Bueno, mañana ya volveremos a Italia, mis asuntos aquí ya están prontos a terminar y tú debes volver a trabajar— dijo levantándose y dirigiéndose hacia el baño. Me levanté y me cambié. Ya listos, fuimos a la casa de mi suegra. Teresa y Norma estaban en la cocina, así que fui hacia ahí mientras Víctor se dirigía hacia la biblioteca donde se encontraba Chaval. —Buenos días, señoras, ¿en qué las ayudó?—les pregunté a las mujeres que cortaban fruta para el desayuno. Teresa levantó la cara y me miró fijamente. La sonrisa que había tenido en mi rostro se desvaneció al verla totalmente desfigurada. Su ojo izquierdo estaba hinchado y completamente n***o, tenía el labio roto y muchos moretones por todos lados. —Ven, querida, porque no preparas el café que a ti te queda excelente— me indicó mi suegra con una gran sonrisa en el rostro. Forcé una sonrisa, pero mi vista no se despegó de Teresa. Ella era una niña, no debería de pasar por esto. Comencé a preparar el café y mi suegra salió un momento a atender a una vecina que la buscaba. Mientras el café se asentaba, me acerqué a Teresa y la ayudé a cortar fruta. —No me veas así— dijo ella en un tono bajo. —¿Verte cómo?—pregunté sin entender. —Como si sintieras lástima por mí, tú eres parte de todo esto—me expreso muy enojada —No te veo con lástima, te veo con comprensión y que te quede bien en claro yo no soy parte de esto, yo no me involucró en los asuntos de mi esposo porque no quiero tener nada que ver— dije soltando el cuchillo y volviendo al café — Entonces debes ayudarme, no puedo seguir aquí — me imploro acercándose a mí. — Dudo mucho que Chacal te deje ir así sin más, no deberías de traicionar su confianza — dije tratando de que entrara en razón. — Debo correr el riesgo— una enérgica Teresa a la cual se le iluminaron los ojos me llenó de esperanza, pero no lo logrará. —No me involucres en tus planes, yo estoy bien con mi esposo y pretendo seguir así —dije, alejándome de ella, saliendo de la cocina. Norma estaba detrás de la puerta y solo me miró ella había oído todo me dio una palmada en mi brazo, bajo la cabeza y entró en la cocina seguí mi camino hacia el patio trasero donde Víctor y Chacal estaba fumando un cigarro mientras hablaban, deje las tazas y la jarra de café sobre la mesa y me voltee para ir a buscar las demás cosas cuando un grito resonó dentro de la casa. Me quedé inmóvil por unos segundos y corrí dentro seguida por los hombres Norma estaba desmayada en el piso de la cocina tenía un golpe en la cien de la cabeza, me acerque a la mesada y moje un poco un repasador y comencé a pasárselo por la cabeza tratando de que recobrara la noción, pero no había caso tome mi teléfono y encendí la linterna revise sus ojos y estos reaccionaban a la luz, comenzó a recobrar la conciencia Víctor trajo un baso de agua y ella tomó unos pequeños sorbos. —Mamá, ¿qué sucedió?—preguntó Víctor muy preocupado. —Teresa, después de suplicarle ayuda para escapar a Emma me lo pidió a mí y como yo también me negué a traicionarlos me golpeó con la madera de cortar y la oí salir corriendo— dijo algo agitada Norma —¿Ella te pidió ayuda para huir?, ¿Qué te dijo exactamente?—me preguntó Chacal. —Me dijo que no podía seguir aquí y le dije que no te traicionara, pero dijo que quería correr el riesgo, evite escuchar más, ya que no quería involucrarme — le confesé a Chaval y Norma afirmó mi confesión porque ella escuchó todo. —Te creo, pero me las pagará, nadie lástima a mi madre —dijo en Chacal, saliendo de la cocina seguida por Víctor. —Tranquilo, yo la cuidaré, no se preocupen, vayan —les dije a ambos que miraban a su madre.
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