Rania pensaba preguntarle que significaba eso o por lo menos quién era realmente, que por qué realizaba esa clase de fiestas, pero un hombre que parecía ser una especie de mayordomo apareció. —Majestad, es un placer tenerlo de vuelta. —dijo el hombre educadamente inclinando la cabeza. —Gracias Fred, me da mucho gusto volver a verte. —Majestad, no quiero molestarlo, pero podría concederme un momento de su tiempo para hablarle sobre algo importante. —preguntó y Karim asintió. —Por supuesto. —contestó y después se giró para ver a su esposa. —Rania, ¿te importa quedarte sola unos minutos? —No, estaba pensando en ir al baño. —musitó y Karim frunció el ceño sin dejar de mirarla, llamando a una de las empleadas para guiarla por la mansión. Rania le dio la espalda para seguir a la muje