Karim se apartó de ella incómodo con su declaración, intentando encajar el golpe de que su esposa le había echado en cara que tal vez estuviera enamorado de la mujer equivocada, cuando para el príncipe era Rania la que se había equivocado. —¿Entonces podría decir que el tuyo también lo hizo? –Cuestionó Karim y Rania lo miró confundida. —¿A qué te refieres? —A que una mujer como tú, que sabe lo que significa que un hombre quiera adueñarse de ella, doblegarla ante su voluntad, no debería amar a un hombre como Brian Harrisburg. –Gruñó y ella se puso de pie molesta para encararlo. —No sabes lo que estás diciendo, no conoces a Brian y no puedes juzgarlo sin más. —¡Escuché lo suficiente aquel día cuando permití que te vieras con él y sinceramente Rania ese hombre no es para ti. Una m