Mientras que Karim se enteraba de la última locura de su hermano, en el palacio de Arabia Saudí, Malika tenía el sueño leve. En realidad, le estaba costando descansar por la espera. Estaba ansiosa por ver a Jax, que le había prometido que haría lo imposible para visitarla, ya que en los últimos días andaba muy ocupado con los asuntos de la empresa de su amigo. Entre el proyecto y el traslado a la nueva sede principal en Nueva York, Jax sentía que se iba a volver loco, pero no pensaba dejar a Karim solo con todo aquello y menos después de lo que había pasado con Samira. Malika por su lado esperaba por su piloto gustosa, loca por volver a sentir sus besos y la intensidad con la que Jax le hacía el amor. Estaba agarrada a su almohada ansiosa por estar en los brazos de su piloto, cuan