Rania observaba el reflejo de su esposo en el espejo mientras que este peinaba sus cabellos. —¿No te cansas de hacerlo? —preguntó con curiosidad viendo que lo hacía con mucha delicadeza y cariño. —Me fascina tu cabello, es hermoso. —contestó con una dulce sonrisa. —Si depende de mí, jamás te lo cortarías. —Debo hacerlo para sanearlo de vez en cuando, y eso lo mantiene así de bonito como tanto te gusta. —refutó Rania girándose para verlo. —Está bien, pero que sea muy poco. Me gusta que sea tan largo. —respondió dejando un beso en su cabeza. Rania tomó su mano, ella lo miró atentamente y sintió un pesar, se notaba preocupado. Habían pasado varias semanas desde el día que Karim echó a Brian de su empresa y como Nader les había explicado, no había manera de romper el contrato que tení