Un ruido, una señal de peligro que venía del salón de la gran suite despertó a los amantes, anunciando que alguien había entrado. Los dos se pusieron tensos cuando se escuchó la voz de Amín dando órdenes fuera y se miraron asustados, aquella noche podría terminar en una tragedia. —Vete, vete Jax, márchate ahora o si no estaremos perdidos. —demandó Malika con nerviosismo y Jackson se levantó de la cama para buscar su ropa. Se vistió rápidamente, pero antes de que pudiera llegar a la terraza escuchó a alguien a abrir la puerta. El corazón de Malika subió a la garganta y Jax tuvo que meterse en el armario para esconderse de Amín. Malika abrazó la manta pegándola a su cuerpo para cubrir su desnudez, cuando su esposo entró. —Veo que sigues despierta, ¿no me digas qué esperabas por mí?