Propuestas

1179 Words
El mismo día New York Williams Decidí quedarme en la oficina para ponerme al día con todo lo relacionado a las empresas, porque lo que más ansió es recuperar el nivel que tenían antes, y yo no pienso darme por vencido sin intentarlo, aunque el hecho de no dormir bien me traicionó quedándome un segundo inconsciente despertando con un sobresalto con el corazón agitado, recordando esos días en el internado incluso me parece estarlo viviendo en este instante. Siete años atrás Paris ¡Maldición! Ese hijo de puta de Rupert está en la entrada de la puerta, ¿Cómo hago para cruzar al comedor? ¿Por dónde paso? Tal vez por la entrada de la cocina, será mejor intentarlo porque no puedo seguir escondido aquí, debo dejar de ser un cobarde, así contra mi voluntad camino entre los arbustos casi arrastrándome por el piso unos cuantos metros, hasta que siento un pie apoyado en mi espalda haciéndome temblar. –¡Quieto bastardo! ¿Qué te dicho de quererme ver la cara? Tú haces lo que te digo. –Rupert me dijiste que no querías verme, que me esfumé y lo hice, ¿Qué más quieres? –le repito temblando. –¡Hijo de puta! ¡Levántate!, ¡Mírame!, Me hiciste ensuciar mis botas por meterme al lodo a buscarte, te tocará limpiarlas, quiero verlas relucientes. –¡Rupert! No tengo nada con que limpiarlas, chicos ¿Pueden darme algo para hacerlo? –les repito a sus compañeros. –Usa tu lengua, Vamos quiero verlas brillar… Ese fue uno de los peores días de mi vida, tuve que humillarme para evitar que me vuelvan a romper las costillas, ni si quiera tengo idea como pude sobrevivir a tantos maltratos, pero todo es culpa de Vivian por haberme obligado a volver al internado. Unos días después Casi todos los días me he quedado hasta altas horas de la noche, aprendiendo de cada tema concerniente a las empresas, incluso he tenido largas jornadas de reuniones con los ejecutivos, claro que ninguno de ellos me inspira confianza, menos mal que Charlie ha venido un par de veces a ayudarme, como hoy, que está a mi lado revisando unos informes hasta que escucho su voz rompiendo el silencio que existe. –Muchacho yo no tengo ninguna idea sobre negocios, para mi todo esto parecen jeroglíficos, a mi pregúntame sobre lienzos, pinturas, óleos, aunque pienso que quien te podría ayudar es Norman, el abogado, él parece un tipo correcto, además creo que sería bueno que te comiences a relacionar con otros empresarios. –¡Tío! ¿Qué me quieres decir con relacionarme con otros empresarios? ¿Hablas de buscar socios? –Williams, no sé si necesitas inyectarles capital a las empresas, pero te haría bien asistir a reuniones, a fiestas, todo para darte a conocer en este mundo financiero y puedas conseguir contratos para las empresas, incluso acaba de llegarte una invitación a una gala de beneficencia, está es la oportunidad que debes aprovechar. –¡Charlie! ¡¿Quieres que asista a una fiesta?! No pienso hacer el ridículo en un evento de esa magnitud, ni siquiera se bailar, además no tengo un traje adecuado. –¡Williams! No puedo creer lo que estoy escuchando, ¿Dónde está ese muchacho que no le teme a nada? ¿Será que se quedó en las trincheras peleando con los nazis? Incluso recuerdo ese día que casi creí que era el final, pero tú le quitaste el arma al maldito soldado tirándolo al piso sin importar que pudieras morir, así que mueve tu trasero de esa silla y nos vamos a la fiesta. –¡Charlie! Está bien voy a asistir a la fiesta, pero primero vamos a buscar un traje, además que quiero proponerte algo– le repito pensativo. –¡Muchacho! Conozco esa mirada y no debe ser nada bueno lo que tienes en mente, ¿Verdad? –¡Tío! Solo quiero hacer las paces con Vivian, invítala a la gala como tu acompañante, yo estoy seguro que no se negará a asistir, además se pondrá feliz con la idea, a ella le gustan este tipo de eventos. –Williams no me gusta ese repentino interés que tienes por llevarte bien con tu madre, a mí no me engañas, hay algo más, incluso hace unos días me pediste que contrate a alguien para que la siga. –¡Tío! Fue en un momento de rabia, de coraje, además he pensado en las palabras tuyas y quiero superar mis diferencias con mi madre, es hora de tener una buena relación con ella– le miento. Margaret La inesperada visita de Donald debería trastocar mis días, pero el único momento que tenemos para charlar son nuestras cenas, porque todo el día mi novio desaparece para reunirse con empresarios de la ciudad, igual yo continúo con mi rutina en mi trabajo en la tienda, imaginando que pueda sorprenderme en cualquier instante, aunque me estoy engañando, ya que él es tan predecible, incapaz de romper los esquemas, claro que en los negocios es otro hombre muy diferente. En fin, intento seguir en mi labor organizando las entregas del día hasta que soy interrumpida por la voz de Beatriz que ingresa a la bodega. –Margaret salgamos de esta bodega, vamos a fuera, que te pierdes de deleitar la vista, llegaron unos clientes que parecen unos príncipes, incluso me parece que llegó tu galán, no tu prometido. –¡Cállate Beatriz! Cuidado te escucha alguien, se puede prestar para malos entendidos, además que teniendo la suerte que tengo puede llegar a oídos de Donald tu comentario, y lo que menos quiero son problemas con él. –¡Margaret! Tú prometido podría verte con otro hombre y no sentiría nada, porque el idiota solo piensa en los negocios, el tipo es un tempano de hielo. –¡Beatriz! Donald no es como dices, solo que se apasiona por sus negocios, porque debe cuidar de su fortuna. –¡Margaret! Contéstame lo que te voy a preguntar, ¿Te besa con pasión? ¿Te queman sus besos? ¿Te propuso alguna vez ir a la cama? –Amiga esas preguntas son muy íntimas, aunque para ser sincera Donald es un poco conservador, muy respetuoso, a lo mucho me ha dado un par de besos subidos de tono. –¡Margaret!, Te voy a dar un consejo, dale celos, si el tipo no reacciona es porque, no te ama, tiene otra mujer, o por último tiene otras preferencias sexuales– me repite haciéndome abrir mis ojos de par en par. –¡Beatriz! Te equivocas en todas tus hipótesis, porque Donald me ama, solo que le cuesta expresar sus sentimientos, nada más– le aseguro. Por más que no quiera escuchar las hipótesis de Beatriz sobre Donald, muchas veces siento que no tengo la importancia que debo en la vida de mi prometido, ¿Será que tiene otra mujer? ¿Cree que no estoy lista para algo más entre nosotros? Tal vez tenga razón mi amiga y debería darle celos para que reaccione.
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