Dos días después New York Williams Han pasado unos días desde aquella mañana que me visitó Adriana para concretar nuestra alianza, incluso dentro de poco tenemos una reunión con unos posibles inversionistas, para después terminar con un recorrido por la fábrica de acero, claro que no he tenido tiempo para nada, organizando todos los detalles de esta visita, han sido jornadas agotadoras, pero aun así no tengo idea porque sigo recordando a la fiera inglesa, la verdad es que tengo unas ganas locas de volver a verla, de volver a sentirla entre mis brazos, aunque me frenan muchas cosas, entre ellas que no quiero estar a su merced, no quiero ser su juguete. En fin, en este instante soy arrancado de mi mundo por la voz de mi madre al ingresar a mi oficina. –¡Williams! Acabo de hablar con el