Apenas entramos a la habitación. Nuestras bocas unidas en un codicioso beso, cae sobre la mi mullida cama mientras subo a su regazo y me permito verlo aún con mi respiración trabajosa. Veo cómo las fosas nasales de Luca se dilatan y sus labios hinchados. —Sabes que estamos jugando con fuego —susurra en tono ronco. —Sí, soy consciente —replico en un jadeo. —Y apenas puedo escuchar mis palabras por la forma en que mi cuerpo vibra y mi corazón late. Luca tira de mi labio inferior con sus dientes y contengo la respiración. Una de sus manos se hunde en mi cabello y tira mi cabeza un poco hacia atrás. Con la suficiente fuerza para echarme hacia atrás, pero sin llegar a hacerme daño. Sus ojos brillan con lujuria y al mismo tiempo veo un salvajismo, excitación, sé que debería alejarme, hacer qu