POV Desmond
El eco del reloj retumbaba en la habitación, cada segundo parecía estirarse como si el tiempo se hubiera congelado a propósito, burlándose de mi impaciencia. Había hecho la llamada dos horas antes, y aunque sabía que vendría, la espera estaba acabando conmigo. De pronto, escuché el sonido familiar de pasos en el pasillo. La puerta se abrió lentamente, y allí estaba, Randall, con su eterna expresión impenetrable, como una estatua que ocultaba demasiado tras su apariencia de mármol.
—Pasa —le dije, tratando de sonar lo más amable posible.
Me miró con frialdad antes de sacudir la cabeza ante mi intento de ofrecerle algo de beber.
—No bebo, ya lo sabes. No tengo esa costumbre —dijo, su voz cortante como una cuchilla. Sus ojos se clavaron en mí—. Mejor dime de una vez qué es lo
