-18- Casi novios

3135 Words
—Jimin, ¿desde cuándo me amas?— La pregunta de Yoongi fue directa y sin rodeos mientras se ocupaba de cambiar de canal. Jimin echó su cabeza hacia arriba luego de procesar la pregunta y se removió en su lugar, el cual era en medio de las piernas del pelimenta. —¿Desde ayer?— rió por la broma —Uh... no lo sé, desde hace mucho tiempo, supongo— se cubrió el cuerpo con la sabana roja, y ahora era su turno, o así lo vio. —¿Y tú?, ¿desde cuándo mueres de amor por mí?— se encontró sonriente al igual que el pálido. —Ehm... supongo que también estamos iguales— Pero de todas formas se vio pensativo —Espera...— recordó un hecho del pasado —¿Recuerdas cuando me deshice de la carta que te había entregado esa tal Momo?—. Jimin negó de manera lenta, él no recordaba aquello. —Bueno, ese día estaba tan enojado y le dije que eras mi novio— —Yoongi, ¿qué carta?— El menor frunció el ceño. Claramente aun no recordaba algo como eso. Min siguió parloteando a sonrisa ladina —¿Lo ves?, esos eran celos, supongo que ahora todo tiene sentido— dejó de cambiar de canal. Jimin rodó los ojos, dándose cuenta recien ahora del porqué todo mundo en la secundaria tenia ese pensamiento sobre ellos, del que eran novios. Siempre fue la culpa de Yoongi. Negó y volvió a observar desde abajo a su ex mejor amigo —Yoongi— llamó e hizo inmediatamente piquito con sus labios, y digamos que par esas cosas el mentolado estaba muy lejos de ser lento. Entendió el mensaje y beso con ciertas ganas los suaves labios del pequeño. —Eres un idiota Yoongi— Jimin le susurró cuando por poco tiempo se echó hacia atrás. —Si, tú también— Le devolvió la sonrisa y lo atrajó de vuelta cerca suyo. Y más allá de sentirse ofendido, Jimin sonrió y volvió a hablar en voz baja —Eres mi idiota, Yoongi— El cariño en su tono de voz le causó cosquilleos extraños tanto a él como a Min, este mismo no tardó en responderle con un:—Y tú el mío enano— Luego de un par de cientos de besos, ellos se separaron gustosos. Yoongi reforzó su agarre en la cintura del menor, por lo tanto lo atrajó mucho mas sobre su pecho. Ambos disfrutarían de una tarde lluviosa viendo alguna película que se encontrará en la televisión. O eso se suponía que pasaría, pero no hacían otra cosa más que hablar y hablar, y besarse por largos minutos. En fin, en todo ese tiempo el cielo se tornó aún más grisáceo y la lluvia se escuchó más estruendosa. Yoongi llevó por unos segundos su mirada hacia la ventana, esta se encontraba con las cortinas hacia un lado, por ello se podía divisar el exterior, y bien, juraría ver un cartel de señal de tránsito -stop- volando por los cielos. Boberias, solo se trataba de un cometa fuera de control por la tormenta. En ese tiempo Jimin no pudo evitar caer en un profundo sueño, quedándose dormido en los brazos de Yoongi, y este se aprovechó del momento para repartir cortos besos en la coronilla de la cabeza del menor. Y digamos que todavía no caía en cuenta de lo que estaba sucediendo, parecía bastante irreal, pues el que se supone era su mejor amigo ahora era todo suyo, de la manera romántica y para nada amistosa. Sonrió embobado y abrazó el cuerpo pequeño. —Supongo que ahora debería de pedirte ser mi novio— murmuró pensativo. Jimin era una bola de ternura que le gustaba el romance, entonces Min Yoongi le daría ese romance, porque Park Jimin se merecía eso y mucho más. —Vivirás como rey amor, tú y ese mocoso— Aquello se escuchó como una promesa a cumplir. Jimin sonrió débilmente —Eso esperamos Yoongi— —...— El nombrado frunció con rapidez sus labios —¿Estabas despierto?— —sabes, creo es normal que alguien se despierte cuando alguien le está hablando sin parar mientras reparte besos y abrazos sin ser cuidadoso, ten delicadeza— puchereó divertido —Así que... espero algo realmente romántico de tu parte— Yoongi dejó de lado su vergüenza y asintió —Solo recuerda que aun soy pobre-— Una risilla se le escapó al pequeño, pero se detuvo y habló de golpe —Espera— También tomó asiento repentinamente —Entonces, ¿qué somos ahora?— Yoongi se vio muy pensativo, dijo —¿Casi novios?— —Casi novios...— repitió Jimin en voz baja, luego sonrió y se encogió de hombros —Como sea, después de todo eres tú, Min Yoongi— Un leve entrecejo fruncido —Hey, ¿y significa...?— Jimin se apresuró a dejar la cama, luego pensó un:-"Salvado por la campana"- pues el teléfono de línea se hizo escuchar. Él "corrió" hacia la sala, pero llegó a atender. -¿Hola?- Solo tomó el teléfono sin mirar el número. -¡Hijo!, ¡al fin atiendes!, ¿Qué ocurrió el otro día que no respondiste?- Jimin estaba por contestarle -No, ya no importa. ¿Cómo está todo allá hijo? ¿cómo te va la universidad? ¿notas altas? ¿notas bajas?- -Una pregunta a la vez mamá- suspiró -Estoy bien mamá-. En ese momento Min se hizo presente y se acercó a Jimin, este le negó con la cabeza. —Yoongi, no hables— moduló, casi sin voz y volvió a ubicar el teléfono en su oreja -¿Mamá?- -¿Estas con alguien?- -Si, con Yoongi- Respondió, a lo que el pelimenta pensó que el callarlo hace unos momento había sido totalmente innecesario. Solo rió de ello. -Oh, Yoongi, ¿cómo está él?- Ella hacía preguntas pero parecía no querer escuchar respuestas, o solo estaba muy emocionada y por ello habla sin parar -Espero y no estes volviendo a todo locos hijo, tú no haces más que hablar de Yoongi todo el tiempo, Yoongi esto, Yoongi aquello. Yoongi, Yoongi, Yoongi- Su risa se escuchó -Niño, mándale un saludo de mi parte, o mejor aún, pásame con Yoongi- Jimin simplemente pasó el teléfono al pelimenta, haciendo todo lo posible para mantenerse calmo y que sus colores no se subieran a sus mejillas. -Hola, tía- -Hola, Yoongi, veo que mi hijo esta bien, gracias por cuidar de él- -No tiene que agradecer tía, se convirtió en un instinto cuidar de él- Ambos rieron, y Jimin se sintió muy bien. El pequeño volvió a tener el teléfono en mano, conversó un poco más con su madre y luego con su padre, el cual también pidió hablar con Yoongi. La llamada finalizó pasados los cuarenta y tres minutos. —Totalmente te ganaste a mis padres— Comentó Jimin picando un cubierto de manzana —Me preguntó si entonces podríamos decirles sobre el embarazo— picó otro cubito y luego escuchó un ahogo. Yoongi escupió un cubito de manzana en medio una continua tos y Jimin lo regañó. —N-no, creo que deberíamos hacer lo que tenías planeado, si no me odian ahora, me odiaran después cuando se enteren. Prácticamente tus padres me dejaron a tu cuidado, solo imagínatelo— miró a la nada por un momento. —Se los dices y soy hombre muerto. Que se enteren cuando tengas al mocoso y nosotros estemos casados— sentenció firmemente. —Papá te amenazo, ¿verdad?—. Yoongi asintió sonriente. —Bien, no les diremos nada hasta... hasta que el bebé nazca y nos casemos— Decir eso ultimo hizo que sus ojos sean dos media lunas —¿Así que tienes pensado pedirme matrimonio? ¿cuándo será?—. Park Jimin brillaba ahora. El pelimenta atrapó con su tenedor una rodaja de naranja y respondió —Cuando tenga el dinero suficiente para comprarte un anillo— Ouh... —Eso quiere decir que nunca nos casaremos...— Claro Jimin estaba bromeando, su puchero divertido lo decía todo. Yoongi pellizcó una de sus mejillas —Auch...— —No fue rudo— acarició y besó la zona pellizcada. Luego se le quedo viendo, y Jimin no supo muy bien que cara poner. —Me estás asustando— comentó el menor —¿Tengo algo en la cara?— Limpió sus labios y mejillas. Uh, estaba limpio. Min se acercó —Eres muy lindo—. De inmediato Jimin se sonrojó y dejó de mirarlo —Muy, muy lindo— Jimin estampo ambas manos contra los labios de Yoongi —Su-suficiente, ¿desde cuándo ese vocabulario está en ti?— Y quiso volver a darle atención a la fruta cortada sobre su plato, pero terminó llevando nuevamente su mirada al rostro del chico a su lado, este todavía seguía mirándolo como un idiota enamorado —¡Yoongi, vuelve!— El sonido de una cacheta resonó conjunto con el trueno de la tormenta. Auch... Yoongi maldijo en voz baja —Totalmente te lo buscaste— dejó de estar en su silla en medio de risas divertidas y corrió hacia la habitación, o esa era su idea, el pelimenta lo alzó en brazos y lo llevó hacia el sillón. —Es un día perfecto para ver películas de... ¡terror!— —¡Nooo!— se removió, intentando escapar de los pálidos brazos, pero sorpresivamente Yoongi se lo impedía —Ugh, ¿désde cuándo tienes tanta fuerza o resistencia?— cuestionó con ceño fruncido y a brazos cruzados. —Desde que mi bebe se debilitó— respondió La expresiones en el rostro de Jimin fueron combinadas, era difícil ver el como se había sentido, pero sus palabras dieron una señal —Oh, por dios Yoongi, ¿bebé?, ¿en serio?. Ahora mismo deberias de estar agradeciéndome por no darte otra cachetada, te mereces otra— —Quien te entiende enano, ¿y tu lado cursi?, pensé que te gustaban esas cosas— se recostó sobre el sillón y ubico a Jimin a su lado. Posición cucharita. —¿Eso es cursi?— se giró a mirarlo —Creo que tienes una idea equivocada de que es cursi— —Supongo, pero ahora no dejaré de llamarte bebé— En parte Yoongi quería molestarlo, pero esa parte era mínima, la verdad se había sentido bien y se había escuchado más que bien el llamar así a su casi novio. Jimin rodó los ojos y golpeó su hombro —Solo dime enano, ya me acostumbre de todas formas— acortó los centímetros, los pocos centímetros que los separaban, y repartió besos por todo el rostro del pelimenta hasta terminar en sus labios. Pero el contacto de labios se vio interrumpido por estruendo de los relámpagos, literalmente había hecho saltar del susto al pequeño y Yoongi echó una maldición al clima por interrumpir su momento íntimo de besos. —Odio los truenos— murmuró Jimin apegándose al pecho contrario, el mayor lo resguardo en sus brazos y acarició su cabeza. —A mí me gustan, pero hoy los odio— Gruñó Min y siguió con sus caricias —¿Dormirás, o verás películas conmigo?— —Depende del género que sea— —Terror— La sonrisa de Yoongi trato de ser macabra... falló totalmente. —Voy a dormir— Jimin dio su respuesta inmediatamente. —Estoy jugando, ¿qué quieres ver?— Por supuesto que lo hacía, vamos, Yoongi no haría nada para causar algun sentimiento o emoción desagradable en Jimin. Jimin lo pensó por unos segundos y optó por la clásica película de la bella y la bestia, pero versión no animada. Yoongi fue en busca del DVD, algo para comer y una manta por el frío que se hacía cada vez más presente. ... Jimin fue el primero en despertar, se removió con cuidado en el sillón y logró salir sin despertar a su casi novio. Miró a su alrededor y todo lucía demasiado oscuro, la iluminación que otorgaba la luna era la única fuente de luz y con la cual solo lograba ver el rostro dormido de Yoongi. Antes de ir y prender la luz, limpió el hilo de saliva que se escapaba por la comisura de los labios del pelimenta. —No prende...— Frunció los labios —Se fue la luz— comentó y luego brincó en su sitio por culpa de otro relámpago ruidoso —¡Maldito rayo!— maldijo en voz baja mientras calmaba su acelerado corazón. Volvió al lado de Yoongi y se abrazó a su pecho, el pelimenta en sueño no tardó en rodearlo por la cintura y apegarlo mucho más. El menor sonrió por eso. Los pequeños y brillosos ojos del menor se deslumbraban con un dormido Yoongi. "Hermoso" pensó y enseguida sus mejillas se encendieron con un fuerte rubor. No supo cuánto tiempo estuvo observándolo, que para cuando se dio cuenta Yoongi ya estaba despierto y mirándolo soñoliento. Solo miradas y un corto beso. —No hay luz amor— "Amor" Esa cariñosa palabra resonó dentro de la cabeza del pelimenta, le gustaba como sonaba -demasiado- y aún más si venía de su Jimin. —No importa, puedo encender una fogata— ¿Uh?. Jimin asintió encantado ante la idea —Que buena idea, también comamos insectos— claro estaba siendo sarcástico. Ambos rieron. —Y no deja de llover... ¿Elegimos un mal día para ser casi novios?— —De qué hablas— besó su nariz —Es perfecto, llueve, no hay luz, estamos acurrucados... Es perfecto— lo miró cálido —Y, relamente no me quiero mover, pero tengo ganas de mear— —Bueno, tú si sabes matar el momento perfecto, Yoongi— rió. —Lo siento, pero realmente tengo que ir— Jimin asintió en risas y dejó libre el cuerpo pálido. Y rodó los ojos al escucharlo intentar prender la luz. —Yoongi.. ¡Se fue la luz!— le recordó en voz alta. Con pereza Jimin se levantó del sillón por culpa de su rugiente estómago, pero se vio detenido por la persona que tocaba su puerta. Tenía una idea de quien podría ser, pues los balbuceos de un niño pequeño se lo decía todo. La puerta fue abierta y se mostraron Seokjin y Gyeomie, oh, y un osito de peluche, Ted. Y apenas lo ojitos del niño vieron a Jimin, este estiró sus brazos mientras cerraba y abría sus puños. Jimin no se negó, atrapó al niño en sus brazos. —¿Y Namjoon?— preguntó Jimin una vez sentado en una de las sillas alrededor de la mesa. —Tuvo que llevar a su familia de regreso a su casa, ¿y Yoongi?— Seokjin buscó con la mirada. —En el ba... Ahí viene. Mira Gyeomie, el tío Yoongi y sus piernas de pollo— Yoongi bufó y tomó al niño de los brazos de Jimin —No lo escuches niño, son piernas de deportista— La risa exagerada de Jin seguro y se escuchó en todo el edificio. El pelimenta ignoró aquello y volvió a dejar a Gyeomie con Jimin. —Seokjin, ya que estas aquí, ¿podrás cocinar?, digo, si quieres— ¿Para qué luchar?. Jin asintió —Ya que, siempre pasa cuando los visito— —Que sea algo saludable, Jimin está siguiendo una dieta de balanceada— Yoongi encendió algunas velas mientras le explicaba a Jin que cocinar y que no Seokjin solo se mostró sorprendido por lo bien que cuidaba de Jimin, si, muy sorprendido, pero... —¿Podrías dejarme cocinar?, se lo que Jimin necesita comer, yo estuve en su mismo estado— le recordó con espátula en manos, casi amenazandolo —Ahora, fuera de la cocina—. Yoongi estuvo por soltar nuevamente palabra, pero bastó con que Jimin lo regañara y echara de la cocina para que callara. —Shu, shu— El pelirosa también se encargó de echarlo —Ni siquiera Nam era así... ¿debería de reclamárselo?— murmuró y empezó a preparar la cena. —Seokjin, ¿no pensaste en abrir un restaurante?— le preguntó Jimin desde el sillón mientras le hacia caras graciosas a Gyeomie. —Que gracioso, hace nada que la idea mágicamente paso por mi cabeza, ya estoy en eso— Jimin y Seokjin se perdieron en su conversación, por lo tanto el que se encontraba ahora a cargo de Gyeomie estaba siendo Yoongi, este hacía lo mismo que Jimin, le mostraba caras graciosas al pequeño. Gyeomie reía y debes en cuando golpeaba la cara del pálido, golpeas que venían con algo de fuerza. —Pegas fuerte niño— Se quejó Yoongi de forma infantil, viendo como el niño pequeño lo escalaba hasta que sus manos llegaron a la altura de su rostro, no tardó en dar palmadas contra ese rostro pálido. Yoongi dejó ver una que otra mueca, pero solo se trataban de más caras graciosas. —¿Sabes hablar?— le pregunto, y por supuesto no obtuvo respuesta solo más palmadas en su rostro —Tu primera palabra debe ser Yoongi— lo pensó mejor —No, tus padres me matarían— La conversación que se estaba dando en la cocina se concentró en cierta persona de cabellos verdes claros, en Yoongi. Jimin con amplia sonrisa observaba como su casi novio jugaba con el pequeño. —Será un buen padre— comentó Jin con ojos llorosos. Jimin lo miró algo sorprendido, pero se dio cuenta de que estaba cortando cebollas. —Lo será— Afirmó el menor. Jin se limpió las lágrimas—¿No piensas decírmelo?— —¿Decirte qué?— Jimin evitó su mirada, yendo y viniendo. —Que son novios, duh, y no lo niegues porque los vi besándose sobre la mesa—. Jimin miró sin expresión. —La puerta estaba abierta— se encogió de hombros. "Yoongi" nombró en pensamientos el menor. —Así que...— —Si, digamos que sí, es difícil de explicar—. Jin pensó a qué se refería con eso y llegó a la conclusión de que Yoongi todavía no se lo pedía formalmente. Estaba en lo correcto. —Seokjin, ¿cómo fue que Namjoon te pidió ser novios?— El pelirosa rió antes de hablar, ese día había sido muy loco pero terminó en un final feliz —Nam me llevó a la terraza de un hotel y allí había una linda mesa para nosotros, pero el clima no ayudó y el viento se terminó llevando todo. Luego de eso fuimos a su casa, pero tuvimos que irnos ya que a toda su familia se le ocurrió ir a visitarlo. Al final llegamos a la playa por arte de magia, el taxista nos dejó allí. Nos reímos de lo ocurrido y nos metimos al mar, mala idea, muy mala idea, pero en ese momento no nos importo. Fue ahí donde Nam se arrodilló y me lo pidió, justo a tiempo para que una ola nos derribe al momento del que iba aceptar. Al final acepte mientras estábamos nadando para que no seamos arrastrados— Eso.. uh, ¿muy romantico, no?. Jimin no pudo tragarse sus risas, pero no fue ruidoso. Se hizo algunas notas mentales; "Siempre fijarse en el clima". "Si vamos a la playa, no meternos al agua". "Solo quedarnos en el departamento". En fin, no salir a ninguna parte. —Pero no importa cómo ocurrió, lo importante es que ocurrió, además lo recordaremos de por vida y será una buena anécdota— sonrió. Jimin quería saltar de emoción, miró para donde estaba Yoongi —Espero y se apresure— comentó. —A ver Gyeomie, debes dejar ese Ted de lado, ya estas grande para peluches de ositos. Ten un Kumamon— le entregó uno de sus preciados peluches —Ámalo y el te amara—. Gyeomie lanzó el Kumamon al piso y pido por su Ted, Yoongi quedó con la boca entreabierta —Desde hoy dejo de ser tu tío, si no amas a kumamon no veo cómo podemos llevarnos bien— asintió con pena. El pequeño se abrazó con puchero a su Ted —No, no funciona, solo me hacen efecto los pucheros de Jimin...— lo observó entrecerrando los ojos —Bien, está bien, pero no lo lanzes— Advirtió muy poco severo, nada severo. El peluche n***o volvió a caer al piso, el pequeño rió divertido y Yoongi también por la chillona risita del pequeño. Las risas se combinaron y cesaron cuando ingresó otra persona al departamento, era un Namjoon totalmente empapado. —Pa..pa— Los ojos de Yoongi se abrieron en sorpresa. Namjoon solo sonrió. Pues Gyeomie ya sabía decir -Papá-. —Así que puedes hablar niño, di Yoongi— Este animó. Fue una ¿suerte?, de que en ese momento la voz en alto de Seokjin se escuchar anunciado que la cena ya estaba lista. Por lo tanto Namjoon tomó a su niño en brazos y caminó hasta su novio para darle un corto beso en sus labios. Jimin observaba la escena con cierto brillo y Yoongi miraba a Jimin de la misma manera, para luego decirle —Supongo que así terminaremos nosotros—. A Jimin le encantó la idea.
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