— ¡Remedios! —Elia corrió hacia su hermana, quien se encontraba tímidamente en la entrada, nunca había estado en ese hotel, sólo lo había visto a la distancia, por su magnitud. —Muchas, muchas gracias. —Sonrió tomando el vestido. —No hay de qué. —Sonrió abrazándola brevemente. — ¿Y Tomás? —Preguntó caminando hacia los baños, Remedios detrás de ella. —Lo dejé con su niñera, está bien. —Respondió en voz baja mirando alrededor, era un lugar lujoso y tenía un aroma cítrico. — ¿Para qué necesitas el vestido, de todos modos? —Acompañaré a un amigo a una cena formal. —Le dijo mientras se cambiaba en los baños de mujeres, Remedios se quedó viendo al espejo mientras esperaba. —No es nada importante pero era una emergencia, la casa queda muy lejos y salió todo de improviso, no hubiera tenido