Lorenzo salio rápido de su habitación, mientras arreglaba su corbata, Maribel al verlo salir apresurado por uno de los pasillos de la casa, lo abordo para preguntarle si desayunaría, el simplemente apresuro mas su paso, respondiendo sin detenerse que ya no tenia tiempo de hacerlo, que estaba apurado. Ensendio su auto y salio de la casa.
Maribel llego a la cocina y ordeno realizar un desayuno menos, ya que el señor Lorenzo salio bien temprano el día de hoy, esto a Rebeca, no le pareció raro, pues le había comentado que tendría una reunión con grandes empresarios de Latinoamericana y estaba nervioso por eso. Penso entre si, que ojala todo le saliera bien, así algún día desprenderse de Joel, no sabia quien era en realidad.
Era pasada las cuatro de la tarde, cuando se escucho a Raquel gritar de alegría desde las escaleras. ¡Maribel, Maribel!
—¿que es ese escándalo? es la señora Raquel
Corrieron todas hasta la sala a ver que estaba sucediendo.
—¡preparen todo, esta noche tendremos una cena de lujo! Mi esposo y Joel han logrado firmar el contrato con los inversionistas de latinoamericana, esto debemos celebrar por todo lo alto, por favor Maribel, encargate de organizar todo, tendremos ocho invitados a la cena, ¡no quiero que nada salga mal!
Sin pensarlo mucho Maribel fue a la cocina e informo a los empleados la reunión de la noche, por lo que debía estar todo limpio y organizado.
Al acercarse la hora en la que las visitas comenzarían a llegar, Rebeca se puso nerviosa, pues Joel vendría nuevamente a la casa y tendría que verlo, Le sacaba de quicio atender a un hombre tan desagradable y mentiroso a parte de todo esto y lo más importante no quería que viera a su hija. Trataría de evitar a toda costa verlo, está vez iba a hacer todo lo posible para no tenerlo cerca.
—¿que haces aquí? ve a atender a los invitados y ver si necesitan algo —expreso Maribel al ver a Rebeca en la cosina limpiando.
—¡alla están los demás! estoy preparando el té.
—¡no me contradigas y has lo que te digo! aquí en la cocina mando yo no tu.
Rebeca limpio sus manos con el delantal que llevaba puesto. camino molesta hasta la sala. Lo primero que hizo fue buscar entre las personas a Joel. Pero este ya la había encontrado primero. Su cara no era de buenos amigos, ella no bajo su cara en ningún momento, para no mostrarle miedo.
—¡Disculpa Raquel! pero está ensalada no estuvo muy buena, de seguro Maribel no la preparo —expreso Joel.
—es lo más probable, no es por nada pero la comida de Maribel se reconoce, no la probé, ya sabes que no puedo comer mayonesa, Rebeca... ¿quien hizo la ensalada?
—¡yo señora Raquel! la hice tal cual Maribel me pidió que la hiciera.
Joel no espero que Rebeca terminara de responder y la interrumpe. —¡ya decía yo! Raquel debes tener cuidado al momento de contratar personal. ¡oye, Por favor tráeme un café!
—disculpa Joel, Maribel debe estar más pendiente de su personal de cocina, ya tendré tiempo para hablar con ella.
—¡tenga señor acá está su café! —dijo Rebeca con expresión de enfado.
—¡uppp! ¿pero que es esto tan desagradable? ¡no tiene ni azúcar!... ¡llévatelo!
—¿que pasa Rebeca? debes asegurarte que las cosas estén en su punto.
Rebeca lo miro pausadamente, mientras que Joel le sonrió con sarcasmo, sin ser visto. De inmediato pensó que lo estaba haciendo a propósito. —¡disculpe! ya lo retiro.
Lorenzo miro la cara de Rebeca, sabía que estaba incómodo y trato de ayudarla sin que su esposa se diera cuenta. —¡por favor Rebeca, tráeme un café de esos a mi! no le eches nada solo quiero probarlo.
Otro de los presente en la mesa ordeno otro café. Rebeca llegó a la cocina casi llorando. Su amiga al verla nerviosa. De una vez le dijo. ¡tranquila amiga, ya falta poco para que se vayan! el lo está haciendo para provocarte, no caigas en eso.
Rebeca la miro y solo se limito a responderle, "la que se quiere ir soy yo", voy a llevar el café que me pidieron y me voy a mi habitación, por favor trata de cubrirme,si preguntan dile que estoy en la cocina y si me mandan a buscar me avisas.
Rebeca camino nuevamente hasta la sala, sosteniendo en su mano una bandeja con las dos tazas de café. Joel la observo detalladamente desde que entró al lugar.
—me vas a disculpar Joel, pero este café, está excelente, ¡muy bueno la verdad! no sé que le vistes de malo. ¿que opinas tú?—pregunto Lorenzo a su compañero.
—opino lo mismo que tú. Está muy bueno el café, pienso que Joel no tiene el sentido del gusto bueno —contesto entre risas.
Esta situación dejo a Lorenzo pensativo, no entendía porque Joel había actuado de ese modo con Rebeca, quizás lo de la ensalada tampoco era cierto y todo lo hacía para molestarla, pero ¿porque haría esto? pensó en su mente.
Rebeca se retiro del lugar y se fue hasta su habitación.