Un Descubrimiento

1065 Words
Al no notar la presencia de Rebeca al cabo de un tiempo Joel quizo ir por ella para pedirle personalmente que se fuera de la casa. Para el no era más que un mal recuerdo de su pasado algo que fue y ya no quiere tener cerca. Espero el momento más indicado, cuando Raquel se llevó a Martha hasta su habitación en la parte de arriba de la casa para mostrarle unos atuendos que se había comprado. Camino por el mismo pasillo, ya se suponía dónde quedaba la habitación de Rebeca, no dudo ni un segundo y caminó rápidamente hasta la puerta evitando ser visto. En esta oportunidad, Al llegar a la habitación y girar la perilla está se abrió, allí estaba Rebeca sentada en la cama junto a su hija, colocándole paños de agua en el cuerpo para bajarle la fiebre. La entrada fue tan brusca que Rebeca volteo asustada, de tantas cosas olvidó colocarle seguro a la puerta. ¿que estás haciendo aquí? ¡vete! está es mi habitación y no puedes estar aquí. Joel camino fijamente y miro a la niña en la cama que estaba dormida. —¿es tu hija? pregunto enfadado. Al mismo tiempo de formularle la pregunta continuó: ya va ¿está niña es hija mía? por eso es que has estado ocultandote. —¡eso no es problema tuyo! no es tu hija, ya déjame tranquila, voy a comenzar a gritar si no te vas de aquí. Así tú esposa, la que ocultastes cuando estabas conmigo, se termina de enterar de la clase de hombre que eres. Así se te termina de caer la falsa máscara que tienes ante todos. —la que se tiene que ir de este lugar eres tú. No sé cómo llegastes a este lugar. Lo más seguro es que me hayas estado vigilando. —¿a qué le debes tanto? ¿porque tienes tanto temor que este aqui? ¿que te hice para que jugaras conmigo y me mintieras? —¡no te quiero aquí! no te lo diré dos veces. ¡tu decides! De pronto la niña de Rebeca despertó al escuchar los gritos y asustada le pregunto a su mamá quien era el señor con el que estaba hablando. Joel al ver a la niña despierta y hablando. Afirmó "si es mi hija" ¡no puede ser cierto! con estas palabras salió de la habitación, mientras Rebeca abrazaba a su hija. —¡tranquila mi amor! es un invitado a la casa, solo se equivocó de habitación y se detuvo a conversar. ¡duerme tranquila, mamá está aquí contigo! Al minuto de Joel haber salido de la habitación, se escucho el tocar de la puerta, Rebeca se levanta pensando que tal vez sería Joel, quien se devolvió por la forma como salió. Pero al abrir era Alondra, quien vio salir corriendo a Joel del pasillo, pensó que vendría se la habitación de Rebeca y vino a ver si estaba bien. —¿estás bien? e venido porque ví salir a Joel de este lugar. Rebeca le hizo seña con su mano para que no hiciera bulla, así evitar que su hija se volviera a despertar. —¡estoy bien! descubrió que mi niña es su hija, pero lo negué todo. No sé si me creyó, es su palabra contra la mía. No le conviene que su mujer se entere. Lo hubieses visto hoy en la cena, busco la forma de molestarme alejando que la comida estaba mala. —¿que piensas hacer? el es el socio del señor Lorenzo, si continuas aquí lo tendrás que ver por el resto de tus días. Ya le agarre miedo con eso que me hizo la última vez, piénsalo. Martha es una mujer independiente, con dinero Joel es un bueno para nada. El no va a dejar que su mujer se entere de lo que vivió contigo y mucho menos que tienes una hoja con el. —¡lo sé! si regreso mis padres no me van a aceptar, ellos me echaron de la casa, están enfadados y decepcionados de mi y con mucha razón. Pero por otro lado si continuó aquí aunque esté de este lado de la cosina, igual me molestara, ni miedo tiene de meterse en mi habitación, sin temor a ser descubierto. Todo esto es tan desgastante, lo que más me duele es mu hija, que este metida en todo esto sin saber nada. —te apoyaré en lo que pueda, pero por favor cierra tu habitación con llave o lo que podemos hacer es que te vayas a mi habitación con tu niña cuando el esté aquí, esto mientras se nos ocurre algo. Alondra se despidió de su amiga y regreso a la cocina. Se dedicó a limpiar todos los untencilios usados en la cena, y tratar de organizarlos al máximo posible de esta manera cubrir también a su amiga y Maribel no las regañara al otro día. De pronto escucho unos pasos cerca de ella, al voltear asustada no era más que Lorenzo. —Disculpe señor Lorenzo, ¡me asustó! por poco creí que se trataba del espanto que habla el jardinero y el portero que aparece en las noches en la casa. Lorenzo al escucharla, se puso a reír. —¿espanto? cómo crees —expreso entre risas. —bueno es lo que se escucha hablar aquí. —¡bueno ya vez que nos soy ningún espanto! e venido porque ví que Rebeca de un momento a otro no regreso y no sé si fue por el comportamiento que tuvo mi socio con ella le hizo sentir mal. Te pregunto porque se que eres su amiga. Alondra sabía que era la oportunidad para sembrar la duda en Lorenzo sobre quién era su socio. —La ví llorando, me comentó que algo había ocurrido en la mesa pero no me quiso dar más explicaciones. Ahora que comentas, eso pudo haber Sido. No es por nada Señor Lorenzo, pero su amigo Joel de un tiempo para acá anda extraño, el no me a dado buena espina, desde que lo trajo a la casa. Discúlpeme por lo que le acabo de decir. —¡no te preocupes! hasta yo que lo veo todos los días lo e notado así despistado por así decirlo. Bueno trataré de hablar con ella en otro momento, me iré a dormir que tengas buenas noches.
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