Me reí, pero por dentro me sentía triste por Cami. No era tan distinta a mí al final de todo. Seguimos contándonos cosas del pasado, del presente, del futuro.... Estuvimos toda la tarde hablando de películas y libros. Leía mucho para el poco tiempo que tenía para ella misma. Según me había contado, era una de las espías de su “familia”. Su físico hacía que nadie desconfiase de ella y se acercaba más fácilmente a los agentes masculinos. Extraía información casi sin hacer nada. Me confesó que a veces se sentía mal haciendo su trabajo porque le recordaba a lo que el hombre ese le hizo cuando era más joven. No me dijo su nombre, evitó pronunciarlo como si fuese Voldemort y se fuese a aparecer justo al nombrarlo. No la presioné y tampoco me importaba demasiado. No era de las mujeres chismosas