CAPÍTULO 2

1745 Words
Desearía no haber venido. Después de que Liam entrara, y el Señor Leandro me preguntará más de mil veces el porqué de mis lágrimas y yo le asegurara que el motivo no era su hijo, pasamos adentro a esperar a Nicole ya los demás para pasar a comer. El me conto su día y como algunos de sus   incompetentes   empleados lo sacaban de quicio, palabras de él, no mías. Por otro lado yo también le conté mi día en la universidad, y como Luciana me iba a dejar con dolores en mi delicada espalda. Y ahora todos los miembros de la familia Licciardi se encuentran en el comedor comiendo, y por desgracia me encuentro acompañándolos. - ¿Por qué no te comunicaste en las vacaciones Liam? -Nicole es la primera en romper aquel silencio-. Hoy es la primera vez que te veo después de dos meses, se supondría que nos alcanzarías en Grecia, nunca sucedió. -Quería desconectarme de Italia y de ustedes mamá. Los veo todos los días, a mi novia no, tenía que aprovechar los dos meses con ella. -Quedamos en que tendrías el puto teléfono a la mano y que durarías un mes, esa fue la condición para que te fueras a México -Nicole agarra la mano del señor Leandro, creo que evita que se enoje. Liam suelta bruscamente los cubiertos sorprendiéndonos a todos. -Tenemos que hablar de esto enfrente de ella -me señala y siento como me hago pequeña en mi puesto, tener varios pares de ojos puesto en ti no es muy bueno que digamos. -Dalila es como si fuera de la familia, otra hija más -me ruborizo al escuchar al señor Leandro, la verdad es que siempre me tratan como una. -Que irónico, la consider de la familia a ella, pero a mi novia que llevamos más de tres años no. -Sabes que queremos a Fiorella Liam -aclara Nicole en un tono suave. -Pues no se les nota, ya les aviso que me iré a México a vivir con ella. -Sobre mi c*****r te iras con esa oportunista -me sobresalto al escuchar el golpe que el señor Leandro dio a la mesa. Volteo a mirar a Luciana y logro escuchar en un susurro un "Lo siento" de su parte. - ¿Ahora me prohibirán irme? -Pregunta empezando a levantarse, esto terminara muy mal, por Alá que no-. Me prohibiste muchas cosas papá, tú y tu madre. Por su maldita culpa yo ... yo Veo como sus ojos se vuelven vidriosos y una profunda tristeza se instala en su mirada. Por impulso me levanto pero Luciana agarra mi mano y niega cuando le iba a cuestionar. - ¿Por mi maldita culpa que Liam? -pregunta entre dientes, él se levanta y por instinto también lo hace Nicole. -Leandro no -dice firme, pero el solo tiene su mirada en Liam, ambos se desafían con ella. Ambos tienen el mismo temperamento. Los demás lo único que hacemos es espectadores de este momento tan intenso, es la primera vez desde que estoy en sus vidas que discuten. -Lo ... lo recuerdo todo. ¿Qué recuerda? Sale a paso rápido y sin siquiera pensarlo voy a tras de él. Se dirige a su automóvil y corro para alcanzarlo, me subo en el ganándome una mirada confundida por su parte. -Bájate -gruñe. -No me bajaré, no te dejare ... no en este estado. -Como quieras -arranca su lambo y rápidamente nos alejamos de la mansión. Empieza a subir a una especie de montaña y media hora después se detiene en un prado. Nos bajamos en un total silencio, se recuesta en el capó del auto y cierra sus ojos disfrutando de la suave brisa. Realizo lo mismo que él, encontrando este momento satisfactorio y una terapia de relajación. Ahora entiendo porque vino hasta acá. No se escucha nada más excepto el sonido del viento y uno que otro pájaro. -Hace una hora atrás tetrate de la peor forma, y ahora estás aquí. ¿A qué juegas? - ¿Por qué piensas lo peor de mí? -abro mis ojos encontrándome con la mirada de Liam escudriñándome. -Las únicas tres razones por las que las chicas se le acercan a mis hermanas, es por el dinero, nuestro apellido o porque quieren tener unos de sus hermanos. - ¿Piensas que yo estoy por la primera? -Pienso que eres muy astuta Dalila. -Quiero mucho a Luciana, Alá sabe que lo que digo es cierto. Es la única amiga verdadera que he tenido en toda mi vida. Es mi mejor amiga y gracias a ella he sentido y presenciado, el verdadero amor de una familia. No sería capaz de utilizarla para algo como eso. No dice nada, nos quedamos un largo rato en silencio hasta que nuevamente Liam decide romperlo. - ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué te fuiste de tu país? - ¿Por qué te estás comportando tan mal con tu padre? ¿Qué recuerdas? -No es asunto tuyo -responde rápidamente lo que me hace sonreír. -Tampoco es asunto tuyo el porqué de irme de mi país. Muerde su labio inferior viéndose realmente sexy en el proceso. Retiro mi vista de esa apetitosa boca, no quiero que se dé cuenta de mi atracción por él. - ¿Por qué huyes de mi mirada? -volteo a mirarlo confundida. Que no se haya dado cuenta, Alá te pido que no. - ¿Por qué tantas preguntas? -Cuestiono aparentando un poco de enojo-. No me gusta ver tu horrible cara Liam, creo que le deberías de hacer un favor al mundo al no salir más. Se levanta acercándose a mí, me recuesto un poco para no estar tan cerca pero así mismo como me recuesto, él se acerca aún más hasta que quedamos yo totalmente acostada en el capo de su auto y el encima de mí. Esto es mucho. Su cercanía, nuestros cuerpos juntos, su respiración golpeando mi rostro, su mirada, su aroma. Simplemente es mucho para mi débil corazón que golpea con fuerza en mi cavidad torácica. ¿Qué es respirar? Algo demasiado sobrevalorado en un momento como este. -Respira Dalila, así -inhala y exhala lentamente mostrándome-. Es fácil, ¿cierto? me disculpo, ese es mi efecto en las mujeres y tienes que saberlo controlar. -Aléjate -ordeno tratando de hablarlo firme pero fall in the moment, salió más como una súplica para que no se alejara. -Con respecto a lo que dijiste antes, tranquila, tal vez se te cumpla tu deseo. Se levanta y jala mi brazo levantándome en el proceso. - ¿Qué quieres decir con ello? -No creas que te tratare mejor después de esto, seguiré tratándote igual y tú ... tú sigue queriéndome en silencio. Abro mis ojos como platos al escucharlo decir lo último. ¿En todo este tiempo él supo sobre mis sentimientos hacia él? -Algo que ya debes de saber Dalila, es que yo lo sé todo.           - ¿Ahora qué harás? -Buscaré un apartamento más barato y llegaré a fin de mes, eso hare. -Lo que te ganas en la academia no es suficiente y lo sabes -agarro una almohada de su cama y hundo mi rostro en ella, grito con todas mis fuerzas liberando toda la frustración que me recorre-. Puedes vivir aquí, no habría problema. Alzo mi rostro al escucharla decir semejante disparate. -Prefiero dormir en uno de esos suburbios peligrosos que aquí. - ¿Tan mal sería vivir con nosotros? -pregunta. -Sabes porque lo digo, desde hace una semana he triunfado en evitar toparme con tu hermano, si viviera aquí me lo encontraría hasta en el baño. -Cada uno tiene su baño, a menos que quieras ir y verle de ... -Oh cállate -le tiro una de las tantas almohadas que se encuentran en su cama y aterriza directo en su rostro. - ¡Me las pagaras Dalila! -se levanta de su silla y yo corro hacia la puerta, Luciano entra en ese momento así que aprovecho y lo pongo como escudo. -Protégeme de tu malvada melliza. -Ya llego tu sexy príncipe su majestad, derribaré al horrible enemigo que tenemos enfrente. Entre risas se dirige a Luciana y la carga como un costal de papa, para tirarla en su cama y comenzar con una tortura de cosquillas. Aprovecho el momento para salir de la habitación por un vaso de agua. Se supone que solo estamos, Luciana, Luciano, Leandra y yo, así que no debo preocuparme por Liam. Cuando estaba por entrar a la cocina escucho ruidos, camino cautelosamente para saber que son, mi boca forma un oh de sorpresa al ver semejante escena. Leandra se encuentra entre los brazos del mejor amigo de Luciano, se besan como si no hubiera un mañana. Por Alá ella todavía es una niña, tiene 12. -Le-Leandra Ellos se abruptamente, ambos me miran con rostros pálidos, han sido vistos, agradezco que no haya sido por ninguno de sus hermanos, matarían a este hombre, ya ella, seguro y el señor Licciardi la mandaría a un internado, aunque Leandra y Luciana lo tienen comiendo de su mano. -Da ... Dal ... Dalila. - ¿Ustedes son novios? -pregunto. Ambos niegan rápidamente, no paso por desapercibido la desilusión en los ojos de Leandra-. ¿Por qué estaban besándose entonces? Luciano pudo verlos. -Por favor no les digas nada a nadie -ella viene hasta mi-. Te lo pido Dalila, lo mataran si lo llegan a saber. -No diré nada, pero esto tiene que acabar aquí, eres muy pequeña y él es muy mayor para ti. - ¿Quién es mayor para ella? Me tenso inmediatamente, Leandra me suplica con la mirada que no diga nada y el chico solo observa fijamente a la persona detrás de mí. -No lo volveré a repetir, así que responde Dalila. Me volteo lentamente mientras pienso que me inventaré para salir de esta situación. -Un amigo del colegio -se adelanta el chico, ahora que lo recuerdo nunca supe su nombre-. Le estábamos dando consejos a esta pequeña, ahora nos vamos, tengo que ir con Luciano y ella tiene tareas por hacer. Traidores, es en lo único que puedo pensar, me dejaron sola con Liam y era lo último que quería, es estar a solas con él. - ¿Acaso el idiota no sabe que Leandra estudia en un colegio femenino? -trato de no mostrarme sorprendida pero creo que he fallado-. Dime Dalila, ¿con que intensidad se besaban? -No. - ¿No qué? -alza una de sus cejas y cruza sus brazos-. Leandra tenía el aspecto de alguien después de una larga sesión de besos, él tenía una notable erección. ¿Sabes también que pude percibir? -Niego levemente-. El futuro olor a sangre. - ¿Qu-Qué quieres decir? -Nadie se mete con mis hermanas, y menos con mi niña. Su mirada es dura, ¿Acaso es una indirecta para mí? -Tú no eres un asesino Liam -susurro un poco asustada. -No, no lo soy. Pero, cuál es el padre, así los hijos salen. Pasa por mi lado chocando levemente nuestros hombros, no reacciono por varios minutos hasta que el sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. "cuál es el padre, así los hijos salen". ¿Qué quiso decir con eso?
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