–¡Es que eres una niña tremenda! Pobre Frederick... —Kill era experto en hacer dramas, pero sabia perfectamente como era yo.
–Ellos cuando me conozcan sabrán que soy lo mejor que conocerán en sus vidas. Tus amigos están locos, pero no tanto como tú.
–Que presumida... –resoplo y dio unas risitas– Obvio, soy tu loco favorito.
Sirvió el espagueti, con salsa de tomate y bastante queso mozzarella y poquito de orégano. Un almuerzo básico para los chicos independientes de ahora.
Oh sí.
–Bon appétit.
Y almorzamos la pasta hecha por Kill, con vino de uvas, perfecto para la digestión.
Reposamos unos 20 minutos... Y de ahí, el se fué a su casa.
Kill vive con su abuela, quien esta bastante conservada para su edad, tiene aproximadamente unos 58 o 60 años. Pero, no los aparenta para ser sincera.
El adora a su abuela, siempre le cocina, esta al tanto de sus vitaminas y se preocupa por ella. Pero, ella a pesar de tener a un nieto increíble, tiene como favorito a otro nieto que está en fuera del país, que le manda dinero mensualmente, pero no es lo mismo a Kill. Quien se ha trasnochado cuidandola y hasta muchas veces ha dejado de salir a fiestas por estar con ella.
Ella reconoce lo bien que ha sido Kill con ella, pero es tan notoria su preferencia, que a veces Kill se molesta y se va a fiestas y amanece lejos de su casa por varios días.
Es triste cuando no te dan el reconocimiento que de verdad te mereces, que alguien se esfuerce tanto por ti y aún así no te correspondan igualmente.
Es lamentable.
Mi primera mañana despertando sola, independiente y con ganas de disfrutar de mi primer día de clases en la universidad. Kill también estudia allí, pero a diferencia de mi, el estudia otra carrera, estudia Ingeniería en Informática. Y, realmente le gusta mucho todo lo que tenga que ver con tecnología, es bueno para eso.
Me preparé un un sándwich de jamón de pavo, y un jugó de mango que compré ya listo. Un desayuno práctico y delicioso.
Tomé mi mochila, me fui de cabello suelto. Quise dejar el volumen en mi cabello rubio, me hacía lucir una chica con estilo retro, noventero. Mucho más con mis momjeansc, los amo, suelo comprarlos de todos los diseños.
Me subí a mi moto, y me dirigí. Un nuevo día me esperaba.
Kill me había llamado para saber si ya había llegado, pero le dije que apenas iba en vía para allá. Sentía un poco de nervios, sobre de quienes serían mis compañeros de clases, y quienes serían mis profesores, y como sería todo a partir de ahora.
Esos típicos nervios de cuando comienzas algo nuevo.
Llegue por fin, el ambiente estaba fresco, el cielo despejado, un día agradable. Para comenzar.
Me conseguí en la entrada al chico que me guió la primera vez que vine al salón, y este me reconoció de inmediato, y se acercó a mi.
–¡Hola Bryony! –me saludó dándome un beso en la mejilla– ¿Cómo estas? ¿Preparada para tu primer día?
El llevaba una camisa negra, que le hacían lucir bien debido a su piel pálida, siempre me ha gustado que los chicos de tez tan blanca se vistan con colores oscuros, les hace lucir sexy.
Y en su caso, sus ojos eran marrones bastante oscuros, casi negros. Que hacían juego con la camisa.
–¡Hola...! –Mi mente divagó >.– Estoy muy bien hoy, y más que preparada. ¿Y tú?
–Excelente, hoy siento que será un buen día.
–¡Amanecimos con los ánimos hasta el cielo! Así és. –Hice un movimiento con el brazo haciendo una expresión de fuerza.
El hizo una media sonrisa, que mostro un pequeño hoyuelo. –Cuando salgas de clases ¿te gustaría comer conmigo? Así te presento a mis amigos y vas conociendo a más personas...
–Me parece buena idea... –Fui bajando mi tono de voz cuando vi a Kill acercarse y viéndome extrañamente, como desconfiando de con quien hablaba.
–Entonces te veo en el patio, cerca de la fuente.
–De acuerdo.
Justo al llegar Kill por detrás del chico, se fué.
–No has ni terminado de entrar a la uni, y ya andas rompiendo corazones, bendito Dios...
Le di un golpecito con mi hombro. –Es mi primer amigo de la universidad, ya deja tu toxicidad. Y entremos.
Kill me acompañó a mi salón, y estuvo conmigo en eso que esperábamos a que llegase el profesor. Y al rato entró Tabias.
–Hola, bella Bry. ¿Cómo estas? Que genial que ahora podamos vernos más a menudo.
Se sentó al lado mío junto a Kill. Quienes se saludaron dándose puñitos.
–¡Bry! Encontré un concurso en i********: donde habrán unos grandiosos premios y sorpresas, para aquellos que les encanta cantar. Mira... –Me mostró la misma imágen del flyer que vi en la vidriera de una tienda del centro.
–Ah, el destino definitivamente me está gritando. Este lo había visto en una tienda. Creo que me inscribire...
–¿En serio? Te acompañare a inscribirte. Tienes que llevar tu identificación e ir a hacer una muestra de tu canto.
Apoyé mi mandíbula en la palma de mi mano. –Sería súper, Tobi.
Miré que estaba Frederick parado en la puerta, como inseguro si pasar o no, hasta que lo hizo y vino directamente. Aún estaba molesta con el, por lo idiota que fue conmigo.
Me impresionó al verlo tomar un asiento para sentarse justo frente a mí. –Hola, Bry. –Sonrió de medio lado.
> Un día feliz, y el otro amargado, si supiera que así se ve más guapo feliz y amable. Si pensaba que todo iba a ser fácil, estaba equivocado, porque aún me molestaba recordar su estúpido comportamiento.
–Hola. –Dije en seco, echandome hacia atrás para apoyarme del espaldar.
Kill al instante se dió cuenta de mi incomodidad, y me tocó con la punta del lápiz para que dejara de ser tan pedante con el. Pero, el sabe bien como soy, por lo que no cedería tan fácilmente hasta que el se disculpe como debe ser.
Comencé a ver estados en mi w******p, mientras esperaba a que llegase el profesor y los muchachos se fuesen.
–Bro, ¿que tal todo? –Tobias saludó a Fred. Acto seguido de Kill, y comenzaron a hablar entre ellos.
Yo seguía como si los ignorara. Viendo mi teléfono.
–Le estaba diciendo a Bry, que se inscribirá en un concurso para cantar y tiene unas premios que con la voz de ella... Es inevitable que gane.
Fred puso su mirada en mi, tranquilo y relajado, y con cierta sutileza me preguntó. –¿Es cierto? Pues deberías hacerlo, realmente tienes un gran talento.
–Si, gracias, eso haré.
–Diablos, ¿que tienes, Bry? ¿Pasa algo? —Tobias me preguntó mientras jugueteaba con mi cabello.
–Si. —Le sonreí. –Pero, no importa. Creo que deben irse.
–¿Nos corres, nos echas...? –Tobías asombrado y exageradamente se levantó.
–Ahí viene el profesor, bro. –Kill se levantó, y acarició mi cabeza como si fuese una niña pequeña, así siempre se despedía de mi.
Tobias me dió un beso en la mejilla, y se fueron antes que Fred. Quien se levantó lentamente, pues, seguro iba a decirme algo. –Nos vemos más tarde. Suerte. –Y me guiñó un ojo.
>
Luego de quedarme estupefacta por la respuesta del bipolar de Fred, decidí no darle importancia, y preste atención al profesor que entró. Que puso su laptop en el escritorio, y luego de unos segundos se presentó.
–Buenos días, alumnos. Mi nombre es Paúl, y seré su profesor de Historia del Diseño...
Un señor de estatura promedio, unos 50 años, tal vez. Medio calvo, de gafas negras y ropa formal. Su aspecto hablaba de lejos que era un profesor. Estuvo dando una explicación sobre lo que se verá en dicha materia, lo que implicaría, y lo que debíamos esforzarnos.
Después de esa clase, fuimos a la de Desarrollo y Administración de Proyectos, con una profesora muy amable e intelectual, me agradó mucho.
Interactúe con algunos de los compañeros que tenía a mi lado, unas eran dos chicas bastante simpáticas que se conocieron al inscribirse. Y un chico moreno a mi derecha, que también era nuevo en la ciudad. Este se llamaba Carlos.
Luego que llegó la hora de descanso, fuí a comer hasta que recordé a Nick... El chico alto y corpulento, con ese estilo de jugador de fútbol americano, que me había invitado a comer, también para que conociera a sus amigos, supongo... O al menos eso quiso decir.
Me acerque a la tienda de comida a ver que podía comprar para comer. En eso sentí que alguien tocó mi brazo izquierdo.
–¿Quien...? Oh Nick. –Lo reconoci, y saludé.
–Estaba esperándote. ¿Qué tal tu día?
Se puso a mi lado, mientras me acompañaba a elegir mi almuerzo.
–Todo de maravilla. No me quejo. ¿Y tu?
Notaba que Nick estaba siendo muy amable conmigo, y eso es algo que aprendí a reconocer debido a mis amigos. Kill ha sido mi sensei número uno y este comportamiento me olía a interés por mi, porque le gustaba, sin sonar presumida. Solo estaba acostumbrada a eso de tener pretendientes por aquí y por allá.
Y realmente, a veces era molesto, porque tenía que ser odiosa en ocasiones, o simplemente ignorarlos, porque querían estar conmigo casi a la fuerza. Algunos si quedaron como buenos amigos, han sido súper geniales, cosa que agradezco.
–También, todo ha estado excelente... a excepción de un pequeño problema que tuve...
–Disculpen, –nos miró y sin preguntar me tomó del brazo– debo llevarte un momento.
Frederick apareció como si nada, a interrumpir la conversación. Y no obstante, ni me preguntó, solo me tomó como si fuese una niña pequeña y me llevó del brazo.
–Ey, ey... ¿Qué diablos te pasa? –Me solté de su agarre, aún más molesta por su atrevimiento.
–Te dije que nos veríamos al salir de clases. –Inclinó su cabeza a un lado, como si estuviese cansado.
–Pero, no es la manera, Frederick. Es de muy mala educación... ¿Vas por la vida arrebatando las cosas?
El se sonrió de una manera pícara. Cosa que me dió mucho que pensar. –Supongamos que si.
–¿Entonces?
Resoplo arqueando una ceja. –Entonces ¿qué?
Lo miré sin poder creerlo. –Okay, de acuerdo. —Le di la espalda para irme, en vista de que el señor no parecía decir nada.
Justo en ese momento, me tomó rápidamente. –Espera, baby Bry. No seas tan obstinada.
–¿Si? Mira quien lo dice... ¡Jáh! –Me crucé de brazos.
–Bien, quería disculparme contigo. ¿Podrías perdonarme? –Su mirada y esa sonrisa que vi la primera vez en el karaoke... Hizo que mi mente se estremeciera.
Puto Frederick.