Capitulo IV.

2099 Words
AVERY Esa mañana, Niklaus se mantuvo distante de mi, aunque sabia que me estaba observando y me gustaba. No era común, mi reacción hacia él, no le mentí a Adrià sobre que no he tenido ninguna pareja, realmente nunca me importo, siempre pensé en un futuro diferente para mi, lejos de Alemania, un futuro que jamás lograre, ya que estoy atrapada aquí, por desgracia. Hoy me tocaba aprender las actividades agrícolas, si no aprendía seria tomada como una inútil y luego seria incinerada. Tiraba las semillas como me habían enseñado y estaba feliz de que me estuviera saliendo tan bien. El nazi que nos vigilaba se giro mientras otro le daba unas indicaciones, desde donde estaba podía escuchar que pedían a diferentes personas para hacer oficios en la Casa del General. Espero que no me escojan. Pero mi petición se esfumo cuando una fuerte mano me tomo del cabello, tirándolo hacia atrás para que lo mirara. -Eres la nueva, ¿cierto? Asentí. -Tu vienes conmigo -volvió a tirar de mi y casi tiro todas las semillas a la tierra, pero las sujete bien y se las pase a Johan Otras dos chicas caminaron hacia nosotros dirigidas por otro soldado. El que me tenia del cabello, me soltó y me empujo hasta las chicas. -Estas son las reglas de la casa -se saco los guantes -trabajaran en lo que las pongan hacer, no renegaran a nadie y eso incluye que si uno de nosotros quiere tocarlas, se dejaran porque quieren, porque eso son unas putas. Si las golpeamos es por su bien, así que si alguien llora, yo mismo me encargo de darles un tiro. No pueden hablar con nadie de la casa a solo que se les pregunte algo, cuando su tiempo termine en la casa, regresaran aquí, mientras dormirán en el sótano, todos nos levantamos a las 5 de la mañana, antes de esa hora ya tiene que estar el desayuno hecho, así que procuren despertarse temprano, si hacen algo malo se les corregirá de la manera correcta así que si no quieren ser azotadas -sonrió -no hagan nada malo Luego de eso nos llevaron por un túnel hasta la casa, no querían que saliéramos del campo por si nos escapábamos. Lo prefería así. Los alemanes son muy crueles cuando te ven por la calle con el uniforme a rayas, se burlan, te golpean, te tiran cosas...creen que tienen derechos sobre nosotros. Pero la verdad es que en cierta parte, nosotros ya no tenemos nada y ellos tienen todo. Simplemente les sedemos el poder. El túnel llevaba al sótano, estas camas parecían mas limpias que las otras. Casi sentí tranquilidad. Nos llevaron arriba, había mucho movimiento, el nos enseño los lugares donde no debíamos entrar y para hacer limpieza estaríamos supervisadas. Nos dejaron en la cocina para preparar el almuerzo, así que nos pusimos a trabajar de inmediato. Cortaba papas mientras las otras dos mujeres que no conocía aun, picaban diferentes verduras. No hablamos en ningún momento. Las risas de los hombres eran fuerte y hacían eco en la gran casa de madera. Unos pasos se acercaron rápidamente a la cocina y me volví cuando me llamaron: -¡Eh, tú! ¡La de las papas! El suelo esta mojado en la segunda planta, ve a secarlo Me moví rápidamente hasta la gaveta que estaba bajo el lavatrastos, había visto un trapeador allí cuando estuvimos buscando cuchillos y demás cosas para poder cocinar. Con la cubeta en mano y un trapeador, subí a la segunda planta, al principio vi todo seco, así que camine por el pasillo hasta que encontré donde estaba mojado. Supongo que era el baño. Tire el trapo al suelo y comencé a secar la madera, lo levante y lo arroje repetidas veces hasta que estuvo limpio y mi cubeta estaba medio llena de agua sucia, pero entonces mas agua salió debajo de la puerta. Obviamente habían dejado la llave abierta. Me puse de pie y sin mas, abrí la puerta. Gemidos chocaron en mis oídos, mi boca cayo abierta de la sorpresa al ver a un hombre embistiendo a una mujer, estaba apoyada en la pared, parecía doloroso, sus piernas estaban tan abiertas y el tan...tan adentro. Deje de respirar cuando el se dio la vuelta y me miro a los ojos. Era él. Y ella era la sobrina de Hitler. Estaban dentro de la bañera, parados y el agua caía por los bordes. Niklaus abrió la boca pero solo termino sonriendo. Me di la vuelta con rapidez y cerré la puerta. Con la respiración agitada mire por el pasillo, tome mis cosas y me fui, regresaría mas tarde, cuando hayan terminado. [•••] El día se paso volando, definitivamente, prefería estar aquí, pero me sentía mal por lo que estaban afuera. Con las otras dos chicas, suspiramos al mismo tiempo mientras lavábamos cientos de platos, nos miramos y no pudimos evitar reírnos en susurros. Pero alguien parado en la puerta nos hizo bajar la cabeza y callarnos, nos miramos de reojo, esperando a que se fuera, pero no se iba. Comenzaba a ponerme nerviosa. Los pasos de pesadas botas se acercaron a nosotras, nos tensamos, no podíamos hacer nada mas que eso, solo esperar. Se puso detrás de mi. Trague en seco. Se acerco y aparto el cabello de mi cuello, respirándome allí, susurro en mi oído: -¿Te gusto lo que viste? Exhale por mi boca, pero no dije nada. -Respóndeme -¡CHAS! Nalgada -¿Qué te has quedado sorda acaso? -Siento tardar en responderle. No me ha gustado, solo me sorprendió -¿Te gustaría que te follara? -apretó mi trasero Mire a las chicas que seguían aun de pie a mi lado dándose pequeñas miradas. -No -me atreví a decir -pero se que eso no le importara Suspiro en mi cabello. -Que lista eres -por su tono supe que estaba sonriendo -ven conmigo Deje los platos y me voltee a ver a Niklaus. El estaba tan sonriente y noto que yo ya no lo estaba mas. -Ahora ya no sonríes ¿uh? -rio y puso su mano en mi nuca y así me saco de la cocina Muchos de los soldados le sonrieron y asintieron hacia Niklaus mientras pasábamos, y subíamos hasta la tercera planta. Mis manos empezaban a sudar, así que estruje mi uniforme para secarlas. Niklaus abrió la puerta que estaba al final del pasillo y nos metió en ella. Casi vomito cuando en una de las dos camas, había otro, era el que me había traído. Se hecho a reír cuando nos vio. -Así que te gusto mi regalito, hermanito. La traje especialmente para ti -Solo debo agradecértelo, entonces -dijo Niklaus -De nada, solo quiero lo mejor para ti, solo debes follarla y echarla -intercambiaron una mirada hasta que Niklaus gruño -Tal vez debas dormir en otro lugar hoy -dijo Niklaus -Con gusto -le guiño el ojo -nos vemos mañana -Solo vete, Greg -se encogió de hombros y salió con una sonrisa, mientras cerraba la puerta detrás de él Niklaus soltó mi cuello y camino hacia su cama. Se sentó mientras comenzaba a desabotonar su camisa. -Quítate esa mierda -ordeno Mis dedos temblaron en los botones de mi uniforme, sabia que no debía hacerlo esperar si queria lograr escapar, sé que puedo lograrlo, los desabotone y me quite los zapatos, saque mis brazos primero y luego, lo baje hasta dejarlo caer. Solo tenia mi vieja ropa interior y una camisa blanca que nos habían dado. Lo mire. -Eres tan hermosa. Como imagine que lo serias debajo de ese uniforme -sonrió -ve a darte una ducha y solo regresa con tus bragas, si no lo haces, te va a ir muy mal Trague saliva mientras asentía y me voltee para caminar al baño de la habitación, no era muy grande, pero para mi era increíble, no me había duchado desde hace días. Mire la puerta y luego a Niklaus, la pregunta era obvia. -Déjala abierta, al igual que la cortina, me gustaría verte Asentí y me voltee para dejar salir el agua sobre la bañera. Termine de sacar mi ropa y la deje sobre la tapa del inodoro. Con temblores en todo mi cuerpo, camine hasta ponerme bajo el agua. Suspire de inmediato al sentirla en mi piel. Estaba tibia. Era deliciosa. Me quede un rato parada sin hacer nada, siempre sintiendo la mira de Niklaus en mi. Levante mi rostro y vi el shampoo, y el jabón, no sabia si podía tomarlos. -Esta bien, Avery, puedes utilizarlos -lo escuche decirme -Gracias -le dije mirando hacia el suelo, no podía mirarlo a los ojos, a penas podía estar de pie en este momento El no dijo nada mas así que volví a mirar el shampoo, lo tome y tome un poco en mi mano. Sentía cosas extrañas en mi estomago, el me estaba dejando usar sus cosas cuando se supone que todos ellos nos tienen asco. No lo entiendo. Termine de lavar mi cabello, no era muy largo, solamente me llegaba arriba de los hombros y era lizo. Así era el de mi madre. Me enjabone. El olor era tan...él. Cuando termine, solo me quede parada aun debajo del agua y pese de inmediato, cuanto tiempo pasaría para que pudiera volver a tomar una ducha. Pero luego, de unos minutos, decidí que lo mejor era salir de una vez por todas, no quería que luego fuera a golpearme por tomarme mucho tiempo y terminarme el agua o algo. Cerré la ducha y salí de la bañera, tome mis bragas y me encorve para colocármelas y... -No. Quédate así -me puse recta y las deje de un lado -acércate Camine hacia el con mis manos adelante, tratando de tapar lo mayor posible. Niklaus se había quitado su camisa, zapatos y calcetines. Solo estaba en sus pantalones y estaba desabrochados. Niklaus se sentó en la cama y extendió su mano hacia mi. Con duda estire la mía hasta colocarla en la suya, creí que iba a jalarme y tirarme sobre la cama para tomarme de una buena vez, pero no lo hizo. Espero a que me parara en frente de él. Dejo caer mi mano y sus manos cayeron en mi cintura. -¿Qué crees que voy hacerte? -Vas a...follarme -Lo que en realidad crees, Avery -Vas a violarme -Acuéstate en la cama -ordeno sin mas Alejándome de el, subí a la cama y me acosté boca arriba, sin moverme, sin parpadear, sin respirar. Niklaus volteo a verme y se paso la mano por el cabello, y mire su espalda mientras se levanta y comenzaba a recostarse en la cama. Volteo a verme, así que lo mire a los ojos. -¿Puedo confesarte algo? Eso no lo vi venir. -Claro -dije insegura -La forma en que te mirabas debajo del agua -sacudió su cabeza y no pude evitar preguntarle por mas -¿Qué pasa con eso? Niklaus estiro su brazo y coloco su mano en mi estomago. Me tense y sumí mi abdomen. -Eso es lo que pasa -dijo Lo mire sin poder comprender y de un segundo para otro, ya estaba sobre mi. -Te veías tan feliz de que el agua te tocara, tan deseosa que pasara. Pero entonces te toco y tu te quedas como una preciosa piedra Tomo una de mis manos y la llevo a su mejilla. Su rostro era tan suave, jamás pensé que lo fuera. El suspiro. -Quiero que cuando te toque sientas como si fuera el agua, quiero que te sientas deseosa, quiero que estés feliz, quiero que mi toque te tranquilice No sabia que decir, así que solo lo mire. -Me encantaría que no fueras tu la que provoca estas cosas en mi -No entiendo -sacudí mi cabeza -No es necesario que lo hagas -sonrió -Entiendo tus palabras, pero no entiendo el porque -Lo entenderás con el tiempo -¿Tiempo? -No le digas a nadie mas, Avery. Desde el momento en que creíste confiar en mi, eras toda mía. Este es nuestro secreto Asentí. -Pensé que me habías traído para... -Lo hice, eres tan... -miro entro nuestros cuerpos -no hay palabras, pero estoy cansado, así que durmamos Recostó su cabeza en mi pecho y me apretó a su cuerpo. -Buenas noches, Avery -Buenas noches, señor -En privado, solo dime por mi nombre -Buenas noches, Niklaus El suspiro y pareció que de inmediato se quedo dormido. ¿Y yo? No pude dormir durante horas mientras seguía pensando en todo lo que me acababa de decir y sin poder entender lo que estaba pasando.
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