Hablando de “egos” uno que está para lamer, me mira con una sonrisa en cuanto me acerco. Está afuera de su auto deportivo sentado levemente en el capó. Ahora que lo detallo mucho más, Zack es sexy. Me gusta su estilo de vestir. Es como si fuese el líder de alguna mafia italiana. Pero hablo del líder que maneja millones y está al frente del negocio, no el que se droga con la mercancía que vende. Se quita sus gafas negras espejadas y para mi sorpresa, me toma de la cintura al llegar, plantándome un intenso beso en mis labios. —También me da gusto verte… —me separo de él. —Fuiste muy explícita en el mensaje, creo que un simple beso no es nada. ¿Un simple beso? Me robó el alma en ese beso, pero me gusta. Está aumentando en mí el deseo, y lo sabe, el muy condenado lo sabe. Pero solo deseo s