Oigo el sonido de mi alarma retumbar en toda mi habitación por el alta voz de mi sistema de audio. Me sobresalto, y abro mis ojos sintiendo como si un auto me hubiera pasado por encima. «Carajo, estoy muy cansada» Son las cinco de la mañana, y yo debo de estar a las ocho en la mansión Campbell. Debo de maquillar mi cuerpo entero yo sola, ya que Min se negó a hacerlo. Por lo menos se apiadó de mí, y me prestó su aerógrafo y maquillaje corporal. Me lo dejaron junto con la moto. Me estiro, bostezo, y con unos ánimos de perro, me levanto de mi cama directo al baño. Abro la llave de la ducha, y me aguanto las ganas de maldecir al sentir lo frío que está. Me baño por completo, porque huelo a alcohol y a sexo. No me toma mucho tiempo, por el hecho de que soy rápida cuando me lo propongo. Salgo