Capítulo 3

2209 Words
—Hola. Distraída buscando unos anteojos no toma mucha atención a la voz masculina que la saluda, pero decide solo devolver el saludo. —Hola. Mira de reojo y nota que es Ian, parado recargado en el siguiente casillero junto al suyo, intenta controlar el hormigueo que comenzó nuevamente, quiere evitar, pero intenta no mirarlo manteniendo su mirada al interior del casillero. —Tir. —Hola chicos a ¿Dónde vamos a ir? —. Pregunta Alejandra muy alegre, al ver que los miro desde lejos y pensó en acercarse para salvar a su amiga, que notó su incomodidad, pero se da cuenta que los dos la miran desconcertados. —Después hablamos Tirza. —. Dijo ignorando a la chica al solo ir se. —Adiós Ian, — contesto confundida y curiosa, tomando lo sin importancia, pero queriendo averiguar por qué se acercó a ella. —Gracias por salvarme, pero ¿Porque dijiste eso? —. Pregunto cerrando el casillero y caminando ambas por el pasillo. —Solo era una pregunta, no hablaba de ir a un lugar, si no de ir a clases, se nota que Ian no entiende las preguntas, pero de ¿Que hablaban? —. Pregunto Alejandra. —Solo me saludo algo extraño. —No me quieres decir está bien. —Lo digo en serio solo fue eso, ni se porque me saludo. —Bueno, bueno, si vistes tu correo. —No tuve tiempo, pero dime que encontrare. —Como siempre, pues mira. Prendió su móvil y lo que le mostró era una invitación de color purpura con letras grandes mayúsculas doradas que se lee: {HAZ SIDO INVITADA AL BAILE ESPECIAL LA SOCIEDAD DE SOMBRAS: LA NOCHE MÁGICA CELEBRANDO NUESTRO OCTAVO ANIVERSARIO} Debes asistir con antifaz gris a tu gusto y vestido dorado. Esperamos Asistas. Viernes 6:00pm Manzanos #728 Al terminar de leer lo. —Alejandra, pero apenas somos principiantes, esas invitaciones son de alcurnia, solo hemos conocido a pocas personas, no hemos superado ni cien me gusta en nuestros disfraces, esta ultima vez solo obtuve la mitad entre dos me encanta, Alejandra ¿Enamoraste al pintor? —. Pregunta interrogando con la mirada a su amiga. —No, yo solo llegue a treinta, tu hablaste con alguien de traje azul. Tirza disimulo su sorpresa negando con la cabeza, al pensar en el caballero que la había besado. —Recuerdas los de traje azul son los que seleccionan a los invitados para el baile, lo que no entiendo es cómo se dieron cuenta en nosotras si nos fuimos antes. —Qué raro. —. Responde Tirza. —Si así son estas clases de fiestas de baile, son secretas de gala, ahora tuvimos suerte, aparte conoceremos a la comunidad que está en nuestro grupo, será de gala. —. Dijo Alejandra con un tipo de melodía en sus últimas palabras. Asintió con la cabeza sonriendo, Tirza sabía lo mucho que Alejandra deseaba asistir a esa fiesta, aunque sea solo una vez Tirza no deseaba asistir, tenía cosas más importante que hacer. —¿Cómo conseguiré el vestido? —. Pregunto Tirza. —Pues vi unos vestidos hermosos. —En ¿Dónde? —En la tienda donde trabaja mi prima solo nos lo va alquilar. Alquilar, piensa en sus adentros. —No sé si vaya tengo cosas que hacer. —¿Cosas? Tirza no volverás a tu investigación de la familia Baquero. —No, después del susto que le metí a mi tío de esa noche lo he dejado. —Por suerte te ayudo Esteban. —Si porque si Ian me hubiera encontrado, no sé qué hubiera pasado no saldría viva, — menciono con miedo al sonreír y reír. —Pero sé que algo ocultan en el sótano de su hospital. —¿Has intentado volver? —. Pregunta su amiga. —Esa emoción de volver a veces me inquieta, solo la evito. — pero en el fondo solo intenta evitarla. —Pero vendrás conmigo a la fiesta. —Vamos a clases y después hablamos. —Pero deja que te muestre los vestidos. —. Insiste Alejandra. —Déjame pensar lo. Entraron a clases. Al salir del salón de literatura, Ian miraba a Tirza hablando con el maestro, pero ella lo ignoraba. Ian salió del salón se encontró con un amigo se chocaron las manos, hablaron mientras se encontraban en el pasillo ignorando a algunos más estudiantes que entraban o salían de sus clases. —Si vas a asistir a la reunión. —Si. —. Dijo Ian. —Crees que vaya la familia Younder. —La familia Hunder. —Si no sabías ha vuelto Patricio. —. Le dice su amigo. Lo vieron pasar caminando por el pasillo con la mochila cargando detrás de la espalda yendo a su casillero con audífonos puestos escuchando música. Cuando vio en escena a Tirza salir del salón caminando a mano derecha donde Patricio se encontraba, suavemente murmura no la veas, no la veas, no la veas, de repente su amigo lo interrumpió. —Te lo dije él está aquí. Ambos amigos los ignoraron y continuaron caminando hasta salir por las puertas, Ian no quería verlos saludándose, no podía soportar que uno de su clase se haya enamorado de una humana insignificante, que no solo había estado enamorado si no hayan sido novios, ella debía ya estar muerta, averiguaría como sobrevivió. Habían terminado las clases las dos amigas van directo a la tienda de modas donde saludaron a la prima de Alejandra, una muchacha alta, de cabello pintado en un color rosa que se llamaba Rosa, ella les enseño los vestidos dorados, el primero que les mostró un vestido largo hasta el suelo, con apliques dorados, una línea fuera del hombro. —Ese es el que me gusto para mi verdad que esta hermoso. —Si Alejandra y eres algo alta. —El siguiente por favor prima. El siguiente que mostró fue un vestido dorado largo, al igual llegaba al suelo con apliques de encaje, arriba liso, en la parte de abajo con un listón dorado que estaba alrededor de el por la cintura, pero decorada con brillantina plateada solo de adelante, porque el demás listón terminaba con un moño detrás grande dorado. —Este lo pensé para ti ¿Te gusta? —. Pregunto divertida. Tirza lo pensó en su mente. —Esta bonito gracias por pensar en mí, pero… —Por favor nada de peros quiero que vayamos juntas, aparte, solo te aburres sola en tú casa, con eso que no está tu tío anda fuera, ven conmigo aparte conocerás galanes, bueno sé que no te interesa por ahora, pero ven vamos a divertirnos. —Está bien vamos. —. Termina de decir Tirza, algo que emociona a su amiga al poner una sonrisa de mejilla a mejilla. Alquilaron los vestidos, Alejandra acepto llevar se los a su casa para después llevarlo a casa de Tirza el viernes donde se vestirán, peinaran, de ahí saldrían para la fiesta tomando un taxi para llegar. Esa noche oscura la reunión que ofrecían las familias del clan era en la mansión de los riniisi (crecer), un matrimonio de abuelos adultos que aparentaban ser de treinta años, todos reunidos en la gigantesca sala vestidos de gala y extremadamente elegantes, con diferentes atuendos respetando sus costumbres del pasado, dando orgullo a ello. Antes de comenzar algunos comían los bocadillos que ofrecían o estaban en la mesa central de la sala, había grupos mixtos o solo de hombres o mujeres charlando Esteban, Ian, Carlos, Guillermo y Oscar hablan entre ellos, pero aun incluyendo se en la conversación Ian y Esteban mantenían los oídos atentos, en eso vieron pasar a Patricio junto con Gerardo su primo, se saludaron. —Buenas noches muchachos ¿Cómo están? —. Pregunto Gerardo un hombre que aparentaba tener 40 años de cabello cobrizo oscuro, con barba y bigote, con traje casual, oscura su camisa del mismo color, que al notar se muestra un poco su tatuaje de letras. Todos responde a coro como si se hubieran puesto de acuerdo al responder: —Muy bien. Algo que hizo reír a Patricio, quien solo los recorre con la vista, al asentir y Esteban pareciera comunicarse con él atreves de los ojos, solo se retiran para saludar a otras personas. —No sé qué hace el aquí. —. Dijo no muy contento. —Ian, él ha sido elegido por Elías para ser de la orden del clan. —. Le dice su primo Esteban. —Debía ser yo. —No seas arrogante. —Perdón, pido su atención, la reunión está por comenzar por favor pasen a la sala común. La chica bajita morenita les indico donde entrar, las puertas estaban abiertas de par en par, ellos entraron, algunos se sentaron en los sillones que se encontraban, otros parados, había mesas redondas altas con botanas, el primero que tomo la palabra era un hombre alto de traje no muy viejo de ojos oscuros. —Bienvenidos a todos sabemos que nos trajo aquí debemos hablar de los riaapa. Todos comenzaron a dar un golpe con el talón de su zapato al suelo, Esteban y Ian sabían lo que significaba, que estaban molestos de que los riaapa (desaparecer a la vista) caminaran por el pueblo libremente, todos lo sabían. —Sabemos quiénes son y lo que hacen, pero, aunque vengan en son de paz no dejaremos que casen a nuestra comunidad, no deben romper la tregua. —. Dijo tomando la palabra una mujer con vestido en color oscuro largo elegante, sensual, con la parte de arriba en forma de rombo, con encaje y transparencia en su vestir, todos sabían que era la madre y tía de Esteban e Ian. —Lo sabemos Felicia, pero los tiempos han cambiado, alguien sabe que ha aparecido alguien muerto en el pueblo. —. Dijo el hombre de ojos oscuros. Negaron con la cabeza. —Si alguien hubiera aparecido muerto, la prensa diría que un animal está matando aquí, pero nada ha salido en las noticias, insisto en esperar, sé que no sucederá nada, continuemos con nuestras actividades y dejemos en paz a nuestros hermanos los riaapa. —. Dijo ojos oscuros. —Sebastián ¿Cómo nos aseguras que no sucederá nada? —. Pregunto Felicia. Él no quería que la conversación se convirtiera en un debate. —He hablado con el abuelo Alexander. —Alexander primé (primero) la rini (sangre). —. Repitieron todos en voz alta. El abuelo era alguien respetado si se mencionaba su nombre se debía repetir esa frase. —Sé que a él le encantaría a ver venido, pero sabemos que el no pudo asistir, ha hablado con el líder de los riaapa y solo son pocos los que han llegado al pueblo, no vienen de cazadores, sabemos todos y nuestros hermanos que en tiempos malos existían riaapa impuros, ahora por favor no volvamos al pasado, —. Dijo Sebastián alzando su copa. —Brindemos y demos fin a esta reunión para continuar disfrutando de esta cena. Todos asintieron diciendo: —Salud. Termino la reunión, comenzaron a dispersarse, al disfrutar de la velada Ian se acerca al ver a su tía molesta por la reunión a lo que le pregunta: —¿Estás de acuerdo tía? —No, mi padre debió hablar conmigo antes, como se atreve el en confiar en los riaapa y en ese ladrón de Sebastián, pero sé que ellos no vienen al pueblo para solo estar aquí sucede. —Mamá te busca mi tía Amanda ella está afuera. —¿De qué hablabas con mi madre? —. Pregunta Esteban. —No está de acuerdo con que hayan llegado los riaapa. —Nunca he sabido porque los odia, después de todo descienden de nuestro árbol genealógico. —Solo es de una rama pequeña sin importancia. —Eres igual de arrogante que mi madre. —. Dijo al acercase a ellos, su amigo de cabello rubio platinado cambia el tema. —Que les pareció lo que dijo Sebastián. —Carlos no sucederá, —. Dijo repitiendo las palabras de Sebastián en forma burlona. — Pero debemos tener precaución con los hermanos. Tomaron de sus copas, Ian se quedó pensado si esa noche que atrapo a Tirza algo paso después de dejar la sola en ese lugar. —Tranquilos si solo vinieron unos cuantos. —Sé que tres familias. —Carlos son familias solo vienen a celebrar las fiestas. Rieron mirando sus copas y bebiendo, después se quedaron solos, los dos mirando los rostros de los demás. —Sabias que Nimue fue invitada a la fiesta de baile. —. Dijo Esteban de repente a Ian. —¿Qué? —. Pregunto el aun saboreando el contenido que tragaba despacio. —Ella te lo dijo Esteban. —No, me lo contaron solo sé que fue invitada al baile en la mansión de los Aludía. —¿Sabes si vendrá? —No lo sé, tú la elegiste. —No ¿Tú sí? —. Pregunto Ian. —Tampoco, no se quien la haya invitado esperemos que ella este hay el viernes, iré a comer primo. —Ok. Nimue estaba ahora en su mente, ella solo se hacía llamar así. ¿Quién era en realidad ella?
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