Después de ese reconfortante abrazo, continuamos comiendo pizza, dejando ese mal momento atrás. —Entonces… cuéntame de ti. —pido, mientras tomo las cajas vacías de pizza y las dejo en la mesita de luz. —¿Qué quieres saber? —pregunta, mientras me sigue con la mirada. Me vuelvo a sentar en la cama, apoyando la espalda en el respaldo, y Anahí se vuelve a acomodar a mi lado, por lo que la abrazo. —Lo que me quieras contar… —respondo, mientras acaricio con suavidad su brazo— Ya sé que vives con Allan, y la otra chica. —agrego, por lo que sonríe. —Vivo con ellos hace diez años… —comenta— Y ha sido una aventura, ya que somos amigos desde muy pequeños, pero vivir juntos se volvió un reto para todos. —explica y sonrío, pensando en qué hubiese hecho yo en su caso. —Entretenido igual… ¿o no?