5. Avisos

1320 Words
[ZAED] Golpeo la puerta del piso donde vive Alejandro y solo espero a que él me abra. Tenemos que hablar de lo que paso anoche… —¿Qué haces aquí?— Me pregunta apenas abre la puerta y me ve.  —Tenemos que hablar.— Respondo serio y sin que él me diga nada más, entro al piso, pero para mi sorpresa veo a una mujer caminando en ropa interior por la sala. —¡Disculpa, no sabía!— Exclamo dándome la vuelta. —No te preocupes guapo, yo ya me voy.— Dice ella mientras se aleja como si nada y a los pocos minutos regresa al salón con un minivestido puesto. Se despide de Alejandro con un beso y luego se acerca a mí y me da un beso en la mejilla para luego salir del piso dejando el aroma de su perfume por todo el lugar.  —¿Quién es ella?— Pregunto después de que la puerta termina de cerrarse.  Alejandro hace un gesto como si se tratara de cualquier cosa —Nadie.— Responde finalmente. —Por ser nadie parece que la has pasado bien.— Hablo sarcástico.  —Zaed, vamos... te has dado cuenta, es una stripper.— Me dice finalmente. «Vaya... esto sí que no me lo esperaba.» —¿Y tu desde cuando estas con mujeres así?— Le pregunto mientras me siento en el taburete que hay a orillas de la encimera que divide la cocina de la sala. —Desde que no puedo tener a la mujer que amo en mi cama.— Contesta de inmediato. —¿Hablas de Nayra?— Averiguo y no me puedo sentir peor con esto. —Sí. Sabes que la amo desde hace años y anoche tú arruinaste todo.— Me dice serio y aparta otro taburete para sentarse un poco más alejado de mí. Trato de mantener la calma porque de verdad no quiero joderlo todo, pero es difícil… —Amigo, lo que intentaste hacer ayer estuvo mal. No puedes aprovecharte así de una mujer a la que se le ha pasado las copas y mucho menos de ella. La conoces hace tiempo, no es cualquier mujer que conociste por ahí.— Le digo intentando de que entre en razón.  —Lo sé, pero no lo puedo evitar. La amo y ya no se qué hacer.— Me explica con frustración. —Dile lo que te pasa y que ella te diga lo que le ocurre contigo, pero no puedes hacer eso. Tú sabes lo que Nayra es para mí. —Le explico sinceramente. —No, no lo sé ¿Por qué no me lo explicas?— Me pregunta con un tono de voz que es más un reclamo que otra cosa. —Sabes que la conozco desde que tenemos cinco años— Respondo como si fuera una explicación obvia. —¿Y?— Rebate de inmediato. —¿Y qué?— Cuestiono confundido ya que no entiendo a donde va. —¿Qué mas es ella para ti?— Exige. De verdad que no entiendo que le pasa —¿De qué hablas?— Pregunto muy confundido. —¿Seguro que solo es la chica que conoces desde los cinco años?— Me pregunta serio.  Trato de no ponerme nervioso, pero de verdad que su interrogatorio me esta inquietando —No entiendo de que hablas.— Insisto.  —Te vi como nos mirabas anoche mientras bailábamos.— Habla poniéndose de pie. «Mierda» —Estaba queriendo saber que le sucedía, nada más.— Me justifico.  —Yo vi algo más.— Sentencia y comienzo a temer que se de cuenta de lo que Nayra y yo nos traemos a escondidas.  —¿Algo como qué?— Inquiero.  —Zaed, no te hagas el idiota, te la comes con la mirada.— Me dice tomándome por sorpresa. —¿Te has vuelto loco?— Pregunto mientras que me levanto yo también y es que no puedo dejar que él se entere de nada.  —No. Estoy más cuerdo que nunca ¿Qué se traen ustedes dos?— Exige dejándome mudo. «Tranquilo Zaed…» —Nada.—  Intento responder sonando lo más seguro que puedo. —¿Entonces por qué rayos te metes en si me acuesto con ella o no?— Me regaña.  —¡Porque no es la manera de hacerlo si tanto la amas!— Le grito ya con muchísima rabia. —¿Y como se supone que debo de hacerlo según tú?— Arremete de manera prepotente. —Con su consentimiento. Solo eso.— Respondo mirándolo fijamente.  —¿Cómo lo haces tú?—  Me pregunta y ahora sí que me quedo en blanco. «¡No puede ser! No hay manera de que él sepa lo que hay entre Nayra y yo... es imposible...» —¿De que estás hablando?— Pregunto bajito. —Hablo de que para ti es fácil... todas las mujeres se lanzan a tus brazos como si nada, pero a mí no me pasa igual. Yo no soy un riquillo guapo con el que todas se mueren por estar.— Explica de manera sarcástica y siento que he recuperado el aire. —¿Tú crees que yo me acuesto con cualquiera porque simplemente "se me lanzan" como dices tú?— Le cuestiono con rabia. —Eso es lo que no entiendo. Hace dos años que lo dejaste con Paulina y desde entonces que no te vemos con nadie.— «Ni lo harán...» pienso internamente. —En todo caso ese es asunto mío, pero el caso es que no puedes tratar a Nayra así. Perdóname amigo, pero yo no dejare que lo hagas.— Le digo volviendo al tema.  —Pareces su hermano en vez de su amigo.— Dice frustrado «Si tan solo supiera que estoy a años luz de ser su hermano...» —No lo soy, pero ella es una de las personas más importantes en mi vida y no dejare que ni tu ni ningún otro hombre le haga daño.— Le aseguro. —No nos vamos a pelear por ella, ¿no?— Inquiere.  «Si no te enteras de lo que nos traemos, no...» Pienso. —No le hagas daño y no tendremos problemas.— Digo con una media sonrisa. —No lo hare. Es más, le pediré disculpas y le diré lo que realmente me sucede con ellas.— Expresa con entusiasmo. —Vale.— Es lo único que puedo decir ya que no hay mucho más que pueda hacer y me despido de él para seguir haciendo las cosas que tengo pendientes.  Salgo de su piso y ahora sí que no se qué hacer. Sé que ella él no le interesa, pero no podía decirle eso a mi amigo. Lo mejor que puede suceder es que ellos dos hablen directamente y aclaren todo. A la vez me siento horrible al tener lo que sea que tengo con ella y no decirle la verdad a Alejandro, pero simplemente no lo entendería y lo peor de todo es que me odiaría porque sé que creería que yo soy la piedra en el zapato cuando no es así.  Una vez dentro del auto, veo la pantalla de mi móvil y me doy cuenta de que tengo un mensaje de ella. Nayra: ¿Algún plan para hoy a la tarde? Zaed: No, ¿Por?  Respondo de manera casi automática. Nayra: Ven a la piscina. Roció y Lola estarán aquí.  No me vendrá nada mal pasar un rato tomando sol. Zaed: Vale, en un par de horas estoy allí. Contesto y pongo el auto en marcha para ir a buscar los reportes que necesito «¿Por qué no le puedo decir que no a nada?» Quizás es porque la paso tan bien con ella o porque me conoce tanto que no tengo que pretender nada a su lado y siempre soy yo mismo cuando estamos juntos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD