[ZAED] Estoy a punto de tocar el timbre cuando Humberto abre la puerta y al verme me da una sonrisa —¡Zaed ¿Cómo vas hijo?— Pregunta amablemente y le sonrió yo también . —Muy bien gracias, ¿y tú?— Respondo cordial. —Bien, yéndome a la empresa. Tenemos que dejar todo listo para el próximo desfile.— Me explica con entusiasmo. —¡Qué bueno! ¿Nayra desfilara?— Averiguo con mucha curiosidad. —Claro que si, sabes que además de mi hija es mi mejor modelo.— Dice con orgullo y de eso no cabe la menor duda. Aun recuerdo cuando Nayra le dijo a su padre que quería ser modelo y él no quería saber nada con aquella idea. Estuvieron peleados por días; si su madre no hubiese intervenido ella nunca hubiera pisado una pasarela. —Lo sé. Es extraño que ahora no te moleste que desfile en lencería.— Comento