—En mi casa siempre se sirve del mejor vino, pero lamento que no le haya gustado. —¿Se dio cuenta de que Chambers me trajo limonada? Me dijo que no me gustaría el champaña y tenía razón. La verdad es que no me interesan mucho los licores. —De los que con seguridad tiene usted una vasta experiencia dijo el Marqués, con inmenso sarcasmo—, aparte sus otras virtudes. —Eso es poco amable de su parte— protestó Lydia—. Pero Gilly consideraba que una mujer debía conocer, como parte de su educación, algo de licores. Puedo asegurarle, también, que sé ordenar una cena sin equivocarme. —¡Es tan talentosa!— comentó el Marqués, pero el tono con que lo dijo no era precisamente el de un cumplido. —Chambers fue muy considerado al suponer que no deseaba beber. En realidad todo el personal de esta casa