Esto es embarazoso. ¿Por qué me tiene que pasar a mí? Ese idiota sabía que iba a salir con su pedantería, menos mal que estaba Ángel. Ángel, en estos momentos debe estar burlándose de mí, qué tonta. —Sofía — entra Fabián en la habitación —otra vez aquí. —Hola, Fabián, esté no es tu hospital, ¿te llamaron? —Si así es, se está volviendo costumbre tus visitas al médico. —Se me olvidó tomarme el medicamento. Fue un día de locuras, pero con un poco de suero mejora. —No puedes jugar de este modo, Sofía, el problema del azúcar no es broma. Un día de estos te vas a ver grave. —Solo es una hipoglucemia, Fabián. Además, para eso estás tú, para cuidarme. Vemos que entra Ángel con muy mala cara. —Veo que ya despertaste. Fabián, ¿cómo estás? —Bien Ángel, sorprendido de verte aquí. —¿Por qué