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Si algo he aprendido es que Ángel no es de dar su brazo a torcer y cuando se obsesiona con algo no descansa hasta conseguirlo. Así que, hasta que no tenga su cita no va a dejar de insistir. —Hola, jefa, ¿me mandaste a llamar? —Si Ignacio pasa — entra y se sienta — ¿te acuerdas de que hace unos días llamo una empresa de autos? —Autos-let, si claro que me acuerdo, dijiste que le daríamos una respuesta después, pero tienes a esa bella mujer que está afuera sacando excusas para no verlos. —Vaya que estás enterado — lo que le faltó fue decirme las razones. —Algo, ¿para qué soy bueno? —Necesito que te reúnas con el dueño de la empresa o mejor dicho con su representante. Escucha su propuesta y sea cual sea, debes decirle que no estamos interesados. —¿Quieres que le diga a una empresa de se