Liv estuvo durante la cena, pero su ausencia se sentía, solo pensaba en Tom, el recuerdo de esa noche, quería volver a verlo
—Entonces, fijemos la fecha en tres meses, ¿Estamos de acuerdo? —preguntó Isak
—Estoy de acuerdo, ¿Liv?… ¿Liv?
—¿Cómo?
—La fecha de la boda, hija —dijo su padre con ojos muy abiertos—. En tres meses.
—Maravilloso —dijo Liv, mientras bebía su vino, con una sonrisa incierta, Isak pudo ver a través de esos ojos oscuros, que ella no estaba aquí y ahora, pero ¿Qué le importaba?, él tampoco creía en el amor, cualquier cosa era suficiente
.
Tom maniobró la embarcación para volver a Tromsø, se sentía frustrado, bebía cerveza sin control, lloró, ahí no había nadie, salvo Dios y él, se acurrucó en un rincón y padeció, lloró no solo por lo que Liv le había dañado, sin
