Aretta escuchaba a Igor, preparaba las maletas, él quería marcharse ya mismo, y aunque ella no se sentía del todo bien, tuvo que aceptarlo, pues negarse, sería molestarlo —¿Ya tienes todo listo? —preguntó —Sí. —Ya sabes lo que vas a decir —sentenció tomando su brazo y ella bajó la cabeza y asintió con rapidez Salieron de la habitación y se encontraron con Stephen y Venecia en el salón principal —Debemos volver a Oslo —dijo Aretta —¿Tan pronto, Aretta? Pero, ¿Cómo te sientes? —cuestionó Stephen convencido de que el infame Igor la obligaba a irse —Estoy mejor, ya me siento bien, además extraño mucho a mi madre. Stephen miró a Venecia quien callaba y bebía su té sin decir nada más —Bueno, me hubiese gustado que te volviera a valorar el médico, pero si es tú decisión marcharte. —Es s