Cerca de las 16 horas, Rose se despidió de todos en gerencia y tomó un taxi rumbo a su universidad. Mientras iba sentada en la parte trasera no podía dejar de pensar en ¿cómo devolverle el saco a su profesor?, él sólo hecho de imaginarse la situación la ponía nerviosa. Creyó que podría calmar sus ansias metiendo su mano dentro de su bolso para tocar el abrigo, pero no pudo estar más equivocada, su corazón latió con fuerza al rozar la tela, inspiró y expiró varias veces para poder calmarse. Máximo Petrova era sólo su profesor, y nada más. No podía seguir permitiendo que los pensamientos y fantasías la dominarán, debía poner los pies firmes en la tierra de una buena vez. Cerró rápidamente del cierre de su bolso y se bajó del taxi, él día estaba nublado y las hojas de los árboles se despr