Durante toda la clase estuve distraída, traté de poner atención, pero fue imposible, el recuerdo de la noche anterior se venía una y otra vez a mi cabeza, taladrando en mi mente y haciéndome notar cuanto me gustaba mi profesor. Aunque lo traté de negar, era inútil, él estaba metido en mis pensamientos. Por otro lado, el término de la clase se avecinaba lo cual me ponía muy ansiosa, pronto llegaría la hora de devolverle su abrigo y aún no sabía que le diría exactamente, hice rebotar el lápiz contra la mesa unas cuantas veces mientras inventaba frases en mi mente. Sin embargo, ninguna me convenció ni me dio la seguridad que necesitaba. -Eso es todo por hoy estudiantes, como mañana no tenemos clases, quiero que el viernes traigan leído el capítulo 5 del manual que se les fue entregado. Que