Capítulo 4

1027 Words
Rose Desperté sobresaltada gracias a la alarma de mi celular, me tallé un par de veces los ojos antes de incorporarme en la cama. Di un largo bostezo y estiré mis brazos hacia el cielo. Me acomodé el cabello en una cola de caballo alta y me sobé la frente para aliviar una punzada creciente y molesta, de pronto todos los recuerdos de la noche anterior comenzaron a invadir mi cabeza. Mi profesor caminado lentamente por la pista de baile, su imponente presencia en la terraza de la discoteca y sus ojos clavados en mí mientras me ponía su abrigo en la espalda. -¡Su abrigo!- dije en voz alta. Me levanté de golpe y corrí hacia la sala de estar, la casa de mis padres era amplia, mi dormitorio estaba en el segundo piso y la sala en el primero. Bajé las escaleras a pies descalzos, cuidando de no resbalar y al llegar con la vista busqué en cada rincón de la habitación, estaba completamente segura que el abrigo había llegado pegadito a mí la noche anterior, pero ahora no estaba. -¿Buscas esto hija?- la voz cálida de mi tía Mabel me sobresaltó. -¡Tía!- le respondí llevándome una mano a mi pecho para calmar el susto. Mi tía, quién en realidad era mi tía abuela sostenía con habilidad de un dedo el saco de mi profesor, él mismo que hacía temblar mis piernas. ¿Ahora cómo iba explicarle a mi tía la procedencia de aquella prenda? . No quería que pensara que me había escabullido con cualquier hombre, me daba vergüenza él solo hecho de imaginarlo. Mabel se aclaró la garganta para incitar una respuesta. -Eh...si tía eso buscaba- me aproximé a ella para tomar con ambas manos el saco. En el rostro de mi tía se dibujó una interrogante. -Es de un compañero de la universidad…- tragué saliva -Pues no parece una prenda de alguien de veinte años- se llevó una mano al mentón- de todas formas, me alegra que estés saliendo con chicos. Éstas siempre tan sola, siempre pegada a Alexy, es tiempo de que conozcas el mundo Rose. -Si tía, claro…lo haré- le di un beso rápido en su arrugada mejilla para luego salir corriendo rumbo a mi habitación. Mientras subía los escalones de a dos apreté con fuerza el saco contra mi pecho, el aroma fresco de mi profesor se coló en mis narices, y antes de llegar al segundo piso ya me había arrebatado más de un suspiro, la mezcla perfecta de su perfume más su olor natural alteraban todas mis hormonas. Cerré la puerta detrás de mí, y me recargué contra ella. Estiré el saco hacia el aire y lo miré detenidamente, sonreí y lo guardé rápidamente en mi bolso. -Adios tortuga- escuché decir a John desde el pasillo. -¡Demonios!- miré el reloj de pared y me di cuenta que iba tarde para llegar a la empresa de mi padre. Me vestí y me duché con urgencia, agarré mis folders y me cercioré una vez más de que el saco del profesor Petrova estuviese en mi bolso. Bajé corriendo las escaleras y de sorpresa me topé con John. -¿Por qué aún sigues aquí?- le dije curiosa, mientras seguía caminando hacia la cocina. John me siguió de cerca, pero en silencio. -Necesitas un favor, ¿no es así?- conocía tan bien a mi mellizo que me fue fácil leer su rostro. Agarré una manzana de la frutera y le di un mordisco. -Algo así…- respondió -Llévame a la empresa y talvez te ayude John asintió y juntos nos subimos a su carro. -Demonios John, ¿Cuándo vas a limpiar tu carro?- dije quitándome el polvo de mis manos John sólo encogió los hombros. -A Ume le gusta la limpieza, ¿sabías?- dije divertida, sabía que ese era un tema sensible para él y me gustaba verlo incómodo. John enrojeció su cara y después aclaró la garganta. -Bueno Rose…- dijo un tanto dificultoso -Ah, ya veo, el favor es sobre Ume. ¿no es así? John despegó la vista de enfrente cuando la luz cambio a roja y sin más rodeos me dijo. -Necesito que vayas a los bolos hoy con nosotros -¿Qué?, ¿hoy? Olvídalo tengo clases en el doctorado. Además, ¿porque querría ir contigo a los bolos? -Ume dijo que iría sólo si vas tu y…. -¿Y qué?, habla John no eres un adolescente- lo apuré -Si vas tu y Alexy… -¿Alexy?, Ume está cada día más rara…- resoplé mientras miraba a través de mi ventana -Supongo que ella quiere armar un grupo más grande, es hija única recuérdalo y no tiene más amigos, ella es … -¿Y tu tienes que complacerla en todo?, pareces su perrito faldero- lo interrumpí -Rose… Volví mi vista hacia el frente, odiaba que John me pidiera esa clase de favores. Sin embargo, él estaba enamorado de Ume, la única hija de la tía Deva y Reiko. Y por un momento sentí lástima de mi mellizo, no me gustaba ser cruel con él sobre todo cuando lo veía así de vulnerable. Inspiré con fuerza. -Bien, iré. Pero no te aseguro de poder convencer a Alexy- mentí porque sabía que Alexy iría encantada si se trataba de estar cerca de mi apestoso mellizo. -Gracias tortuga- dijo sonriendo - Tienes que pasar por mí a la facultad, a las 19h. Ni un minuto antes ni un minuto después- demandé John asintió de inmediato -Ah, y me debes una…- lo apunté con el dedo índice, mientras entrecerraba mis ojos azules. John me dejó en la entrada de la compañía, mientras el siguió hacia los estacionamientos subterráneos. Llevé para atrás los hombros y me dediqué a observar la imponente entrada al conglomerado, inspiré en profundidad y sonreí. Apreté mis folders contra mi pecho, sostuvé con fuerza mi bolso y caminé con seguridad hacia la recepción. Estaba allí para demostrar lo que realmente era capaz de hacer, hoy iba a comenzar mi camino hacia la presidencia de AS Medical Enterprise. Y a mí, Rose Al Saud, no se me escaparía ningún detalle.
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