Capítulo 22. Lo sé, Max. Y agradezco tu sinceridad. Daniela lo observó por un momento en silencio, si podía ayudarlo a superar este desafío, no iba a negarse. Para ella, era una forma de iniciar las prácticas de sus estudios en psicología, aun sabiendo que al aceptarlo significaría estar más involucrada en la vida personal de su jefe, lo que podría complicarle más las cosas. Sin embargo, también comprendió que él realmente la necesitaba. -- Por supuesto, Max, quiero decir señor Rossell. Estaré allí para apoyarte – le dijo finalmente con una sonrisa suave en el rostro, percatándose que lo había llamado por su nombre, como lo había hecho en Nueva York cada vez que estaba Melisa con ellos. Sin embargo, logró darse cuenta a tiempo y corrigió su error. Max soltó un leve suspiro de alivio, s